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Contra el frío invernal ¿Qué es mejor, muchas capas o ropa gorda?

Cuando llega el frío cada uno se abriga de una manera, unos con muchas capas y otros con ropa gorda. ¿Qué método es mejor?

mujer, espalda, sombrero | Pixabay/CC/donterase

Con la llegada del frío son muchos los que van sacando prendas del armario como si no hubiera mañana, y se las colocan una encima de otra, como si de una cebolla se tratara. A esto se le conoce como teoría de las capas, pero, ¿es cierto que a más capas pasaremos menos frío?

Cuando uno se viste a capas hay que tener cuidado con el número de prendas que se llevan, de qué materiales son, y qué tipo de ejercicio se va a realizar. Si se llevan varias capas que no son transpirables, al mínimo ejercicio físico se va a empezar a sudar, por lo que se acabará pasando más frío.

Ropa para el frío

Tener en cuenta los tejidos

Los materiales más modernos y sofisticados son una estupenda opción para combatir las bajas temperaturas pero no hay nada como la lana. Es aislante y mantiene el calor por dentro al mismo tiempo que deja que la piel transpire. Lo ideal es llevarla en forma de jerséis amplios, abrigos, faldas o vestidos.

Un truco de estilismo que nunca falla a la hora de abrigarse bien sin aumentar una talla es el de crear volúmenes equilibrados. Por ejemplo, se puede llevar una silueta muy amplia en la parte superior y para compensar el volumen unos pantalones ajustados que delatan la verdadera forma del cuerpo.

No hay que renunciar a las cazadoras de cuero cuando llega el crudo invierno. Basta con elegir un modelo con forro de borreguito. Se llevan mucho y tienen la enorme ventaja de que dan mucho calor sin que aumente visualmente el volumen corporal.

Los abrigos de paño son los más bonitos, vale, pero como no vayan forrados pueden no ser lo más cálido del mundo. Si se vive en un lugar en el que haga frío de verdad, lo mejor es recurrir a un chaleco o un plumas fino y ligero y llevarlo por debajo.

Se llevan los pantalones cropped, quedan de maravilla y alargan la silueta gracias a que muestran un poco de tobillo pero cuando uno se encuentra a menos de 5 grados como que no apetece mucho enseñar pierna por mono que quede... ¿Qué hay que hacer entonces? Para no perder el efecto, se pueden llevar los pantalones de bajo corto con un botín tipo calcetín. Al ir más pegados a la pierna hacen el mismo efecto que todavía se potencia más cuando son de tono camel.

Llevar un vestido en invierno puede ser una de las mejores formas de abrigarse lejos de lo que pueda parecer en principio. ¿Por qué? Pues porque debajo se pueden ponerte unas cuantas capas, por ejemplo, llevar una camiseta de punto y unos leotardos o leggings térmicos y rematar con unas botas altas.

Si eres de esas personas a las que este tipo de cuello no molesta siempre puede ser incorporado a un montón de looks para ir más abrigada. Siempre existe la opción de llevarlo como prenda principal, pero también puede ponerse debajo de pichis, americanas o vestidos escotados.

Parece obvio pero son imprescindibles para mantener dos partes tan sensibles al frío con buena temperatura: el cuello y la cabeza. La bufanda, cuanto más grande mejor porque al llegar a un sitio cerrado y quitarte el abrigo siempre puedes usarla de chal. Y una regla que puedes (y debes) saltarte es la de llevarlos conjuntados, queda más cool si son de colores y texturas diferentes.

La teoría de las tres capas

Si en lugar de buscar tejidos abrigados se ha decidido optar por ponerse que varias capas, entonces hay que hacerlo bien. Por ello se inventó la teoría de las 3 capas: interior + aislamiento + protección, un método con el que se sentirá uno cómodo, no sudará, y no pasará frío.

El objetivo de esta capa es regular la temperatura y alejar la humedad. Para ello hay que utilizar camisetas térmicas, que están preparadas para mantener el calor corporal y aislarte del frío. Según la temperatura exterior, se pueden elegirlas más o menos gruesas.

Esta segunda capa mantiene el calor y evita el enfriamiento del cuerpo. Normalmente suelen estar fabricados con tejidos transpirables y aislantes y es recomendable que sean ligeros para una mayor facilidad de movimiento en las extremidades.

En esta tercera capa se debe utilizar un cortavientos que proteja de la humedad y el viento. Los poros del tejido permiten que el cuerpo transpire. Por lo tanto, se debe elegir una vestimenta que mantenga el cuerpo seco, evitando tanto la condensación de nuestro sudor como que la lluvia y la nieve moje. Luego tiene que ser cada uno quien ajuste las capas a la medida en función de la meteorología del momento o el esfuerzo físico que se vaya a realizar.

Hay que tener en cuenta que si se va a realizar deporte a bajas temperaturas otra opción es la 2+3, es decir, usar una primera capa y directamente sobre ella una chaqueta con tejido interno térmico. De esta forma, el cuerpo transpira, aisla del viento, y tampoco se pasa demasiado calor.

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