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Katy Mikhailova

Influencers, Dios y Santiago

La influencer Maria García de Jaime habló a sus followers en Instagram acerca de su relación con Dios.

La influencer Maria García de Jaime habló a sus followers en Instagram acerca de su relación con Dios.
María García de Jaime | Instagram

Las influencers abrazan el catolicismo. Y esto, en sí mismo, es una bendición. Empiezan a dejar un legado, cultivando valores, aun siendo una marca comercial la que auspicie esta campaña espiritual (Tipitent).

Y es que esta semana la influencer Maria García de Jaime les hablaba a sus followers en Instagram acerca de su relación con Dios. Con inocencia y espontaneidad trataba de explicar tal relación con el símil de la amistad: Dios es como el amigo que a veces viene y otras veces va. Y, aunque no siempre esté presente, existe. Me pregunto la sarta de críticas que le habrán caído… pero esa es otra historia.

A todo esto le antecede la expedición de influencers por Santiago. Hace dos semanas Maria Pombo y toda la chuPPipandi hacían el Camino de Santiago a base de selfies, stories, reels, streamings y engagement. Todo muy "in" y muy sentido. Puro metalenguaje. Y, oigan: parece que estoy ironizando, pero no. Más vale la llamada de Dios por Instagram que toda una vida en la ignorancia. Y en el pecado. Porque hay pecados de ignorancia aunque no los recoja el catecismo.

De lo que no se habla es de los valores como la austeridad, la discreción, la solidaridad… pero tampoco esta es mi guerra (o mi paz).

Sin querer tomar una postura frente a todo este aluvión de cristianismo inminente ajeno a toda polémica en una sociedad que culturalmente es católica pero espiritualmente aspira al ateísmo más rancio, lo que sorprende es que los jóvenes quieran creer, conocer, participar y comulgar. Y si esta labor debe gestarse en una red social, no importa. Insisto: Más vale la llamada de Dios por Instagram que toda una vida en la ignorancia.

Y aunque el último hit de C. Tangana y Peluso diga que: "yo era ateo. Y ahora creo"... todos son ateos hasta que su mascarilla peligra a escasos minutos de entrar en un Zara. Con todo esto y más, siempre nos quedará un plan perfectamente incomparable: misa en El Escorial con comilona en El Charolés, fue una cita que le propuso una muy buena amiga a un ex político. No terminó aquello de cuajar, pero ahí les regalo esta idea para el fin de semana. Feliz sábado.

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