
El invierno obliga a que se recurra a la calefacción como forma de protegernos del frío exterior. Sin embargo, un mal uso de este sistema puede conllevar efectos negativos sobre la salud, como sequedad ocular o de la piel.
Como la cueva para el oso, la casa es para las personas el cobijo en el que uno se refugia de los peligros que entraña el exterior, el frío es uno de ellos. También como el pelaje para el oso, la calefacción es para las personas una manera de combatirlo. El aire caliente contrasta con el ambiente gélido que hay más allá del umbral de la puerta. Como la hibernación para el oso, enroscarse en el edredón es la forma de sobrellevar las noches invernales y sumirse en un letargo de unas horas. Sin embargo, ¿es compatible el binomio calefacción-descanso?
Aunque la calefacción es indispensable para proteger de las bajas temperaturas, no hacer un buen uso de ella puede conllevar efectos negativos para la salud. Un inadecuado uso de sistemas que aportan calor durante el invierno se relaciona con problemas de salud derivados del aumento de la temperatura y sequedad en el ambiente, factores relacionados con la producción de sustancias tóxicas en los domicilios si estos sistemas no han sido revisados adecuadamente y con un aumento de la contaminación medioambiental. Por ello es importante no utilizar demasiadas horas seguidas la calefacción y mantener los aparatos con las revisiones pertinentes.
La cantidad y calidad del sueño depende, entre otros factores, de la temperatura corporal y del ambiente. Por ello, es importante conocer que durante la noche el cuerpo reduce la temperatura para inducir y mantener el sueño, de manera que si la misma está muy elevada puede dificultar el descanso. Por ello, si se busca tener un buen reposo, se recomienda que la temperatura sea unos dos o tres grados menor a la diurna. Además, el calor seco también incrementa la sensación de embotamiento y, con ello, influye en la aparición de cefaleas.
Por otra parte, cuanto mayor sea la temperatura, más se reseca el ambiente, lo que provoca sequedad de piel y mucosas. A nivel de la mucosa nasal, se traduce en una producción inadecuada de moco. Al estar alterada esta barrera defensiva va a ser más probable una infección respiratoria. La sequedad ocular puede dar lugar a conjuntivitis y la sequedad de piel, a un aumento de la descamación y el picor.
Efectos de la calefacción encendida durante la noche
La clave para un sueño efectivo está en mantener una temperatura constante y adecuada durante el descanso nocturno. El exceso de calor en el dormitorio al mantener la calefacción encendida puede dificultar o interrumpir el sueño.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), insiste en el hecho que la temperatura de la habitación tiene importancia porque incide en la calidad del sueño. El frío o el calor extremo pueden provocar microdespertares que alteran el ritmo natural del mismo.
El cuerpo tiene una temperatura constante durante el día que es ligeramente superior a la temperatura de la noche. Durante la fase REM del sueño, que es la más profunda, se produce un mayor descenso de la temperatura corporal. Si la habitación en la que se duerme tiene un ambiente muy caluroso, se puede alterar el ritmo de la temperatura corporal. Este hecho produce que el sueño se vuelva más superficial y se tengan microdespertares. Por ello, los médicos aconsejan que la temperatura idónea de la habitación en la que se duerma vaya entre los 18 y los 22 grados.
¿A qué temperatura debe estar la calefacción?
La sensación de frío suele comenzar cuando la temperatura baja de los 20 grados, en ausencia de actividad física. Un correcto uso de estos sistemas es que no suba de 23 grados y que la humedad en el ambiente esté entre el 50 y el 70%, por lo que es conveniente tener un termostato.
Para prevenir la sequedad por la noche lo ideal es utilizar aparatos humidificadores específicos o colocar cualquier recipiente con agua o un trapo o toalla húmeda encima de los radiadores. De esta manera, el agua se evapora. El vapor de agua aumenta la humedad de la casa.
Ventajas de dormir con la calefacción
- Evitar problemas por el frío. En determinados lugares la calefacción es una necesidad para garantizar un mínimo bienestar. Bien utilizada, puede ofrecer ese confort que se necesita.
- Este sistema es útil para que prescindir de varias capas de ropa de cama. Esta cuestión es más incomoda aún si resulta que se duerme en pareja y existe una lucha nocturna por la posesión del nórdico y sábanas de la cama.
Inconvenientes
- Los contrastes que se dan en temperaturas. No en vano, si se pone la calefacción demasiado alta se pueden tener problemas de salud derivados del cambio repentino. Muchos catarros se dan, precisamente, por no modular bien la temperatura.
- Problema de eficiencia energética. Se calcula que por cada grado adicional de temperatura sobre lo que se necesita realmente el consumo se dispara un 7 %. Por lo tanto, conviene poner la calefacción en su justa medida para que no se tengan problemas
- Dormir con la calefacción puede crear sequedad en el ambiente. Esto, además de ser poco agradable, favorece la proliferación de bacterias y aumenta las posibilidades de contraer gripes o conjuntivitis.

