
El chicle, ese pequeño y elástico placer, ha sido una golosina popular en muchas culturas durante décadas. Con su textura masticable y una variedad de sabores atractivos, ha dejado una marca en el mundo de los dulces. Sin embargo, más allá de su sabor y entretenimiento, el acto de masticar chicle tiene ventajas y desventajas que vale la pena considerar y quizá no todas son tan conocidas o evidentes. No obstante, es importante tener en cuenta que los efectos pueden variar según la persona y la forma en que se lo consume. Por ello siempre es recomendable moderar su consumo y optar por los que son sin azúcar para minimizar los posibles riesgos para la salud bucal.
Aunque mucha gente lo desconozca, la costumbre de mascar chicle viene de la antigua Grecia. Pero, ¿Qué es realmente lo que motiva a la gente a mascar chicle? A lo largo de la historia han sido diferentes las motivaciones, unas veces como moda, otras como forma de relajarse o incluso, en determinadas ocasiones, puede ser interpretado como un gesto de mala educación.
El chicle es un producto que ha sido utilizado por personas de todo el mundo durante siglos, y ha demostrado tener numerosos beneficios para la salud. Por un lado, puede ayudar a mejorar la salud bucal al aumentar la producción de saliva en la boca. La saliva es importante ya que ayuda a mantener la boca limpia y saludable, lo que puede reducir el riesgo de caries y otras enfermedades bucales. Además, el chicle también puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. El motivo es que masticar chicle puede liberar endorfinas, que son sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y felicidad en el cerebro. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y también puede mejorar el rendimiento cognitivo y la concentración.
Ventajas de mascar chicle
La actividad de mascar chicles es algo beneficioso para los dientes. Al hacerlo, se mejora la producción de saliva y esta favorece la eliminación de la placa bacteriana. El motivo es que la saliva permite neutralizar la acidez causada por las bacterias. La acción de masticar hace que, además, se eliminen restos de comida que puede haberse quedado entre los dientes. Así, los chicles realmente no aportan nada a la salud de la boca, sino que sus beneficios aparecen con la masticación. Se puede mejorar el estado de salud de la boca con la masticación después de comer, el motivo es que la simple la acción mecánica de la masticación es la que ayuda a limpiar los dientes.
- Estimulación mental. Algunas investigaciones sugieren que mascar chicle puede mejorar la concentración y la memoria. El motivo es que la actividad de masticar aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y puede ayudar a mantenerse alerta y enfocado en tareas específicas.
- Mejora la concentración. Masticar chicle puede ayudar a mejorar la concentración y la atención, especialmente en situaciones que requieren un enfoque mental prolongado, como estudiar o trabajar en proyectos. Se ha observado que la masticación aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro, especialmente en áreas relacionadas con la atención y la concentración, como el lóbulo frontal. El aumento del flujo sanguíneo puede facilitar la entrega de oxígeno y nutrientes al cerebro, lo que mejora su funcionamiento cognitivo. Por ello, en ocasiones se recomienda mascar chicle mientras se estudia y que, a la hora de hacer el examen, se mastique un chicle del mismo sabor.
- Comer chicle estimula la producción de saliva. La acción de masticar chicle estimula las glándulas salivales, lo que aumenta la producción de saliva. Esto puede ser beneficioso para personas que sufren de sequedad bucal, ya que la saliva ayuda a mantener los dientes y las encías saludables, además de facilitar la digestión. La saliva tiene propiedades alcalinas que ayudan a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias en la boca. Esto es especialmente importante después de consumir alimentos o bebidas ácidas, porque la saliva ayuda a equilibrar el pH bucal y proteger los dientes contra el desgaste del esmalte dental.
- Reduce el estrés y la ansiedad. Masticar chicle puede proporcionar un efecto calmante y liberador de estrés. Algunas investigaciones sugieren que el movimiento repetitivo de la mandíbula al masticar chicle puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. La masticación ha sido asociada con la liberación de endorfinas, neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar y placer. Estas endorfinas pueden tener un efecto calmante y mejorar el estado de ánimo, ayudando a reducir los síntomas de estrés y ansiedad.
- Cuando los chicles tienen xilitol tienen más beneficios bucodentales. Así se inhibe el crecimiento de bacterias y se promueve la remineralización del diente, reduciéndose el riesgo de caries y la formación de sarro.
- Refresca el aliento. Muchos chicles contienen ingredientes que ayudan a refrescar el aliento, como el mentol o la menta. Esto puede ser útil después de consumir alimentos con olores fuertes o en situaciones en las que no se tiene acceso inmediato a un cepillo de dientes, como cuando se come fuera de casa o se va a estar muchas horas sin acudir. Es importante tener en cuenta que la masticación de chicle no es una solución permanente para el mal aliento, sino una ayuda momentánea. Además, es importante mantener una buena higiene bucal, que incluya el cepillado regular de los dientes, el uso del hilo dental y enjuague bucal, para mantener un aliento fresco a largo plazo.
- Para los fumadores siempre ha sido un buen "sustituto". El hábito de masticar chicle logra un efecto relajante que cuando se convierte en rutina suple al acto de fumar. Siempre será mejor para tu salud mascar chicle que fumar un cigarro.
- Al igual que los caramelos, los chicles pueden ayudar a controlar la presión auditiva cuando se viaja en un avión o se sube a cierta altura gracias a la relajación de la articulación temporomandibular, es decir, la articulación que existe entre el hueso temporal y la mandíbula.
Inconvenientes de mascar chicle
- Desgaste dental y daños en la mandíbula. Mascar chicle de forma excesiva y durante largos períodos de tiempo puede ejercer presión sobre los dientes y las mandíbulas. Esto puede provocar desgaste dental, dolor en la articulación temporomandibular (ATM) y problemas de mandíbula. La masticación excesiva o forzada también puede causar lesiones en los tejidos blandos de la mandíbula, como las encías, los ligamentos y los músculos. Esto puede manifestarse como inflamación, dolor, sensibilidad y dificultad para mover la mandíbula.
- Problemas digestivos. Masticar chicle de forma excesiva o tragar grandes cantidades de aire mientras se masca puede causar malestar estomacal, hinchazón o flatulencia en algunas personas, especialmente aquellas que ya tienen problemas digestivos. La masticación constante y prolongada puede enviar señales continuas a los nervios del estómago, lo que puede provocar un aumento en la producción de ácido estomacal. Esto puede desencadenar síntomas de acidez estomacal, como ardor o malestar.
- El chicle puede utilizarse para perder peso gracias a su efecto saciante, reduciendo el impulso a tomar alimentos. Esto puede ser perjudicial para el organismo ya que se inhiben los avisos que pueda manifestar de hambre.
- Si los chicles tienen azúcar pueden provocar el efecto contrario fomentar la génesis de caries, especialmente en los niños. Con una buena limpieza tras su consumo se puede evitar. Por eso es fundamental para los más pequeños de la cosa cuidar especialmente los hábitos de higiene bucodentales y concienciarles sobre la importancia de su salud.
- Contenido de azúcar y edulcorantes artificiales. Muchos chicles contienen azúcar o edulcorantes artificiales, lo que puede ser perjudicial para la salud dental y para aquellos que buscan controlar su ingesta de azúcar. Por ello, como norma general, se recomienda optar por chicles sin azúcar o con edulcorantes naturales.
- Dependencia y adicción. Algunas personas pueden volverse dependientes o adictas a masticar chicle, lo que puede llevar a una necesidad constante de tener chicle en la boca. Esto puede resultar costoso y también podría ser un inconveniente social en ciertas situaciones. La masticación puede convertirse en un hábito condicionado, en el cual la mente y el cuerpo asocian ciertas situaciones, como después de las comidas o durante momentos de estrés, con la necesidad de masticar chicle. Este hábito puede desarrollarse a lo largo del tiempo y puede ser difícil de romper.

