
Agentes caninos dedicados a la búsqueda de cadáveres están operando actualmente junto a los diferentes Cuerpos de Seguridad en las Comunidades Autónomas afectadas por el paso de la DANA en España.
A pesar de los avances tecnológicos, el ser humano sigue dependiendo de métodos tradicionales para conseguir resultados óptimos en algunas áreas. Por ello, la Policía Nacional trabaja con perros para distintas funciones, como la detección de explosivos, de drogas, de rescate y salvamento, y la búsqueda y localización de restos humanos (R.E.H.U.), entre otras. Estos agentes caninos tienen un gran valor, pues "el olfato de un perro permite que, en un tanque de 20.000 litros de agua, pueda distinguir si tiene una cucharada de sal de otro tanque sin ella" según ha explicado Miguel del Pino en el programa de esRadio Es la Mañana de Fin de Semana. En este sentido, la mayoría de los mamíferos tienen un gran olfato, a excepción del ser humano, que tiene más desarrollados otros sentidos, como la vista.
Objeto-Premio
El proceso utilizado por los agentes caninos sigue el mismo esquema, ya que el perro marca el punto donde se debe buscar. Además, estos animales tienen una motivación: entienden esta tarea como un juego, donde, si encuentran el objeto, reciben un premio: jugar con su amo, la recompensa máxima para ellos, ya que los perros son animales sociables. Los agentes caninos utilizados en catástrofes como la de la DANA han sido previamente entrenados para ello, ya que realizan el mismo proceso en las escuelas donde trabajan con cuerpos donados.
Cabe destacar que, según la Asociación SOS Desaparecidos, existen dos tipos de unidades caninas: perros de búsqueda por olor de referencia (OR), destinados a localizar a una persona determinada, y perros de búsqueda por olor genérico humano (OGH), para hallar a cualquier persona no identificada. A las 72 horas —dependiendo de las condiciones meteorológicas, como el viento o la lluvia—, las partículas odoríferas de la persona van disminuyendo, por lo que es primordial trabajar con estas patrullas caninas desde la fase inicial para obtener buenos resultados, tras haber olfateado objetos de la persona, como por ejemplo, las prendas de vestir.
Tiempos de trabajo
Al principio, se empieza a rastrear el Último Punto de Avistamiento (UPA), o el último lugar donde se vio con vida a una persona. Asimismo, el equipo canino inspecciona las zonas en las que no es posible acceder por la orografía —riberas de un río, zonas pantanosas, etc.— o por problemas de visibilidad. Durante 20 o 30 minutos, el mismo can se ocupa de hallar el cuerpo. Este tiempo también lo establece el guía, quien es el encargado de determinar si el perro debe seguir y terminar el trabajo. Aunque, en términos generales, pasado este tiempo, otro animal releva al anterior para permitirle descansar y rendir mejor.
Razas según la función
Las razas de perro más utilizadas para este tipo de acciones son los pastores alemanes debido a sus capacidades atléticas. De hecho, durante la creación de la Sección de Guías Caninos, con ubicación en Madrid, el 1 de enero de 1945, la brigada comenzó con 8 perros de esta raza con el objetivo de combatir la delincuencia existente en la época. Aunque, según la función, se utilizan otras razas, como el golden retriever y el pastor belga para detectar estupefacientes debido al gran olfato que poseen; el schnauzer gigante para tareas de salvamento, ya que destaca por su fuerza; y el beagle o el perro de aguas español para colaborar con la policía científica debido a su tenacidad e inteligencia.

