Menú

Los huevos de Eric

Ha sido un maestro para mí. Con su sonrisa pícara inconfundible y ese acento que nunca le ha abandonado.

Ha sido un maestro para mí. Con su sonrisa pícara inconfundible y ese acento que nunca le ha abandonado.
Nieves Álvarez, Enric Yerno y Katy Mikhailova | Katy Mikhailova

Después de todo, la muerte es un síntoma de que hubo vida, decía Mario Benedetti. Ayer amanecía con la triste noticia de que Eric Yerno, probablemente el relaciones públicas más importante de Madrid del sector lujo, nos abandonaba. Pero Eric era mucho más que esa figura especializada en el PR y que implementó, de hecho, en los 90 esta profesión convirtiéndose en uno de los profesionales más cotizados que le llevaron a fundar la agencia Réplica, junto a su socio Emilio Saliquet.

Eric era mucho Eric. Primero, el rey de la fiesta, y después, un hombre capaz de elevar cualquier marca a la excelencia. Su ironía y sátira, humor particular y buen gusto le hacía indomable.

Gracias a la revista Fearless nos sumergimos en el apasionante mundo de Eric en su casa, fiel reflejo de ese Marruecos que le ha visto nacer con gotas de minimalismo moderno y extravagante al mismo tiempo. Su casa estaba llena de huevos. Ni diez, ni veinte ni treinta. Un día me confesó que podría haber más de 400. Grandes, pequeños, de colores, de diferentes materiales, esculpidos, pintados; perfectos, barrocos, desgastados… no sabemos qué pasa por la cabeza de un genio como lo era él para depositar en un concepto como el huevo tanta vida. Porque en verdad los huevos pueden ser la duda y a su vez la confirmación del origen de la vida.

Le recuerdo tomando vino y riendo sin parar. Aquel día en su casa produjimos La Penúltima Cena para nuestra edición de otoño. Era penúltima, porque con él todo era infinito y así va a ser siempre. Reunió en su casa a Antonia Dell'atte (con quien guardo una preciosa amistad gracias a Eric), Agatha Ruiz de la Prada, Beatriz de Orleans, Clara Courel, Teresa Sapey o Samantha Vallejo-Nágera. Comimos paella con champagne, y compartimos infinitas risas. Desde aquel entonces hasta ahora, en estos 3 años, recurría a Eric cada mes para contarle mis hazañas profesionales y sentimentales, y pedirle consejos.

katy-fearless.jpg

Ha sido un maestro para mí. Aunque yo no le conociera ‘de toda la vida’ como muchos de mis amigos, el tiempo no es vinculante a la intensidad con la que vivimos. Porque sí, él era intenso, como todos los genios. Con su sonrisa pícara inconfundible y ese acento que nunca le ha abandonado. Generoso, creativo, ingenioso, exigente y perfeccionista.

Por su manos han pasado marcas como Loewe, Louis Vuitton, Chaumet, y una larguísima lista que no hace falta ni que enumere. Ni qué decir de su agenda de contactos, convertida en una verdadera agenda de amigos, repleta de celebridades, periodistas, empresarios, directivos, y, sobre todo, personas genuinas que aman la vida como él.

Somos los únicos seres vivos que tomamos conciencia de la muerte. Lo hablaba con mi amigo Martín (el indómito, que cada día parece ser un poco menos rebelde y aceptar nuevas costumbres que iluminan algunos días opacos de su existencia), quien también perdía el mismo viernes a su amigo y vecino Don Jaime, otro hombre cuya existencia está repleta de pequeñas grandes historias dignas de transcribir, en las que el amor y la fantasía cobran otra dimensión. Fue Jesús y su muerte en la cruz quien nos ha enseñado el acceso de la eternidad del amor, y es que no se trata de qué hemos hecho ni cómo, sino cuánto amor hemos sido capaces de multiplicar exponencialmente. El amor es, al final, el mejor legado que podemos dejarle a la humanidad. Y desde luego que Eric Yerno ha sembrado mucho amor a la cultura y a las personas.

Le decía la última vez que le vi este verano en una comida en el restaurante asiático del Villamagna: ‘’Eric, ¿qué vas a hacer con tanto huevo cuando no estés?’, y él se reía.

No habrá velatorio porque él así lo ha decidido. Su vida era una constante fiesta, y debemos celebrar su ausencia con una fiesta infinita que guardamos en nuestra memoria. ¡Gracias, Eric! Descansa en paz, amigo y maestro.

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal