El pez globo letal que está invadiendo el Mediterráneo: "Son como pirañas"

Se le sigue la pista desde el 2003, cuando los primeros ejemplares de "la peor especie invasiva del mundo" entró en el Mediterráneo a través del Canal de Suez. Se trata del pez globo plateado (Lagocephalus sceleratus), que ataca y devora todo lo que encuentra. Además, no tiene depredadores porque es tóxico y su consumo puede causar la muerte a los seres humanos.

La proliferación del pez globo en el Mediterráneo se ha convertido en un desafío ecológico, pero también económico y social. "Son como pirañas: atacan y se comen todo", describe el pescador turco Güröl Göztepe en declaraciones a EFE.

Sus mandíbulas llenas de dientes, similares al pico de un loro, trituran y destrozan peces, moluscos, crustáceos e incluso equipos de pesca. De este modo, arrasan los caladeros poniendo en peligro a las especies autóctonas y mermando los ingresos de los pescadores locales de las costas de Turquía, Grecia y Chipre, aunque esta especie se ha llegado a avistar incluso en el Estrecho de Gibraltar. Cabe destacar que el pez globo rara vez representa un peligro directo para los bañistas.

Un solo bocado puede ser letal

El pez globo pertenece a la misma familia que el famoso 'fugu', apreciado como 'delicatessen' en Japón, pero es aún mucho más venenoso: un solo bocado puede ser letal. Esto se debe a que contiene una potente neurotoxina llamada tetrodotoxina, presente en sus órganos internos y piel. Esta sustancia mortal provoca la parálisis de los músculos, lo que puede hacer que sus víctimas dejen de respirar o padezcan una insuficiencia cardiaca. Desde el año 2003, la bióloga marina Aylin Ulman ha documentado 27 muertes por consumo del pez globo en el Mediterráneo oriental, además de 144 intoxicaciones, según recoge EFE.

Las autoridades han emitido advertencias para evitar su captura y consumo. Incluso el Gobierno vasco también ha distribuido un comunicado en el que alerta de la presencia del pez globo en el Atlántico y pide a los pescadores que presten "especial atención" para que no se vendan en las lonjas ni pasen al consumo humano.

El Lagocephalus sceleratus no tiene depredadores naturales, tanto por su toxicidad como por su increíble mecanismo de defensa que le permite inflarse como un globo (de ahí su nombre) difícil de tragar. Eso, unido a su alta tasa de reproducción, hace que esté proliferando sin control en el Mediterráneo hasta el punto de que el Gobierno turco ofrece 25 liras (unos 0,7 euros) por cada pez globo entregado en alguno de los 88 puntos de recogida en la costa turca. Sin embargo, la recompensa no es suficiente comparada con el riesgo, señalan los pescadores.

Uso médico experimental

Aunque extremadamente peligrosa, la tetrodotoxina del pez globo ha despertado interés en el ámbito médico debido a su capacidad para bloquear los canales de sodio en las células nerviosas, lo que interrumpe la transmisión de señales nerviosas. Esta propiedad la convierte en una herramienta potencial para:

• Analgésicos potentes: Investigaciones han explorado su uso en el tratamiento del dolor crónico y neuropático, especialmente en pacientes con cáncer avanzado que no responden a otros analgésicos.

• Anestesia local: Su capacidad para bloquear la actividad nerviosa también ha sido evaluada en procedimientos que requieren anestesia localizada.

• Tratamiento de espasmos musculares: Al interferir con las señales nerviosas, podría usarse para tratar condiciones caracterizadas por espasticidad muscular severa.

Sin embargo, su toxicidad extrema y la falta de un antídoto seguro limitan su aplicación clínica, y las investigaciones continúan siendo experimentales.