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piluco dijo el día 23 de Julio de 2011 a las 11:22:

Como siempre, una ministra sin ninguna experiencia como Pagin, haciendo inventos sin estudiar resultados, hay enfermos que no todos los medicamentos le van bien, como pueden sacar una ley que pueda perjudicar a tantos enfermos crónicos, ? como es mi caso ¿ y tampoco entiendo que hayan tantos en el parlamento que la apoyen para sacar a delante esta ley.

GONELLAD dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 13:56:

Han tenido que pasar más de 10 años, para que ahora se nos reconozca a los médicos el derecho a recetar según nuestro saber y entender, no arbitrariamente ni por cohecho impropio, como se dice ahora, sino por evidencias. Mucha prensa nos censuró a TODOS. Las presiones ya empezaron a ser tremendas, hasta el punto de colgar en el tablón de anuncios la lista de los facultativos del centro, sus prescripciones y coste mensual. Se decía que los laboratorios "nos compraban", lo cual pudiera suceder con algunos, pero no con todos. Lo que sí hacían los laboratorios es, LO QUE NUESTRA EMPRESA NO HACÍA, informarnos, reciclarnos, organizar congresos, ponernos al día. Yo no recetaba genéricos, que también es un " buen negocio", aunque más barato, lo cual explica quien se enriquece, sino PRINCIPIOS ACTIVOS, como en Inglaterra y en USA y dejaba para el farmacéutico la responsabilidad de proporcionar el producto mejor, según su saber y entender, que para eso tenía su cualificación universitaria. No se me ocurrió nunca, ni tampoco a la prensa, ni a la gente, mencionar la palabra "rappel", ni comisión, ni "me pagas dos y te doy tres", porque hubiera sido injusto con la mayoría de profesionales. Tampoco hablé de la urbanización de Palmañola y la Asociación de la Prensa, o de las invitaciones a periodistas por políticos, ni de la publicidad institucional a ciertos medios de comunicación con el dinero de todos, ni de las viviendas para los trabajadores de GESA (Hoy ENDESA), con la energía eléctrica gratis total. Pero ahora la gente ya te reclama marcas y algunos farmacéuticos, aunque no niegan que los genéricos sean lo mismo, creen que hay diferencias en la galenica, la tolerancia e incluso en su eficacia. Ahora la pelota está en su tejado y mis colegas (Yo ya estoy jubilado), harán bien en no poner ningún apellido, tras el principio activo.

inthecag dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 13:47:

asomar: todo esto ya lo sabemos; no se que conclusión que sacas de todo ello.

luigiber dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 13:19:

¡Es una solución genial! Se les mete toda la presión que se pueda a la industria farmaceútica, total ¿Qué puede ocurrir? ¿Qué dejen de investigar? ¿Qué cierren algunos laboratorios y se concentre más la industria? Se puede reducir además el margen que se pueden quedar las farmacias, no importa que eso eche del mercado a muchas farmacias pequeñas sobre todo en zonas rurales.

punt dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 12:32:

Por cierto, me dejaba una cosilla en el tintero:

¡Qué agradable sorpresa leer sobre las primeras acciones de D. José María Navia-Osorio, habitual colaborador en la seccioncilla "La Lengua Viva" de D. Amando de Miguel y del que recientemente mencionaba D. Amando su acceso al cargo de Consejero de Sanidad de Asturias, como parte del gobierno de Álvarez-Cascos!

Desde aquí le deseo la mejor de las suertes en el desempeño de su cargo.

Un saludo.

punt dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 12:14:

Me comentaba un farmacéutico que los genéricos tiene un margen de error en la dosis muchísimo mayor que el producto de marca. Si mal no recuerdo, el de marca está obligado a un 5%-10% de error, mientras que el genérico ronda el 20%-30%. Así pues, si te recetan una dosis de 1g, es admisible tomar 90 mg o 1100mg, pero no 700mg o 1300mg.

Así pues, el genérico es PEOR que el medicamento de marca, de modo que con esta medida, el gobierno fomenta una sanidad PEOR para los ciudadanos.

Por otra parte, las farmacéuticas tienen que financiar su propia investigación (si no investigan, se hunden). Como no pueden financiarse por medio de la venta de genéricos, lo hacen incrementando el precio de los productos de marca, especialmente de los que quedan fuera de la financiación pública.

Así, pasa lo mismo que con el mercado inmobiliario: cuanto más se deforma el mercado mediante la construcción de una VPO barata por ley, más cara sale la vivienda libre, en compensación. Quien no cumpla los requisitos para adquirir una VPO se encuentra con que la vivienda libre tiene un precio disparatado, y acaba viéndose obligado a pagar él el beneficio que no obtuvo la constructora por la VPO.

O, dicho de otro modo: al obligar a recetar genéricos no sólo se empeora la calidad de la sanidad (lógico, ya que los genéricos son medicamentos objetivamente peores), sino que ni siquiera se consigue el tan cacareado ahorro sanitario. En realidad se hace lo mismo que con la inflación, que no es sino un impuesto encubierto: se desplaza el coste a los usuarios de medicamentos no subvencionados, que se encarecen una barbaridad.

Así, el Estado ahorra, pero porque hace que al resto nos cueste un ojo de la cara hasta lo más básico de lo que no está cubierto por una receta.

Un saludo.

asomar dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 11:42:

O hay mucha ignorancia o hay muchos intereses creados. Veamos la denominación de medicamento genérico:
Según la OMS, un medicamento genérico es aquel vendido bajo la denominación del principio activo que incorpora, siendo bioequivalente a la marca original, es decir, igual en composición y forma farmacéutica y con la misma biodisponibilidad que la misma. Puede reconocerse porque en el envase del medicamento en lugar de un nombre comercial, figura el nombre de la sustancia de la que está hecho (llamado principio activo en la nomenclatura DCI) seguido del nombre del laboratorio fabricante. En México y otros países, se agregan las siglas GI (Genérico Intercambiable), en España se agrega EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico).
Un medicamento genérico puede ser elaborado una vez vencida la patente del medicamento de marca siempre que reúna todas las condiciones de calidad y bioequivalencia (OMS-OPS). También debe ofrecer la misma seguridad que cualquier otro medicamento. Todos los fármacos aprobados por un Ministerio de Salud o autoridad sanitaria que tenga dicha tarea, han de pasar por los mismos controles de calidad, seguridad y eficacia.

gilgames dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 11:18:

Esto ya hace mucho tiempo que lo tenemos en Andalucía así como la libre elección de médico. No sé porqué lo venden como novedad.

mojarcio dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 10:34:

Dado que es la biodisponibilidad y no el principio activo es lo que necesita el enfermo y ésta tiene un margen del 30% según el genérico, los médicos desconocen la dosis necesaria pues no saben qué genérico está usando el enfermo e incluso puede recetar más dosis (más gasto) para conseguir la eficacia necesaria.
¿Quién garantiza que la biodisponibilidad del cada genérico es al menos idéntica o superior al del medicamento original?

madinata dijo el día 22 de Julio de 2011 a las 10:13:

¿Dónde repercutirá el ahorro farmaceutico? ¿En el ciudadano de a pie? Posiblemente repercuta en la productividad de los altos cargos de Sanidad. Este Gobierno no deja de estrujar a la gallina de los huevos de oro. Con estas medidas, conseguirán llevar al paro a miles de personas. Ya han frenado la I+D de los fabricantes porque es obvio:
Nadie gasta miles de millones para que el resto se lucren. Las grandes compañías prescindirán del mercado nacional, y sus medicamentos punteros tendremos que comprarlos en EEUU, por supuesto, al precio que marque el propietario. En Portugal, un jubilado total, paga la mitad del precio de un medicamento. Aquí, no. Aquí somos demasiado progresistas: gratis total. La señorita Pajín lo que debe hacer es controlar los inmensos almacenes de farmacia que hay en cualquier hogar español. Pacientes que fallecen y los familiares entregan en el Centro de Salud hasta 8 y 10 cajas del mismo producto intactas. Ahí es donde hay que incidir. Lo demás es música celestial.