
Existe la creencia de que el alcohol fomenta las relaciones sexuales, pero la realidad es muy diferente ya que su consumo interfiere en la respuesta psíquica y física a la excitación sexual, dificultando las relaciones y, en el caso de los hombres, la capacidad de tener una erección. De hecho, el consumo de alcohol no mejora la respuesta sexual ni estimula el deseo, aunque pueda parecer que sí después de unas cuantas copas de más. Por el contrario, conlleva numerosos efectos negativos y riesgos para la salud.
Socialmente, en torno al alcohol se han creado una serie de mitos, como pensar que las sustancias etílicas mejoran el funcionamiento sexual porque ayudan a desinhibirse, romper con la timidez y, de esta manera, incrementar la autoestima. Según los expertos, esto solo puede llegar a ocurrir con un consumo moderado, lo que serían menos de dos copas, porque de esa manera se convierte en un estimulante del apetito, tranquilizante, sedativo y produce sensaciones positivas, facilitando las relaciones interpersonales y el encuentro físico de los cuerpos.
Pero el consumo de esta sustancia no solo conlleva numerosos inconvenientes y riesgos durante las relaciones sexuales, sino que no aporta ningún beneficio. Aunque es cierto que las bebidas alcohólicas desinhiben hasta un punto a nivel social, la excesiva ingesta inhiben en el ámbito sexual. Además, que tengan este efecto "liberador" no quiere decir que estimulen el deseo, todo lo contrario.
Para empezar, hay que tener en cuenta que el sexo comienza en el cerebro, un órgano cuyas funciones no responden como debieran una vez que el alcohol entra en juego. El deseo puede ser inducido por diferentes factores externos como un olor, unas palabras o una caricia. Por esto es realmente importante que la mente esté conectada al cuerpo cuando se busca tener relaciones sexuales, sin embargo, con una ingesta alcohólica, la activación del deseo, que empieza siempre con un pensamiento, se altera.
Beber en exceso puede bloquear la capacidad para excitarse y sentir orgasmos
El alcohol inhibe partes específicas del sistema nervioso central, que es el encargado de transformar los estímulos sexuales que se reciben del entorno en excitación y favorece que se alcance orgasmo. En los hombres esto se traduce en:
- Aumento del deseo sexual y la excitación, hasta cierto punto. Una bebida provoca deseo pero muchos estudios muestran que después de una bebida, o dos en los hombres que pesan alrededor de 190 libras, el consumo modesto hasta un nivel de alcohol en la sangre de alrededor de 0.08 por ciento, la definición legal de intoxicación mientras se conduce, se asocia con una mayor libido y más actividad sexual. Pero a dosis más altas, el alcohol se convierte en un poderoso depresor del sistema nervioso central.
- Dificultades para mantener la erección debido a una disminución de riego sanguíneo en el pene, con la consiguiente ansiedad que esto genera. En algunos casos, el miedo a que vuelva a suceder podría ser la causa de una problemática de disfunción eréctil en el futuro.
- Retraso en la eyaculación. Algunos podrían pensar que es algo positivo, por aquella falsa creencia de que el sexo es mejor cuánto más dura… pero es un mito. No se trata de aguantar más tiempo sino de la calidad del encuentro sexual. Y si debido al efecto anestésico del alcohol se reduce la sensación de placer y se dificulta el orgasmo, está claro que la calidad del encuentro se ve seriamente afectada.
Y en las mujeres, un consumo excesivo de alcohol:
- Aumenta el deseo sexual y la excitación de las mujeres, hasta cierto punto. El alcohol afecta la libido y la excitación de las mujeres de la misma manera que afecta a los hombres. Una bebida generalmente aumenta el deseo y la probabilidad de actividad sexual. Trece de los 16 estudios muestran que a medida que las mujeres se intoxican, informan una mayor excitación sexual. Pero las dosis altas, (la embriaguez donde te tropiezas), suprimen la excitación.
- Puede disminuir la lubricación en la vagina, debido a la falta de riego en la zona y a la deshidratación que produce el alcohol.
- Puede retrasar el orgasmo o que, cuando se produzca, se sienta con menos intensidad. Al igual que en el hombre, el efecto sedante del alcohol hace que disminuya la capacidad de percibir las sensaciones placenteras y que se altere su capacidad para excitarse.
Sexo casual y riesgos posiblemente graves
- Asociado con el sexo casual. Veintinueve estudios han abordado el vínculo entre el alcohol y el sexo casual. Casi todos muestran una asociación positiva. El alcohol es parte integral del sexo informal en todos los grupos de edad, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes.
- Asociado con la toma de riesgos sexuales. Más de tres docenas de estudios muestran que la intoxicación por alcohol está fuertemente asociada con la asunción de riesgos sexuales. En comparación con las parejas que hacen el amor sobrios, aquellos que mezclan beber y sexo son significativamente menos propensas a discutir la anticoncepción y la prevención de infecciones sexuales. Es menos probable que usen condones.
- Vinculado a la disociación. La intoxicación por alcohol es emocionalmente adormecedora. Muchas mujeres con antecedentes de trauma sexual lo usan para aumentar la disociación. Muchos estudios muestran que una historia de trauma sexual es un factor de riesgo clave para el consumo problemático de alcohol y otros problemas de drogas en las mujeres.

