
La edición genética, ya habitual en la agricultura o los proyectos de desextinción, podría convertirse en una herramienta decisiva para rescatar especies al borde de la desaparición. Así lo defiende un equipo internacional de investigadores en un artículo publicado en Nature Reviews Biodiversity Perspective, donde describen cómo aplicar esta tecnología para recuperar la diversidad genética perdida y mejorar la capacidad de adaptación de animales en peligro.
Recuperar ADN perdido para adaptarse al futuro
La investigación está liderada por el profesor Cock van Oosterhout de la Universidad de East Anglia (UEA) de Reino Unido y el doctor Stephen Turner de Colossal Biosciences, junoto con la participación de la Fundación Colossal, el Instituto Durrell de Conservación y Ecología —Universidad de Kent —, y el Instituto Globe —Universidad de Copenhague— de Dinamarca. También han colaborado la Fundación para la Vida Silvestre de Mauricio (MWF) en Mauricio, el Servicio de Parques Nacionales y Conservación de Mauricio (NPCS).
Según los autores, muchas especies que han sobrevivido a colapsos poblacionales carecen hoy del material genético necesario para resistir enfermedades o adaptarse al cambio climático.
La propuesta se basa en utilizar muestras de ADN antiguas —conservadas en museos, biobancos o especies relacionadas— para reinsertar genes clave perdidos. Entre ellos, los relacionados con el sistema inmunitario o la tolerancia a temperaturas extremas. "Nos enfrentamos al cambio ambiental más rápido en la historia de la Tierra, y muchas especies han perdido la variación genética necesaria para adaptarse y sobrevivir", ha afirmado van Oosterhout. "La ingeniería genética ofrece una manera de restaurar esa variación", ha explicado.
Tres formas de aplicar la edición genética
El artículo identifica tres posibles usos directos de la ingeniería genética en programas de conservación:
- Reintroducción de variación genética: recuperar alelos antiguos desaparecidos de las poblaciones actuales.
- Transferencia adaptativa: insertar genes de especies similares que estén mejor adaptadas al entorno.
- Corrección de mutaciones perjudiciales: sustituir mutaciones fijadas durante cuellos de botella poblacionales por variantes más sanas y funcionales.
Uno de los casos analizados es el de la paloma rosada de Mauricio, cuya población se ha recuperado en número gracias a la cría en cautividad, pero sigue enfrentando una pérdida severa de diversidad genética. Sin intervención adicional, advierten los autores, podría volver a extinguirse en las próximas décadas, ya que su capacidad de adaptación sigue muy limitada.
De los mamuts a las especies vivas
Los autores recuerdan que esta tecnología ya ha sido utilizada en agricultura y está siendo explorada en proyectos para revivir especies extintas, como el mamut lanudo. Sin embargo, su potencial inmediato podría estar en salvar especies que aún existen, pero que están genéticamente comprometidas.
"Los mismos avances tecnológicos que nos permiten introducir genes de mamuts en el genoma de un elefante pueden aprovecharse para rescatar especies al borde de la extinción", ha señalado Beth Shapiro, directora científica de Colossal Biosciences. "Tenemos la responsabilidad de usar estos avances para frenar nuevas extinciones", ha afirmado.
Riesgos, ensayos graduales y supervisión continua
Los científicos advierten que la edición genética no está exenta de riesgos. Entre ellos, errores en la edición, reducción involuntaria de la diversidad o efectos ecológicos no previstos. Por ello, defienden que su uso se limite por ahora a ensayos controlados y progresivos, siempre con monitoreo a largo plazo y en coordinación con las comunidades locales.
"La edición genómica no sustituye la protección de las especies y nunca será una solución mágica", ha explicado el profesor Hernán Morales, del Globe Institute. La clave, subrayan, está en integrar estas herramientas dentro de un enfoque más amplio, que mantenga como prioridad la protección de hábitats y poblaciones silvestres.


