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¿Hay alimentos que parecen saludables pero no lo son?

La alimentación es importante para mucha gente, pero no todos los alimentos que se consumen son sanos. ¿Cuáles no son saludables aunque lo parezcan?

La alimentación es importante para mucha gente, pero no todos los alimentos que se consumen son sanos. ¿Cuáles no son saludables aunque lo parezcan?
plato de salchicha, fiambres, embutido | Pixabay/CC/moerschy

La alimentación es un gesto que cada día cobra una mayor importancia, el motivo es que, con el auge de los productos ecológicos y la tendencia a comprar de proximidad y de temporada, la gente presta mucha atención a qué cocina y con qué. Y es que una nutrición saludable y consciente es una de las mejores armas para luchar contra muchas patologías y enfermedades, además de ser un gran mecanismos para encontrarse mejor por dentro y por fuera. Sin embargo, hay que estar siempre atentos ya que hay ciertos alimentos que engañan. ¿Cómo es posible? Es tan sencillo como que existen numerosos productos que, en un primer momento, pueden parecer muy saludables pero que, al analizar sus componentes y sus valores nutricionales, no lo son.

Cuando se dice que no son tan sanos no se quiere decir ni mucho menos que se deban excluir por completo de la dieta o que comerlos sea algo grave, simplemente es importante advertir que es mejor conocer y saber la verdad sobre las propiedades y composición nutricional de esos alimentos, así no se recurrirá a ellos pensando que se está tomando algo totalmente saludable y recomendable para cuidar la dieta, de este modo, no hay que abusar de ellos sin ser conscientes de lo que aportan y lo que no. Pueden consumirse de manera ocasional pero sabiendo lo que llevan de verdad.

Por todo ello, conocer la naturaleza de los ingredientes que forman parte de la dieta se ha convertido en una prioridad para aquellos que saben de la importancia que tiene para la salud. Sin embargo, y a pesar de que cada vez son más los que deciden buscar opciones saludables y nutritivas, existen numerosos alimentos que no son tan sanos como parecen. Así, uno puede encontrar opciones que no son lo que parecen, y que aunque popularmente se presentan como saludables, en realidad no lo son.

  • Zumos de frutas: Los zumos de fruta pueden parecer una buena fuente de vitaminas, pero muchos de ellos no contienen el fruto entero y están cargados de azúcares añadidos. Además, al no tener fibra, el azúcar de los zumos se absorbe rápidamente, aumentando los niveles de azúcar en sangre de manera significativa, por ello es mucho más saludable comer la fruta entera, que proporciona fibra y otros nutrientes esenciales. No obstante, sería recomendable que una persona que consume poca fruta recurra a los zumos naturales para suplir esa carencia.
  • Cereales: Durante muchos años, la versión de desayuno saludable ha estado protagonizada por los cereales. Sin embargo, no todas las opciones son saludables. El motivo es que algunos cereales que se promocionan como "integrales" o "ricos en fibra" pueden contener cantidades preocupantes de azúcar y conservantes artificiales. Leer bien las etiquetas es crucial para asegurarse de que realmente están hechos principalmente de granos integrales y no tienen azúcares ocultos.
  • Barras de cereales o energéticas: A menudo comercializadas como un alimento energético y saludable, las barras de cereales pueden estar llenas de azúcares añadidos y grasas saturadas. Aunque se publiciten como ricas en fibra y proteínas, muchas veces el contenido de azúcar de estas barras es comparable al de algunos postres. En ocasiones es frecuente recurrir a barritas energéticas a media mañana y, como tentempié ocasional, no son mala opción. Sin embargo, no se debe pensar que es una opción de lo más saludable, ya que contienen grasas saturadas, una elevada cantidad de azúcar, colorantes y otros aditivos.
  • Embutidos envasados: Seguro que en muchas neveras está presente el jamón york o el pavo en lonchas en paquetes envasados y se considera una opción saludable. Y si, pero con matices. El motivo es que no se debe perder de vista que se trata de alimentos procesados que suelen contener espesantes como harinas, féculas de patata, una cantidad elevada de sal, azúcar…
  • Yogur con sabor a fruta: El yogur es conocido por sus beneficios probióticos y se le considera un alimento saludable. Sin embargo, los yogures con sabor a fruta suelen tener mucho azúcar añadido. Es preferible optar por yogur natural y añadirle fruta fresca para controlar la cantidad de azúcar.
  • Yogur helado: En los últimos tiempos, el yogur helado se ha hecho muy famoso, y no solo por su sabor sino que son muchos los que creen que se trata de una opción más saludable que otros helados. Sin embargo, tal y como señalan algunos expertos ‘ni es yogur ni es helado’. Elaborado con diferentes productos lácteos, cuenta con una buena cantidad de azúcares o edulcorantes y se suele acompañar con ‘toppings’ cargados de calorías.
  • Tortitas de arroz o maíz: Aunque muy admiradas popularmente, estas tortitas suelen contar con saborizantes, sal, aceite y otro tipo de aditivos poco saludables y con escaso valor nutricional. Además, son poco saciantes y llevan a comer siempre más de una. Es cierto que son más saludables que un bocadillo o similar pero.... no se debe abusar.
  • Pan de molde: Protagonista de las meriendas de los más pequeños y de numerosos desayunos de adultos, es importante saber que el pan de molde cuenta con más calorías y más grasas que una barra de pan común.
  • Pan integral: El pan integral es sano, el problema viene cuando se confunde integral con light y se piensa que por comer pan integral no se va a engordar. Hay que tener claro que los alimentos integrales se diferencian de las versiones "normales" en que tienen más cantidad de fibra, esencialmente, pero el número de calorías es prácticamente el mismo.
  • Palitos de cangrejo: Se suele recurrir a ellos para incorporarlos a las ensaladas y, lo cierto, es que es una opción poco calórica. Sin embargo, no son tan sanos como parecen, ya que están hechos de diferentes partes de pescados de carne blanca con las que se hace una masa gelatinosa a la que se incorporan edulcorantes, clara de huevo, sal, almidón y otros aditivos.
  • Ensaladas prefabricadas o fast food: Si bien una ensalada puede ser una excelente opción baja en calorías, las ensaladas prefabricadas a menudo incluyen aderezos altos en calorías, sodio y grasas poco saludables. Además, los extras como picatostes, quesos y trozos de bacon pueden transformar una ensalada aparentemente inocua en una bomba calórica. Siempre será mejor comprar los ingredientes por separado y hacer una ensalada casera, que es rápido y sencillo.
  • Sushi: Es demasiado fácil comerse una docena de piezas de sushi pensando que "no engorda" y se ha comido muy sano, pero no es así. El motivo es que su componente principal es el arroz blanco, al que se le ha quitado la mayor parte de su fibra, vitaminas y minerales. Además, se suele preparar con azúcar, por lo que su ingesta podría suponer un alto consumo de azúcares. Por no hablar de los ingredientes añadidos que hay que evitar: mayonesa, cebolla frita, frutas, salsas varias, cremoso queso y muchísimas más cosas que están cargadas de grasas y carbohidratos y que convierte al preciado alimento en algo muy poco saludable.
  • Pepinillos en vinagre: Los encurtidos son uno de los snack más populares. Sin embargo, es importante controlar el consumo de algunos como los pepinillos en vinagre, por el elevado contenido en sal y azúcar de algunas opciones.
  • Chips de verduras: Los chips de verduras han tenido mucho éxito como alternativa para un picoteo saludable, pero lo cierto es que no hay que perder de vista que, en primer lugar, están fritos, y no siempre en aceite de oliva; en segundo lugar tienen colorantes y conservantes y, además, para su elaboración las verduras se someten a un proceso de deshidratación en el que pierden buena parte de sus vitaminas y minerales originales.
  • Fruta deshidratada: Las frutas secas son grandes fuentes de vitaminas concentradas, minerales y fibra, pero hay que tener precaución con su consumo porque también aportan calorías muy concentradas y azúcar. Es tan sencillo como pensar en las ciruelas pasas: sólo una taza de ciruelas pasas contiene más de 400 calorías y 45 gramos de azúcar, mientras que una taza de ciruelas frescas sólo tiene 76 calorías y 16 gramos de azúcar. Y, a diferencia de la fruta fresca, estas no tienen tanto contenido de agua, por lo que no aportan a la saciedad al mismo nivel.
  • Azúcar moreno: las opciones comerciales de azúcar moreno son en su mayoría azúcar blanco refinado oscurecido con melaza por lo que sus propiedades son iguales que las del azúcar blanco, con un aporte de vitaminas y minerales muy bajo.
  • Miel y siropes vegetales: La miel y los siropes como sustitutos del azúcar son una falacia. ¿Por qué? Porque no sustituyen nada, hay que recordar que la miel es en un 85% azúcar, y con los siropes vegetales, de arce, de agave, o de los que sea sucede lo mismo. Esos productos no son azúcar, es cierto, pero son "azucarantes" intensos. ¿Y qué hay del resto de sus componentes? El 14% restante es agua y el resto de sustancias, suponiendo que las haya (vitaminas, minerales, antioxidantes, etc.) se pueden obtener desde otras fuentes sin el "chutazo" de azúcar que implican.
  • Crema de vinagre balsámico de Módena: Desde hace unos años, se ha convertido en uno de los aliños más populares de las ensaladas. Eso sí, además de bastante azúcar, tiene más calorías que el vinagre de Módena y que otros vinagres como el de manzana o el de vino blanco. Se puede consumir pero deberá ser de manera ocasional.
  • Salsa de soja: Se tiende a pensar que la salsa de soja es un aderezo saludable y, aunque tiene beneficios, el problema de la salsa de soja es su elevado contenido en sodio, razón por la que no conviene abusar de ella.
  • Sopas de sobre: Rápidas y fáciles de preparar, son muchos los que creen que las populares sopas de sobre son una opción saludable. Sin embargo, la mayoría cuentan con bastante sal, por lo que no es recomendable consumirlas de manera habitual.
  • Bebidas light o zero: Aunque sean la versión sin azúcar (o con menor cantidad) de los refrescos tradicionales, siguen siendo bebidas procesadas con múltiples añadidos como conservantes. Además, el gas puede provocar molestias y se desaconseja ante ciertos tipos de dolencias, como de riñón.
  • Bebidas isotónicas: Vinculadas al entorno deportivo en general las bebidas isotónicas comerciales encajarían mejor en la categoría "refrescos isotónicos". El objetivo por el que verdaderamente es interesante el consumo de bebidas isotónicas, es la reposición de líquidos y electrolitos perdidos durante la transpiración en la práctica deportiva. Para eso, no se precisa que esas bebidas lleven o aporten azúcares, muchas veces en una cantidad significativa similar a la de un refresco al uso. Sin embargo, buena parte del mercado de esta clase de refrescos isotónicos se vincula a las elecciones de ocio y recreativas, y se suelen preferir ante otras posibles elecciones que tienen peor imagen, pero que en realidad son muy similares: los refrescos.

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