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¿Por qué es bueno dormir de lado y con una almohada entre las piernas?

El descanso es importante y la postura que se adopta también, el cuerpo agradecerá la adecuada. Una almohada en las piernas ayuda.

El descanso es importante y la postura que se adopta también, el cuerpo agradecerá la adecuada. Una almohada en las piernas ayuda.
Woman lying face down | Unsplash/Vladislav Muslakov

Dormir es uno de los mayores placeres de la vida, pero dormir bien es algo complicado de conseguir algunas noches. La posición influye mucho sobre el descanso, y ayudarse de algunos elementos externos puede contribuir a que la calidad del sueño sea aún mayor. Para que el descanso nocturno sea beneficioso es igual de importante que sean las horas suficientes como que sea de calidad.

Esto también tiene su técnica, no sirve dormir de cualquier manera ya que el organismo lleva a cabo funciones vitales, como la regulación hormonal, el control de la temperatura del cuerpo o la consolidación de la memoria a corto plazo, durante el sueño. Estas funciones logran que uno se recupere del ajetreo diario y despierte listo cada mañana para enfrentarse a la rutina.

Por eso, para que los procesos de restauración y regeneración del metabolismo se produzcan de manera óptima, es necesario que el descanso sea efectivo. Pero, ¿Qué es importante para un buen descanso? Desde dedicarle una media de ocho horas al día hasta cuidar la postura corporal, no sólo para evitar la sensación de pesadez o el mal humor que genera el cansancio, sino porque una mala colocación puede provocar dolencias en el cuello, la espalda o la zona lumbar. Por tanto, si uno se despierta con molestias o dolores musculares es evidente que, aunque crea que duerme bien, no está en la postura adecuada.

Las tres posturas para dormir más habituales son boca arriba, boca abajo y en postura fetal, todas tienen ventajas e inconvenientes. Adoptar una u otra provocará que la espalda no se vea forzada, que las articulaciones no se compriman y que los músculos queden en una posición neutra, sin contracciones ni estiramientos perjudiciales. Y en este puzzle, la almohada funciona como una pieza más, la que se acomoda bajo la cabeza y la que también se debería colocar en las piernas. ¿Dos almohadas? ¿Desde cuándo? Estudiando las distintas posturas para dormir, resulta evidente cuáles son las ventajas de usar este dúo mullido.

¿Cuál es la mejor postura para dormir?

  • Postura fetal: Según los expertos, la posición fetal hacia el lateral izquierdo es, sin duda, la más beneficiosa para el cuerpo. Primero, porque favorece el drenaje glinfático, encargado de depurar los residuos del sistema nervioso central; segundo, porque evita la apnea obstructiva del sueño; tercero, porque impide el reflujo gástrico, tan habitual en quienes duermen boca arriba, y cuarto, porque alivia las molestias de quienes sufran dolores lumbares. Tan buena es que también es la posición más saludable para las embarazadas. No obstante, el principal inconveniente es que la columna no mantiene su alineación natural, por lo que es recomendable colocar una almohada entre las piernas y que, además, se adapte a la curvatura de estas. Así se evita las rotaciones de la zona lumbar y se consigue el mismo ángulo que cuando se está de pie.
  • Boca arriba: Quien prefiera dormir boca arriba, a pesar de las posibilidades de ronquidos y reflujo, también deberá colocar una almohada, pero debajo de las rodillas. ¿El motivo? La cadera queda más alineada y la postura es más natural, al corregirse la curvatura más o menos pronunciada de las lumbares, por lo que así uno se asegura de que toda la espalda quede apoya y de que el descanso será más óptimo. Tampoco hay que descuidar la almohada para la cabeza: ni demasiado alta y dura, ni demasiado baja y blanda. Es decir, que quede en línea con los hombros. De esta manera, ni el cuello tendrá una flexión excesiva que derive en contracturas cervicales ni, al contrario, con una hiperextensión cervical.
  • Boca abajo: Es la postura más desaconsejable, por los múltiples efectos nocivos que tiene para el cuerpo. Por ejemplo, la columna se torsiona y el cuello se fuerza para poder respirar, de modo que las vértebras soportan una tensión excesiva, que puede dar lugar a contracturas, tendinitis, lumbalgias o cervicalgia. Además, se comprime el estómago, por lo que se activará también el molesto reflujo.

Los beneficios de la almohada para las piernas

Dormir con un cojín entre las piernas puede convertirse en una gran opción para mejorar la postura corporal durante el sueño. Es importante destacar que existen almohadas ergonómicas que se adaptan a la curvatura de las piernas y que son ideales para el momento de dormir. Sin embargo, utilizar un cojín tradicional también puede servir, sobre todo para comenzar a practicarlo y notar la diferencia de descanso.

Hay muchos tipos de almohadas ergonómicas: de cuña, de cuña con cinta de sujeción, de cuña y doble capa, almohadas para embarazadas... Cada una tiene un precio y una forma diferente, pero todas pueden servir para quedarse entre las piernas a la hora de dormir. Los efectos positivos de esta práctica son los siguientes:

  • Elimina la presión y rigidez muscular. Cuando se duerme en posición fetal, la postura más beneficiosa según los expertos, el peso de una pierna recae sobre la otra, ejerciendo presión y provocando que uno se despierte con la pierna entumecida. Se trata de una situación que tiene fácil arreglo simplemente situando una almohada entre las piernas ya que se elimina esta presión. Además, así se evitará que los músculos se tensen, sobre todo, los de la espalda, por lo que se dormirá mejor.
  • Evita el desplazamiento del cuerpo mientras se duerme, de forma que las caderas no rotan.
  • Suma confort, gracias a que elimina la tensión y cualquier posible tensión en los músculos de la espalda y la presión que ejerce la pierna de arriba.
  • Alivia los dolores de lumbago o ciática, o incluso la rigidez derivada de las contracturas.
  • Ejerce como apoyo para la parte baja del cuerpo. De esta forma, se alinea anatómicamente la columna, las caderas, las piernas y las rodillas.
  • Mejora las afecciones respiratorias. Para aquellas personas que sufran anomalías respiratorias como, por ejemplo, la apnea del sueño, situar una almohada entre las piernas puede ser una gran elección, ya que, al mantener la postura, permite que la respiración se mantenga estable y fluya con normalidad.
  • Previene las varices. La presión sanguínea que ejerce una pierna sobre la otra mientras se duerme en posición fetal, deriva en tensiones musculares y la posible aparición de las varices. Si se elimina la presión sanguínea, se minimiza el riesgo de sufrir estas molestas e, incluso, dolorosas inflamaciones de las venas.

¿Cómo colocar la almohada entre las piernas?

Para beneficiarse de todos y cada uno de los efectos positivos que trae consigo dormir con una almohada entre las piernas, se debe colocarla adecuadamente.

Hay que partir de la base de que, la mejor postura para dormir, es la fetal hacia el lado izquierdo. De esta manera, se favorece el drenaje glinfático, esto es, el proceso por el que el sistema nervioso central elimina sus residuos. Además, se alivian molestias lumbares, el reflujo gástrico y, también, los ronquidos. Sin embargo, en esta postura, la columna no se mantiene alineada, por lo que podría derivar en el pronunciamiento de la curvatura lumbar. ¿Cómo se puede evitarlo? Colocando una almohada entre las piernas.

De esta manera se consigue adoptar la mejor postura para dormir: en posición fetal, del lado izquierdo y con la almohada entre las rodillas o entre los muslos. Así, con lo que parece un simple gesto, se eliminan tensiones en la parte lumbar, las caderas y las piernas, siendo un gran alivio para personas que sufren lumbago, ciática o rigidez muscular.

En caso de que se duerma boca arriba, lo recomendable es que se sitúe la almohada por debajo de las rodillas ¿Por qué? Favorece la alineación de la cadera y se minimiza la curvatura de la zona lumbar, por lo que se contribuye a la salud de la espalda.

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