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Los terremotos lunares podrían amenazar las futuras bases de la NASA en la Luna

Un estudio en Science Advances advierte que fallas activas podrían amenazar misiones prolongadas como el programa Artemis.

Un estudio en Science Advances advierte que fallas activas podrían amenazar misiones prolongadas como el programa Artemis.
Libertad Digital

Los movimientos sísmicos en la Luna, y no los impactos de meteoritos, son los responsables de los cambios en el paisaje del valle Taurus-Littrow, lugar del alunizaje del Apolo 17 en 1972. Un estudio publicado en Science Advances concluye que los terremotos lunares podrían suponer un riesgo para las futuras bases habitadas y la infraestructura a largo plazo que la NASA planea instalar en la superficie lunar.

Evidencias en el lugar del Apolo 17

El equipo internacional de investigadores analizó la caída de rocas y deslizamientos de tierra registrados en el área de alunizaje del Apolo 17. Estos fenómenos, según los científicos, son indicadores de sismos lunares en ausencia de instrumentos que midan directamente la actividad sísmica.

"No contamos con instrumentos de medición de movimiento intenso en la Luna como en la Tierra, así que analizamos la caída de rocas y los deslizamientos provocados por sismos", explicó Nicholas Schmerr, profesor asociado en la Universidad de Maryland y coautor del estudio.

Sismos recurrentes y fallas activas

Los resultados indican que durante los últimos 90 millones de años se han producido terremotos lunares de magnitud cercana a 3.0 en la falla Lee-Lincoln, una fractura geológica en el fondo del valle Taurus-Littrow. Aunque débiles en términos terrestres, estos eventos serían significativos si ocurren cerca de instalaciones lunares.

El patrón detectado sugiere que la falla sigue activa y que existen miles de fallas similares en la superficie lunar. Según Thomas Watters, científico del Instituto Smithsonian, la distribución global de estas fallas de empuje debe considerarse al elegir la ubicación de asentamientos permanentes.

Impacto en misiones de larga duración

El equipo calculó que existe una probabilidad de 1 entre 20 millones de que se produzca un sismo potencialmente dañino en un día cualquiera cerca de una falla activa. Aunque el riesgo diario es bajo, se acumula con el tiempo: para una misión de diez años, la probabilidad sube a 1 entre 5.500.

Las misiones cortas, como las del programa Apolo, afrontaban un riesgo mínimo, pero las bases habitadas y módulos de aterrizaje de gran tamaño, como la Starship del Sistema de Aterrizaje Humano, podrían sufrir inestabilidad estructural si se produce un terremoto lunar cercano.

Estos hallazgos son relevantes para el programa Artemis, con el que la NASA pretende establecer una presencia humana sostenida en la Luna, obligando a considerar criterios sísmicos en el diseño y emplazamiento de futuras infraestructuras.

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