
La homeopatía (del griego homoios, “similar” y pathos, “sufrimiento”) es un método terapéutico que se basa en administrar pequeñas dosis de sustancias medicamentosas para activar las propias defensas de nuestro organismo provocando, de esta manera, la mejoría o curación de las enfermedades.
La teoría de la homeopatía se desarrolló a finales del siglo XVII por el médico alemán Samuel Hahnemann, aunque esta técnica ya era conocida desde tiempos de Hipócrates. Esta teoría se basa en el principio similia similibus curantur (“lo similar se cura con lo similar”) y sostiene que los mismos síntomas que provoca una sustancia tóxica en un organismo sano pueden ser curados por un remedio preparado con la misma sustancia tóxica en muy bajas dosis.
A diferencia de la medicina convencional, la homeopatía no considera los síntomas como signos de una enfermedad, sino como la forma que tiene el cuerpo de combatir el mal. De esta manera, al administrar en dosis minúsculas una sustancia que en grandes dosis produciría los mismos síntomas que presenta el paciente, se logra estimular el sistema inmunitario del paciente y se llega suavemente a la mejoría o curación de la enfermedad.
Los tratamientos homeopáticos son frecuentemente utilizados, siendo incluso el tratamiento de elección en determinadas circunstancias: pacientes embarazadas, bebés, ancianos o pacientes polimedicados. Las patologías mas frecuentemente tratadas con este tipo de remedio incluyen afecciones respiratorias, del aparato digestivo (gastritis, diarreas, estreñimiento...), enfermedades reumáticas, de aparato cardiocirculatorio, cefaleas, migrañas...
Como cualquier otro medicamento, los medicamentos homeopáticos deben ser prescritos por médicos y dispensados por farmacéuticos.
La utilización y aceptación de remedios homeopáticos no es uniforme en los diferentes países de nuestro entorno. Mientras que en el Reino Unido, Francia o Alemania estos tratamientos gozan de gran aceptación y hay un nutrido grupo de médicos homeópatas – por sólo citar un ejemplo, se estima que en Francia una quinta parte de la población ha sido tratada con homeopatía – en otros países, todavía se siguen considerando estas prácticas como pseudociencia y consideran que sus efectos se deben exclusivamente al efecto placebo.
Es importante recalcar que no existe acuerdo en la comunidad científica sobre los verdaderos beneficios de la homeopatía. Si bien es cierto que, durante más de dos siglos, estás prácticas han sido aceptadas y utilizadas por numerosos médicos que dan fe de su eficacia; otros muchos galenos - defensores de la medicina convencional - dudan de la eficacia de estos tratamientos y afirman, por el contrario, que una enfermedad fácilmente tratable si se aborda con otro tipo de medicamentos, se puede convertir en intratable después de un tiempo en el que sólo se han prescrito homeopáticos para su curación.
Por otro lado, tampoco están claros, y son motivo de controversia, los resultados de los diferentes ensayos clínicos realizados con remedios homeopáticos. La revista The Lancet ha publicado dos diferentes meta-análisis con los resultados de numerosos ensayos clínicos. Mientras en el primero de ellos los resultados eran ambigüos y podían sustentar las tesis de los defensores de la homeopatía, en el segundo se llegó a la conclusión de que los beneficios observados al administrar remedios homeopáticos eran únicamente debidos al efecto placebo.
