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El TJUE sentencia que las mascotas son maletas en caso de pérdida o muerte en un avión

Si una aerolínea pierde un animal durante un vuelo, la compensación para el propietario será la misma que con el equipaje.

Si una aerolínea pierde un animal durante un vuelo, la compensación para el propietario será la misma que con el equipaje.
Cachorro en un trasportín. | Unsplash/Dex Ezekiel

La Unión Europea considera que los animales son "seres sintientes" y no simples objetos (artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea), al menos hasta que se suben a un avión. En ese caso, perros y gatos se convierten automáticamente en maletas. Así lo ha determinado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en una reciente sentencia sobre la responsabilidad de las aerolíneas en el transporte internacional.

El caso se remonta a 2019, cuando una pasajera viajó con su madre y su perro desde Buenos Aires a Barcelona en un vuelo operado por Iberia. Debido a su tamaño, el animal tuvo que ser transportado en la bodega, dentro de un transportín. Pero antes de despegar, el perro escapó y nunca fue recuperado. Su propietaria reclamó una indemnización de 5.000 euros por los daños morales sufridos.

La aerolínea reconoció su responsabilidad, aunque alegó que la compensación debía limitarse a los límites establecidos para el equipaje facturado. El tribunal español que conocía del caso planteó entonces una cuestión prejudicial al TJUE para aclarar si una mascota podía considerarse equipaje según el Convenio de Montreal.

Las mascotas son equipaje

La respuesta del alto tribunal europeo ha sido tan clara como sorprendente: sí, las mascotas son equipaje. En su fallo, el TJUE sostiene que, aunque el término "equipaje" suele referirse a objetos, "esto no excluye a los animales" cuando viajan junto a sus dueños. De hecho, el Convenio distingue solo entre "personas" (pasajeros) y "equipaje", por lo que un perro o un gato "no puede considerarse un pasajero" y, por tanto, entra en la categoría de equipaje.

Esto significa que la indemnización por la pérdida o daño de una mascota se somete a los mismos límites que una maleta o una mochila —actualmente unos 1.288 derechos especiales de giro (aproximadamente 1.600 euros)— salvo que el viajero haya realizado una declaración especial de valor al facturar, pagando un suplemento.

El Tribunal también aclara que la responsabilidad de la aerolínea abarca tanto los daños materiales como los morales, siempre dentro de esos topes. Y aunque el bienestar animal sea "un objetivo de interés general reconocido por la UE", esto —según Luxemburgo— no impide que los animales se consideren "equipaje" a efectos legales, siempre que se respeten las normas de bienestar durante el transporte.

Mascotas que se pierden en el aire

Los casos de mascotas que desaparecen o mueren durante vuelos no son habituales, pero a veces suceden. En 2023, una gata llamada Rowdy se escapó en el aeropuerto de Boston y fue hallada tres semanas después. En 2022, Mishka, un husky siberiano, murió en un vuelo de United Airlines tras pasar horas bajo calor extremo. Y en Europa, en 2019, el caso de Mona —la perra protagonista de esta sentencia— generó un debate sobre la responsabilidad de las aerolíneas, que hasta ahora no estaba clara.

Las asociaciones de defensa animal consideran que el fallo del TJUE es un paso atrás, ya que equipara a los animales de compañía con simples pertenencias, sin reconocer el vínculo afectivo y moral que une a las familias con sus mascotas.

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