
Los riñones son los órganos responsables de filtrar los desechos y el exceso de líquido para eliminarlos a través de la orina, lo que quiere decir que son vitales para la salud del organismo. Ahora, ¿Cuáles son los hábitos que dañan los riñones? Es algo importante de conocer ya que, a pesar de que los riñones son esenciales para la salud y el bienestar, a menudo muchos ignoran ciertos hábitos que pueden condicionar su adecuado funcionamiento. Ahora bien, también es importante recordar que se puede llevar una vida relativamente normal con tan solo el 20% de su función renal. De este modo, aunque los riñones están deteriorándose de manera gradual, puede darse el caso de que la persona afectada no sea consciente de ello hasta que el problema esté muy avanzado.
Con una merecida fama de eficiencia, los riñones suponen una rara avis dentro del organismo, ya que no son muchos los órganos que están presentes a pares, pues sólo los pulmones aparecen por duplicado. Sin embargo, al contrario de lo que sucede con los pulmones, la calidad de vida puede no verse afectada por el hecho de no tener uno de los dos riñones. Una realidad halagüeña que merece la pena recordar para mantener el ritmo de donación, pero también comprender y conciencia para mimar a los riñones. Elemento clave en la filtración de la sangre y la eliminación de desechos, el trabajo de los riñones es primordial para excretar toxinas. También es un órgano que sirve de balanza en distintos equilibrios, tanto hídricos como electrolíticos, ajustando las cantidades de agua en el cuerpo, así como de distintos minerales.
Por esta misma razón, también ejerce un papel de control en la regulación de la presión arterial, otra de sus grandes funciones. Sin embargo, no es sólo juez y parte sino que también secreta distintas hormonas como la eritropoyetina, que fomenta la producción de los glóbulos rojos, así como la vitamina D. En cierto modo, los riñones son una suerte de balanza o de control de determinadas sustancias, siendo relevante en la homeostasis corporal.
Como se ha dicho ya en numerosas ocasiones, no hay organismo que no se resienta ante las dietas desequilibradas y el riñón, por su papel fundamental de filtrador, es uno de los más afectados. En este caso, las dietas ricas en sodio, pero también las que abusan de los azúcares, complican sus funciones. El motivo es que, en ambos casos, se ven relacionadas con un incremento de la presión arterial, pudiendo desembocar en hipertensión. Además, en el caso de los azúcares, supondría un riesgo acrecentado de desarrollar diabetes, una de las enfermedades que más vinculación guarda con el riñón.
Aquellos que tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad renal incluyen personas con diabetes, presión arterial alta, enfermedad cardíaca o antecedentes familiares, enumera el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales. Por lo que para cuidar de los riñones es importante controlar estos factores de riesgo.
Hábitos que pueden dañar los riñones
- Ingesta insuficiente de agua: La deshidratación crónica puede ser perjudicial para los riñones, ya que reduce el volumen de sangre que fluye hacia ellos. Esto puede dar lugar a la formación de cálculos renales y dificultar la eliminación de toxinas, por lo que beber agua es una de las mejores cosas que se puede hacer por el organismo. El motivo es que mantenerte bien hidratado no solo ayuda a que los riñones hagan su trabajo de eliminar las toxinas del organismo, sino que esta también es una de las mejores maneras para prevenir cálculos renales. Como objetivo saludable, los médicos recomiendan beber entre 1,5 y 2 litros de agua por día.
- Beber demasiados refrescos: Si se está reemplazando el agua por otra bebida, lo mejor es mantenerse alejado de las colas carbonatadas. El motivo es que las investigaciones han demostrado que consumir dos o más refrescos por día está relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedad renal crónica.
- Consumo excesivo de alcohol: El alcohol puede alterar la función renal y causar desequilibrios en los electrolitos, por lo que el abuso crónico de alcohol puede conducir a enfermedades renales graves. El motivo es que, cuando los riñones trabajan para eliminar las toxinas del organismo, consumir cantidades excesivas de alcohol equivale a hacer que estos órganos trabajen horas adicionales. Tanto es así que se ha determinado que el consumo excesivo regular duplica el riesgo de padecer enfermedad renal crónica.
- Consumir demasiada cafeína: Así sea en gaseosas o en café, el consumo de cafeína podría ocasionar el aumento de la tensión arterial, lo que, a su vez, daña los riñones. De hecho, algunos estudios han determinado que muchas personas consumen cafeína en exceso y deben trabajar en pos de eliminar una o dos tazas de café de su día laboral.
- Consumir demasiado sodio: Sobre todo al cocinar, las pequeñas cantidades de sal son ideales, pero el exceso puede ocasionar un verdadero problema. El motivo es que demasiado sodio en la alimentación aumenta la tensión arterial, lo que, a su vez, puede dañar los riñones. Es por esto que los médicos recomiendan cocinar con especias alternativas, en lugar de tomar la sal fina para cada comida.
- Dieta rica en grasas y azúcares: Una alimentación poco saludable, especialmente aquella alta en grasas saturadas y azúcares, puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes y la obesidad, que aumentan el riesgo de enfermedad renal. De hecho, los alimentos procesados no solo suelen tener un elevado contenido de sodio, sino que también, por lo general, carecen de alguna especie de valor nutricional significativo. Las pautas con respecto al consumo de sodio y de vitaminas son casi imposibles de cumplir al seguir una alimentación compuesta principalmente por alimentos procesados. De ser posible, lo mejor es consumir0 alimentos frescos y cocinados de manera casera, en lugar de comprar comidas preelaboradas.
- Consumir demasiadas proteínas: De acuerdo con la Universidad de Harvard, una cantidad excesiva de proteínas puede ser perjudicial para los riñones. El motivo es que la digestión de proteínas ocasiona amoniaco como producto secundario, el cual los riñones posteriormente deben neutralizar. Entre otros problemas, el consumo excesivo de proteínas luego puede dar lugar a presentar una mayor cantidad de cálculos renales y a padecer enfermedades del riñón.
- Consumir demasiado potasio: Cuando los riñones fallan, no son capaces de eliminar el exceso de potasio, por lo que los alimentos tales como los plátanos o el pan integral podrían ser perjudiciales para quienes padecen enfermedad renal. Por ello es importante también evitar los sustitutos de la sal, los productos lácteos y determinadas frutas, así se limita el consumo de potasio.
- No consumir la cantidad necesaria de vitamina B6: Se ha determinado que la deficiencia de vitamina B6 aumenta las probabilidades de tener cálculos renales. Si bien siempre es importante obtener las dosis completas de cada vitamina, en lo que respecta a la salud renal, la vitamina B6 es una de las más importantes. Los alimentos tales como pescado, garbanzos, vegetales con almidón y frutas no cítricas son ricos en vitamina B6.
- No consumir suficiente magnesio: Determinados minerales son tan necesarios para el organismo como las vitaminas, y el magnesio es uno de ellos. Este mineral ayuda en la absorción del calcio, lo que, a su vez, previene problemas tales como cálculos renales. Algunos alimentos ricos en magnesio son verduras de hojas verdes, frutos secos, semillas, judías y el siempre famoso aguacate.
- Retener la orina: Cuando el deseo de orinar llama, es muy importante atenderlo lo antes posible. De hecho, retener la orina es muy mala idea, ya que a largo plazo puede causar daños como insuficiencia renal o incontinencia. Además, el hecho de mantenerse largos periodos de tiempo sin orinar puede producir severas infecciones urinarias, estas son infecciones bacterianas que afectan el tracto urinario, debido a los gérmenes de la orina acumulada en la vejiga.
- Ignorar las enfermedades comunes: Cuando se padece un constipado, se tiene tos o se contrae la gripe, el cuerpo crea anticuerpos para combatirlos. Estas proteínas podrían ocasionar que los riñones se inflamen si la enfermedad dura demasiado tiempo. Por ello, los médicos recomiendan nunca intentar soportar estas afecciones durante el mayor tiempo posible, ya que, aunque sean enfermedades menores, de no tratarse, podrían dar lugar a algo peor.
- Fumar: El tabaquismo no solo afecta los pulmones, sino que también puede dañar los vasos sanguíneos que irrigan los riñones, reduciendo su capacidad para funcionar correctamente. De hecho, también se ha descubierto que los fumadores son más propensos a presentar mayores proteínas en la orina, una señal de enfermedad renal. Además de otros problemas, también se ha determinado que el consumo de tabaco aumenta los cálculos renales, acelera la pérdida de la función renal y estrecha los vasos sanguíneos.
- No dormir lo suficiente: Dormir lo suficiente de manera regular es una de las mejores cosas que se puede hacer por el cuerpo; lo mismo ocurre con los riñones. La función renal está regulada por el ciclo del sueño, por lo que los patrones de descanso anormales o reducidos pueden confundir al organismo con respecto a cuándo los riñones deberían hacer un mayor esfuerzo.
- Entrenar en exceso: Entrenar en exceso podría ocasionar rabdomiólisis, afección en la que las fibras musculares muertas ocasionadas por lesiones se desplazan hacia el torrente sanguíneo. Esto podría ocasionar una variedad de problemas, entre ellos, insuficiencia renal, la que, por lo general, se detecta a causa de la orina oscura.
- Falta de ejercicio: La actividad física regular contribuye al mantenimiento de un peso saludable y al control de la presión arterial, lo que es crucial para la salud renal. La falta de ejercicio puede aumentar el riesgo de enfermedades renales.
- Permanecer demasiado tiempo sentado: El ejercicio y la actividad física son excelentes para el organismo, por lo que no debería ser de sorprender que permanecer quieto durante mucho tiempo podría estar ocasionando graves daños. Estar sentado durante períodos prolongados podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades renales en hasta un 20%.
- Consumir demasiados diuréticos: Consumir demasiados diuréticos, los que, en ocasiones, son catalogados como píldoras contra la retención de líquidos, podría originar un mayor riesgo de sufrir daño renal agudo. Estos medicamentos aumentan la producción de orina, lo que implica que el riñón trabaje más de lo normal, lo que podría, como resultado, contribuir a su deterioro.
- Abuso de analgésicos: El uso excesivo de analgésicos, especialmente aquellos que contienen ibuprofeno y naproxeno, puede dañar los riñones a largo plazo. Estos medicamentos pueden disminuir el flujo sanguíneo renal y provocar insuficiencia renal en casos extremos. Los analgésicos de venta libre, como la aspirina o el ibuprofeno, podrían dañar los riñones; y quienes ya padecen problemas renales corren un riesgo aún mayor.
- No tomar los medicamentos necesarios: Quienes padecen otras enfermedades, en particular, diabetes, podrían ocasionarle mayores daños al organismo si no toman de manera adecuada los medicamentos recetados. Dejar el organismo desprotegido contra algo a lo que este intenta hacerle frente probablemente ocasione una falla orgánica, en la que, a menudo, los riñones son unos de los primeros órganos en sufrir daños.

