
Los productos de cuidado personal y la cosmética son elementos esenciales en nuestra rutina diaria, pero su uso también implica una exposición constante a diversos compuestos químicos. Tanto la aplicación de cosméticos en el cabello como en la piel nos hace vulnerables a una amplia gama de ingredientes potencialmente peligrosos. Entre estos compuestos, los metales pesados, junto con fragancias alergénicas, aminas aromáticas y ftalatos, son comunes en los productos de maquillaje, tintes temporales de henna y jagua utilizados en tatuajes.
La henna es un cosmético tradicional ampliamente utilizado en todo el mundo desde tiempos antiguos. Se deriva de las hojas secas y trituradas de la planta Lawsonia inermis, y contiene lawsona, un compuesto bioactivo responsable de su característico color marrón rojizo. La henna se utiliza tanto para tatuajes temporales como tintes para el cabello. Por otro lado, la jagua es un colorante natural obtenido de la planta Genipa americana. Contiene genipósido y genipina como ingredientes activos y también se utiliza en tatuajes temporales.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) que es la agencia del Gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos, ha sido informada de casos de reacciones adversas a algunos tatuajes temporales de "calcomanía", henna y "henna negra". Según indica la FDA, el uso de la henna está aprobado únicamente para su aplicación como tinte para el cabello, no para su aplicación directa en la piel con fines de decoración corporal o tatuajes temporales.
Investigadores de Estados Unidos han reportado casos de reacciones de hipersensibilidad en tatuajes temporales y permanentes. Estas reacciones se atribuyen a la presencia de parafenilendiamina, el alérgeno más común, así como a pigmentos como el "pigmento negro de carbono amorfo, óxidos de hierro negro y metales". En el caso de los tatuajes permanentes, la tinta utilizada es una mezcla de diversos pigmentos que incluyen metales, tintes de carbono, azo, dicetopirropirrol, quinacridona, antraquinona, dioxazina (púrpura) y quinoftalona (amarillo). Estos hallazgos resaltan la importancia de considerar los posibles riesgos asociados con los ingredientes utilizados en los tatuajes y la necesidad de una evaluación cuidadosa antes de su aplicación.
Por otra parte, investigadores españoles y portugueses han descrito la composición química y mineralógica de los tatuajes y tintes comerciales de henna y jagua, revelando el perfil elemental y el contenido de metales pesados de los tatuajes y tintes naturales por Espectrometría de Masas con Plasma Acoplado Inductivamente (ICP-MS, por su siglas en inglés).
Aunque se ha evaluado la seguridad de la henna y sus formulaciones específicas para tintes capilares, no se ha realizado una evaluación similar para los tatuajes temporales de henna. Además, los tatuajes temporales de jagua aún no han sido abordados desde una perspectiva regulatoria. Estos tipos de tatuajes se consideran productos limítrofes o cosméticos de nuevo formato según la normativa europea. Sin embargo, muchos de estos productos carecen de etiquetado adecuado, regulaciones específicas y control legal en el mercado, lo que plantea preocupaciones sobre su seguridad y cumplimiento normativo.
Según indican los investigadores, es importante tener en cuenta que la composición química de los pigmentos naturales, como la henna y la jagua, puede verse afectada por factores naturales y antropogénicos, así como por el procesamiento de las plantas. Las plantas utilizadas para obtener estos pigmentos pueden cultivarse en áreas contaminadas y los productos resultantes pueden mezclarse con otros extractos o materiales vegetales. Además, se pueden agregar productos químicos adicionales, como tintes sintéticos, solventes o sales metálicas, para intensificar y modificar los colores, incorporándose de este modo metales pesados en los productos comercializados.
La evaluación precisa de los niveles de metales pesados en productos de henna y jagua se ha llevado a cabo utilizando diversas técnicas analíticas, como la espectrometría de absorción atómica electrotérmica o de llama (ETAAS o FAAS) y la espectrometría de masas de plasma acoplado inductivamente (ICP-MS). Estos estudios han permitido caracterizar la presencia de metales como el plomo, cadmio, níquel y cobalto en estos productos cosméticos. Sin embargo, es necesario profundizar en la investigación y la regulación para garantizar la seguridad de los consumidores y minimizar los riesgos asociados con la exposición a metales pesados en cosméticos a base de henna y jagua.
Ante la necesidad de abordar esta cuestión, los científicos han llevado a cabo estudios comparativos entre muestras sólidas y pastas, así como entre muestras de henna y jagua, con el objetivo de evaluar el posible impacto en la salud pública y humana. Ambos grupos de muestras mostraron niveles considerablemente altos de metales pesados seleccionados, con una variabilidad significativa entre ellas, siendo las muestras sólidas las que presentaron concentraciones más elevadas que las pastas.
La variación en los niveles de metales pesados sugiere que estos productos carecen de control de calidad durante su adquisición y fabricación, y pueden estar elaborados con sustancias impuras y de baja calidad. Es preocupante que, según las concentraciones medidas de cromo (Cr), níquel (Ni), arsénico (As), cadmio (Cd), cobalto (Co) y plomo (Pb), ninguna de las muestras analizadas cumple con los requisitos establecidos en el Reglamento Europeo de Cosméticos vigente. Algunos productos con los niveles más altos de estos elementos no informan en sus etiquetas sobre su presencia, mientras que otros indican falsamente la ausencia de metales pesados.
La toxicidad de metales pesados para los humanos puede dar lugar a complicaciones como inflamación local, infecciones y reacciones alérgicas. La naturaleza de los pigmentos utilizados en los productos examinados es altamente compleja según indican los investigadores, con una composición metálica variable. Como resultado, existe una alta probabilidad de reacciones alérgicas a estas sustancias y, la exposición continua y acumulativa a estos pigmentos puede desencadenar una serie de trastornos de salud a largo plazo, que incluyen dolores de cabeza, pérdida de cabello, enfermedades respiratorias, problemas cardiovasculares, disfunción orgánica y un impacto significativo en la salud mental.
En conclusión, es fundamental establecer regulaciones claras que obliguen a declarar aditivos, colorantes sintéticos y contaminantes metálicos en los productos cosméticos y los productos utilizados para los tatuajes temporales, ya que la exposición prolongada a metales y su posible toxicidad plantean un posible problema de salud pública. Por lo tanto, se deberían implementar medidas exhaustivas de control de calidad para los productos que entran en contacto directo con la piel y el cabello. Solo a través de una regulación estricta y un seguimiento riguroso se puede garantizar la seguridad y reducir la exposición a metales tóxicos en los cosméticos.
