
La salud bucodental es muy importante para una buena salud general, pero, dentro de ella la saliva suele ser el factor más olvidado. Aunque, realmente las cantidades adecuadas de saliva son cruciales para una buena salud bucal, para, entre otras cosas, tener menos caries y para realizar una buena digestión. Es tan importante que, al día, una persona segrega entre 1.000 y 1. 500 mililitros de saliva, además es un líquido sorprendentemente poderoso que a menudo pasa desapercibido. Pero, ¿Qué es la saliva? Es un líquido producido por las glándulas salivales, mezcla de agua, enzimas, proteínas y minerales que desempeña una variedad de funciones esenciales para mantener una boca sana y funcional. De hecho, gracias a su función limpiadora, es capaz de evitar que las bacterias se peguen a los dientes produciendo caries o cualquier enfermedad periodontal, manteniendo así la salud bucodental.
¿Qué es la saliva?
La saliva es un líquido extracelular producido por las glándulas salivales de la boca, cuenta como la primera línea de la digestión, ya que transporta unas enzimas importantes para descomponer las partículas de alimentos. Aparte de esto, también proporciona minerales y vitaminas a los dientes para el proceso de remineralización. En general, la saliva está compuesta por: Agua en un 95%, electrolitos como sodio, potasio, calcio, magnesio y fosfatos, moco, enzimas, proteínas y otras sustancias, minerales y compuestos.
Cuando se tiene una saliva saludable, su pH es ligeramente ácido (de 6-7 pH) lo que le ayuda a descomponer los alimentos y también protege la boca de la acumulación de bacterias.
Funciones clave de la saliva
- Lubrica y protege el interior de la boca: consigue que la cavidad bucal se conserve húmeda, ayudando a la ingestión de los diferentes alimentos.
- Elimina bacterias perjudiciales: ayuda a eliminar bacterias para impedir que se forme placa dental.
- Agente limpiador: actúa como un agente de limpieza natural en la boca, ayudando a eliminar los restos de alimentos y bacterias que pueden causar caries y enfermedades de las encías. Además, tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas que ayudan a combatir las infecciones y a mantener el equilibrio de la microbiota oral.
- Protección frente a las caries: el motivo es que contiene minerales como el calcio y el fosfato que ayudan a remineralizar los dientes, reparando el esmalte y evitando la formación de caries. Además, tiene propiedades antimicrobianas que combaten las bacterias y otros patógenos en la boca, reduciendo el riesgo de infecciones y enfermedades periodontales.
- Colabora a que las papilas gustativas reconozcan de una manera positiva el gusto de los alimentos.
- Digestiva: gracias a uno de los elementos de la saliva llamado mucina, se generan las condiciones idóneas para la formación del bolo alimenticio y la deglución de éste. La saliva contiene enzimas, como la amilasa, que comienzan a descomponer los alimentos en la boca, iniciando el proceso digestivo antes de que los alimentos lleguen al estómago. También ayuda a lubricar los alimentos, facilitando la masticación y la deglución.
- Es un medio diagnóstico que permite conocer algunas enfermedades. Con una pequeña muestra de saliva se puede saber la afección que una persona padece y realizar un diagnóstico para la misma.
- Equilibro en la flora oral: mantiene la boca húmeda, lo que es vital para la salud de las mucosas y para prevenir la sequedad bucal, que puede provocar mal aliento, infecciones y una mayor susceptibilidad a las caries y enfermedades de las encías.
Impacto de la falta de saliva
Cuando hay una producción insuficiente de saliva, puede existir sequedad bucal, una condición conocida como xerostomía. La sequedad bucal puede tener varios efectos negativos en la salud bucal y la calidad de vida en general como dificultad para hablar y tragar, irritación de los tejidos bucales, sensación de ardor en la boca, mal aliento y aumento del riesgo de caries dental y enfermedades de las encías. Además, hay que saber que puede ser causada por una variedad de factores, que incluyen el uso de ciertos medicamentos, tratamientos médicos como la radioterapia, trastornos médicos como la diabetes y el síndrome de Sjögren, el envejecimiento, el tabaquismo y la respiración por la boca.
Por su parte, la sialorrea o hipersalivación es la otra patología oral relacionada con la producción de saliva. En este caso ocurre cuando la producción de saliva es exacerbada, permitiendo que la salivación excesiva suponga un grave problema en la calidad de vida de quien sufre la afección. Esta patología conlleva problemas serios, como la dificultad para tragar, la complicación para hablar y la formación de boqueras o queilitis angular. Las patologías neurológicas y la ingesta de determinados fármacos suelen ser casusas habituales de la hipersalivación.
Factores que alteran la producción de saliva
- Medicamentos
- Desórdenes médicos
- Hábitos de vida
- Estrés
Consejos para mantener una saliva saludable
- Mantener una buena hidratación: Beber suficiente agua durante el día es vital para estimular la producción de saliva, además es esencial evitar las bebidas azucaradas y con cafeína, que pueden deshidratar.
- Mantener una dieta equilibrada: Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, especialmente aquellos que promueven la producción de saliva como frutas y verduras frescas.
- Masticar chicles sin azúcar o caramelos de xilitol: El motivo es que el acto de masticar puede ayudar a aumentar la producción de saliva. Además, el xilitol fomenta la salivación y actúa como agente anticaries.
- Evitar el alcohol y el tabaco: El motivo es que ambos pueden reducir la producción de saliva y aumentar el riesgo de problemas bucales.
- Usar enjuagues bucales humectantes: Si se tiene problemas de saliva se pueden usar enjuagues bucales diseñados específicamente para aliviar la sequedad bucal.
- Mantener una buena higiene bucal: Lo ideal es cepillar los dientes con pasta de dientes fluorada al menos dos veces al día y usar hilo dental regularmente para prevenir problemas bucales.

