La forma de relacionarnos ha cambiado a lo largo de la historia y en la última década la evolución es notable. 94 años han servido como estudio para observar que la forma en la que conocemos a una pareja es muy distinta a la de hace un siglo. Ahora las relaciones han cambiado, las parejas no son para siempre y son muy pocas las que terminan con boda, los matrimonios son menos duraderos y hay mayor número de separaciones, la gente se casa más de una vez en su vida y existen diferentes tipos de familias.
En la actualidad el 60,76% de las parejas se conocen a través de internet. Desde su aparición como forma de relacionarse en 1980, su evolución ha ido aumentando hasta alcanzar el primer puesto en 2012. A partir de ese momento, la diferencia con el resto de espacios físicos para entablar una primera conversación se ha ensanchado notablemente. Ahora, hacer amigos o conocer a tu pareja se hace mayormente mediante las redes sociales y las apps, anteponemos el tiempo que pasamos frente a las pantallas, las fotografías y la vida que creamos en las plataformas a compartir momentos especiales, evitando encuentros accidentales, tímidas miradas y conversaciones reales.
En 2024, la diferencia entre conocerse virtualmente y hacerlo en persona es de 46 puntos. De esta forma, hacerse pareja después de mantener una relación de amistad se sitúa en un 13.86%.
Muchas relaciones se estrechan en el mundo laboral. Mientras que la mayoría de personas, hace unos años, comenzaban su andadura profesional con una pareja con la que duraría toda la vida, en la actualidad la edad de casarse ha aumentado y son muchos los compañeros de trabajo que terminan siendo pareja, aumentando así siete puntos.
El ocio sigue ocupando un lugar importante a la hora de conocer a gente nueva. Durante un tiempo interactuar en bares, restaurantes y discotecas en una primera cita fue lo más común, aunque ahora las redes han desbancado estos encuentros fortuitos como forma preferente de encontrar pareja.
En 1930 las relaciones se iniciaban gracias a las familias y el entorno cercano de esta (22,76%), la mayoría se conocía en el colegio (22,55%) o a través de amigos en común (18,58%), pensando fielmente en durar para siempre. Poco a poco la influencia de la familia en matrimonios ha disminuido 18 puntos y los novios que comienzan en su etapa escolar solo son un 3,33%.
Asimismo, la religión hace un siglo tenía gran importancia, pues las iglesias eran espacios donde los habitantes compartían vivencias y creencias. Sin embargo, la disminución del culto ha afectado a este tipo de encuentros y son menos los que frecuentan lugares de devoción. De este modo, las parejas que representaban un 10,32 ahora son un 2,12%.
Por su parte, la formación de parejas entre vecinos se ha desplomado.
La figura de mujer independiente en España ha tenido una gran importancia a la hora de conocerse, ya que frecuentan espacios que antes les eran prohibidos y elimina la función única, de la figura femenina en la antigüedad, de crear y cuidar una familia durante su juventud mientras el hombre trabajaba fuera del hogar. Ahora la mujer tiene capacidad de decisión, posee estudios y puede ponerse límites económicos y temporales al igual que el hombre, siendo así los matrimonios y las parejas una cosa de dos donde la comunicación denota gran importancia para tomar decisiones futuras en la relación.