
ué tiene de mágico la moda española que, de cuando en cuando, permite que aterricen auténticas figuras para la costura nacional que recuerda el caldo de cultivo que tenemos. Y que hemos sido. Con el talento naces, pero el éxito se gestiona. Y de esto saben los creadores de los que voy a hablar a continuación.
Y es que ya tenemos entre manos la nueva portada de Fearless invierno (a los quioscos principales llegará la próxima semana. Cosas de la Navidad…). Y es que, hablando de nuestros libro (nunca del revés), después de haber sobrevivido a la ‘real Victoria’ y a los ‘influ-humos’, agencia de aceituna mediante, y tras un intento de secuestro del número de otoño (o una portada), podemos confirmar que cerramos un 2023 repleto de éxito y mucha artesanía. Sí. Porque si algo tiene nuestra revista es la artesanía como método de creación. Y sobre todo las cosas bien hechas. Hay que abogar por las cosas bien hechas aunque no sean trendic topic. O aunque no sean like.
En esta ocasión, tenemos el privilegio de contar nada menos que con una increíble Raquel Sánchez Silva que se desvivió en la sesión de fotos para Roberto Maroto convirtiéndose en una auténtica leona. Recuerdo cuando la vi por primera vez en televisión cuando yo tenía escasas 15 primaveras. La miraba, la analizaba, la estudiaba… su profesionalidad ante las cámaras, su perfecta pronunciación y su gran carisma que, al conocerla en persona, pude corroborar.
Yo ya sabía por aquel entonces que lo mío iba a ser el periodismo. Y más allá de admirar a Raquel, hubo una mujer con la que yo soñaba llegar a parecerme algún día. Yolanda Sacristán. Amiga de Raquel y la culpable de este resultado.
Yolanda podría ser la versión de Anna Wintour ‘made in Spain’: belleza, inteligencia, pasión y cercanía. Dirigió 17 años Vogue España y después 3 Harper 's Bazaar. Yo soñaba con algún día poder liderar alguna de estas cabeceras. Un sueño tan difícil de alcanzar como innecesario en verdad. Si Mahoma no va a la montaña, no es porque le guste la playa (eso dice el cómico Juan Solo). El dicho dice que es la montaña la que va a Mahoma. A falta de poder liderar una revista, crea la tuya propia. Y así fue. 2019. Agatha Ruiz de la Prada y unas rebeldes ovejas, nuestra primera portada. En ese número, también aparecía, por cierto, Yolanda Sacristán, posando para Eduardo Momeñe en ‘Bertie en bucle’, la divertida sección de Bertie Espinosa.
De aquel entonces a hoy, 17 ediciones de papel impresas, pandemia mediante. La magia sucede cuando uno cree y persigue sus sueños desde la perseverancia y la ética vital. Cuatro años después, mi admirada Yolanda entrevista en Fearless a Raquel Sánchez Silva. Y esto es la consecuencia del trabajo bien hecho. Ambas consiguieron la mejor energía trasladada a las fotos en un colorido shooting en el restaurante madrileño A’Barra (con estrella Michelín, además). Aunque aquel día las verdaderas estrellas fueron Yolanda y Raquel. Cuatro horas de trabajo a las que se sumaron cuatro ‘maestros de la costura’. De los cuatro, tres son los que componen el jurado del programa de televisión que ya va por su sexta edición. Un programa de moda que ha conseguido que la gente corriente entienda la moda desde sus entresijos. Lorenzo Caprile, María Escoté y Alejandro Palomo vestían a Raquel para esta producción. En portada, de blanco para Palomo. A estos tres genios de la moda (sobra cualquier presentación sobre ellos), se nos unía Mariano Moreno, por las flores. Mariano cuenta con un bagaje en el sector tras hacer moda y cátedra de estilo en Pronovias y Rosa Clará. Pero sí, salvados por las flores. El elemento de unión en todos los trajes que la presentadora llevó. Raquel, hablando conmigo mientras la maquillaban, me dijo: "flor de invierno. En todos los vestidos hay flores. Y en invierno también hay flores. Y son igual de bellas". Dicho y hecho. Flor de invierno, porque se puede florecer también con el frío. Y de hecho hay bellísimas flores en invierno. Preludio de las impacientes que no aguantan a la primavera.
Raquel es una flor de invierno. En realidad de cualquier estación del año, porque, como el ave fénix, nace y renace tantas veces necesita. ¡Felices fiestas!
