
Muchas personas se preguntan si es bueno llorar, cuándo el llanto está justificado y cuándo es excesivo. Lo primero que hay que saber es que el llanto no es una emoción en concreto, sino la expresión de una emoción. Por ello, también es importante destacar que llorar mucho no es a priori un signo inequívoco de mayor fragilidad o mayor sensibilidad, además, no hay que olvidar que la sensibilidad es la capacidad para reaccionar a un estímulo, es decir, para sentir, apreciar, percibir lo que ocurre alrededor. Otra cosa que hay que tener clara antes de saber si tiene efectos positivos o negativos en el aspecto físico y emocional de las personas es que llorar es una respuesta natural y emocional que experimentan los seres humanos y muchas veces es incontrolable. El llanto puede ser desencadenado por una amplia gama de emociones, desde la tristeza y la frustración hasta la alegría y el alivio.
Es evidente que cuando se llora mucho rato, el cuerpo experimenta una serie de efectos físicos y emocionales. Uno de los efectos inmediatos es la liberación de tensiones y emociones acumuladas. Llorar puede servir como una válvula de escape para el estrés y la tristeza, lo que a menudo conduce a una sensación de alivio emocional.
Por tanto, llorar es una reacción universal cuando se afronta una pérdida o una situación de estrés muy intensa o incluso por un momento de rabia, una habilidad estrictamente humana que ha sobrevivido y se ha sofisticado en la evolución de la especie por alguna razón importante. Los estudios realizados sobre la composición química de las lágrimas revelan que éstas contienen hormonas del estrés. Estas hormonas tienen la función de preparar al organismo ante una situación de amenaza para así poder focalizar los recursos personales de manera más eficaz. Eso quiere decir que el hecho de llorar ayuda a reaccionar bien teniendo cuidado, huyendo o afrontando con más capacidades, o bien tomando una decisión rápida que salve la vida.
La respuesta de descarga interna de una sobredosis de hormonas de estrés facilita este proceso, pero cuando finaliza la situación de amenaza, el cuerpo que ha producido un superávit de esas hormonas, necesita un mecanismo para liberarlas, y ese mecanismo es el llanto. Actualmente es posible saber que esas hormonas mantenidas en el cuerpo a la larga son tóxicas, esto quiere decir que las personas sometidas a un estrés constante pueden acabar padeciendo problemas fisiológicos y mentales severos.
¿Es malo para la salud llorar mucho?
Llorar no tiene efectos secundarios adversos, muy al contrario, llorar libera el exceso de tensión, reduce la presión sanguínea, favorece la relajación muscular y tienen un efecto sedante y antidepresivo. Por norma general, después de llorar la mayoría de las personas afirma sentirse mejor. Llorar también tiene una función social: es una manera de pedir ayuda. Cuando uno está triste y lo demuestra, los demás se acercan y ofrecen su apoyo, preguntan si se necesita algo. Esto es porque ver llorar a alguien invita a la compasión y alerta a la comunidad de que uno de sus miembros necesita ayuda.
Por ello, está claro que es bueno llorar cuando toca, porque es un mecanismo biológico necesario para regular el organismo, integrar las emociones, expulsar toxinas, liberar estrés y comunicarse con los demás. No obstante, esto varía de persona a persona ya que no se puede determinar cuánto es bueno llorar, establecer un número de veces o una duración del episodio de llanto… Obviamente, cualquier exceso indica una disfunción, un problema psicológico, pero para ello hay que observar detenidamente cuáles están siendo en una persona determinada las consecuencias de llorar "mucho" y, sobre todo, cuáles son los motivos de ese supuesto exceso.
¿Qué beneficios tiene llorar?
- Libera toxinas
El cuerpo humano es sabio y uno de los motivos por los cuales se llora de vez en cuando es para limpiarlo. El motivo es que las lágrimas que se producen ante situaciones de estrés sirven para expulsar del organismo las sustancias que elevan el cortisol, la hormona encargada de generar estrés. Esto, según algunas investigaciones es el motivo por el cual uno se siente mejor después de llorar, porque el cuerpo expulsa sustancias tóxicas a través de las lágrimas de la misma forma en que lo hace a través de la orina o la sudoración.
- Sensación de alivio y descarga de tensiones
Queda claro que una buena llorera puede proporcionar sensación de alivio y descargar tensiones, incluso cuando el motivo que ha llevado a ese punto sigue existiendo. Pero, esto no es lo único. También mejora el humor. De hecho, según un estudio de la Universidad del Sur de Florida, llorar puede llegar a ser más beneficioso para mejorar el estado de ánimo que cualquier antidepresivo, tanto es así que el 90% de las personas que participaron en esa investigación aseguraron que, tras haber llorado, se sentían mucho mejor.
Otra de las cosas es que se consiguen reducir las tensiones acumuladas y hay mayor sensación de relajación. Hay que tener en cuenta que cuando uno se siente triste o deprimido, la tensión se acumula en el cuerpo, no se puede dormir correctamente, se le está todo el día dando vueltas a la cabeza y, en general, se está en un estado nervioso bastante intenso. Por este motivo, las lágrimas ayudan a aliviar esta tensión, a soltarla convertida en llanto y, así, después poder estar más relajados.
El motivo por el que se llora es el mismo por el que se ríe, es decir, se necesita expulsar esa tensión en forma de llanto o de carcajada. Después de llorar, uno se siente mucho mejor y el motivo de ello es que con el lloro se segregan endorfinas que ayudarán a sentirse más tranquilo y poder relajarse.
- El cerebro está más activo
Cuando se pasa un periodo de tristeza o depresión, el cerebro empieza a estar mucho más activo que en cualquier otro momento de la vida. ¿Por qué? Porque activa más de setenta regiones cerebrales ya que, con la tristeza, se piensa más, se le dan más vueltas a las cosas, se intentan buscar soluciones... Todo esto se realiza gracias a las funciones cerebrales y, por tanto, se activan regiones como la corteza prefrontal, el hipocampo, los lóbulos temporales, entre muchos otros.
Además, gracias a este aumento de actividad cerebral, se consume una mayor energía de la que habitualmente se gasta por usar el cerebro y, por tanto, se sienten más ganas de comer alimentos y, en concreto de comer dulce. ¿Por qué ocurre esto? Porque la glucosa es la energía más demandada por el cerebro y, por tanto, se puede obtener de alimentos dulces o de frutas.
- Mejora la visión
Ese centenar de litros de lágrimas que produce el cuerpo cada año no solo está ahí para ayudar a liberar tensiones, sino que otro de sus objetivos es evitar que los ojos se resequen. El motivo es que la deshidratación de las membranas de los ojos puede hacer que se vea un poco borroso, pero las lágrimas están ahí para acudir al rescate. Según el Instituto Estadounidense del Ojo las lágrimas se encargan de hidratar, limpiar y deshacerse de las partículas de polvo y suciedad que pueda haber en los ojos.
- Mata bacterias
Además de limpiar los ojos y mantener la humedad que necesitan, las lágrimas también matan bacterias. Otro estudio, del Centro de Investigación Toxicológico de Estados Unidos, descubrió que las lágrimas contienen lisozima, una enzima que se encarga de destruir las paredes de las células de las bacterias. Esta enzima se puede encontrar también en la leche materna, el semen, las mucosas y la saliva.
Peligros de llorar mucho tiempo
Sin embargo, llorar en exceso o durante un largo período de tiempo también puede tener efectos físicos y negativos. Por ejemplo, las lágrimas contienen sustancias químicas como el sodio y las enzimas, y cuando se llora mucho, el cuerpo puede perder estos componentes importantes. Esto puede llevar a la deshidratación temporal y a la sensación de agotamiento, por lo que beber agua o una bebida hidratante tras haber llorado puede ayudar a reponer los líquidos perdidos.
Además, llorar puede causar inflamación y enrojecimiento en los ojos, así como la sensación de hinchazón en el rostro. Esto es una respuesta natural a la irritación causada por las lágrimas y puede aliviarse aplicando compresas frías en los ojos y descansando.
A nivel emocional, llorar en exceso puede causar agotamiento y fatiga. Las emociones intensas y prolongadas pueden agotar la energía mental y emocional, lo que lleva a una sensación de cansancio y debilidad. Es importante permitirse el tiempo para recuperarse y cuidar de uno mismo después de un episodio de llanto intenso.

