
A la hora de embellecer nuestra sonrisa y arreglar determinados problemas estéticos, los profesionales de la odontología nos suelen proponer las carillas para solucionar ciertas roturas o alteraciones relacionadas con el color o la forma en los dientes. No obstante, las dudas al respecto son frecuentes, pues existen diversos materiales con los que se elaboran las carillas.
Hasta hace unos años las más habituales eran las de porcelana, pero de un tiempo a esta parte ganan presencia las de composite, puesto que ofrecen grandes ventajas a los pacientes que se decantan por ellas.
Así, podemos enumerar los siguientes puntos fuertes que, seguramente, nos ayudarán a comprender de inmediato las razones de su tremendo éxito:
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La rapidez es uno de los aspectos que más valoran quienes buscan solucionar cuanto antes su problema estético. Ten presente que una o dos visitas al dentista pueden bastar para la colocación de estas carillas dentales.
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Las carillas de composite resultan muy económicas, más que sus inmediatas competidoras, ya que se puede prescindir del laboratorio a la hora de fabricarlas.
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El composite es un material maleable y de fácil reparación en caso de fractura.
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Ofrecen unos excelentes resultados y apenas se distinguen de las piezas dentales naturales.
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Son muy duraderas. De hecho, pueden durar varios años debido a su excelente adhesión y lo bien que resisten la fricción.
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Es un tratamiento no invasivo porque, a diferencia de otras carillas, no requieren tallar el esmalte del diente. Por tanto, las carillas de composite son reversibles. Si el paciente cambia de opinión en el futuro, se pueden retirar sin mayor trascendencia.
No obstante, debemos tomar determinadas precauciones y adoptar ciertos cuidados si queremos mantener las carillas de composite en buen estado durante el máximo tiempo posible. Según explica Emilio J. Ruiz, coordinador del área de Prostodoncia y Estética de Donte Group, este tipo de carillas pueden perder brillo e incluso oscurecerse con el paso del tiempo. El tono puede incluso empeorar en el caso de que la persona fume o consuma habitualmente bebidas como el café o el vino tinto, las cuales tiñen la dentadura.
En cualquier caso, una buena rutina de higiene dental y los tratamientos oportunos pueden solventar esta progresiva alteración del color.
¿Y cómo es su colocación en la boca del paciente? Pues no podía ser más sencillo. En primer lugar, se limpia bien la superficie y se preparan los dientes. De hecho, hay que aislarlos previamente para evitar que se contaminen con saliva o cualquier otra sustancia.
Sobre la superficie del diente se aplica un ácido especial con el propósito de conseguir que se vuelva irregular. A continuación, se lava y se seca para aplicar un producto adhesivo. Después, se coloca el composite de manera uniforme y por capas.
Sin duda, el odontólogo podrá resolver cualquier cuestión que nos surja respecto a esta técnica que ha revolucionado los tratamientos con carillas dados los buenos resultados que proporciona en un tiempo récord.
