Durante el verano se recuperan los paseos por la playa, los largos en la piscina o el mar, los ratos de terraza con amigos etc... pero a cambio uno está más expuesto a las infecciones urinarias. No hay que olvidar que las infecciones de orina pueden ocurrir en cualquier momento del año pero suelen ser más habituales en verano. También afectan más a las mujeres que a los hombres y, algunas de las cosas que se hacen mal son llevar mucho tiempo mojado el bañador o beber menos agua.
Otra complicación añadida es la falta de regularidad en el baño al estar más tiempo fuera de casa puesto que, con ello, se retrasa la expulsión natural de los microorganismos dañinos con la orina. Así es cómo los microorganismos encargados de la defensa en la zona vaginal quedan expuestos a mayores peligros y el resultado son las infecciones de orina. Hay que saber que se dan con mayor frecuencia en mujeres puesto que los microorganismos de la zona perianal están más próximos anatómicamente que en el caso de los hombres.
Pero, ¿Qué es la cistitis médicamente hablando? La cistitis es una patología que se produce cuando las bacterias ingresan al aparato urinario a través de la uretra y, de ahí, pasa a la vejiga. Por lo general, esta enfermedad provoca sensación de molestia o ardor en el momento de orinar, dolor abdominal en la zona baja o la necesidad de ir al baño muchas veces durante el día y la noche.
La mala noticia es que no es casualidad que esto suceda y el motivo es tan sencillo como que en los meses de calor, la mezcla de humedad y sudor se convierten en los ingredientes perfectos para que proliferen las bacterias desde el periné a la uretra, y de ahí a la vejiga. Es entonces cuándo puede aparecer la cistitis. La bacteria culpable de esto en el 80% de los casos es la E.Coli, que se encuentra en los intestinos. Y las más afectadas, dentro y fuera de España, son las mujeres tanto es así que el 50% tendrá una infección en el tracto urinario a lo largo de su vida, según la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
De hecho, a día de hoy, 1 de cada 4 mujeres padecen una o más veces la cistitis a lo largo del año, lo que hace que esta infección se convierta en la segunda más común entre las españolas. Esto es debido a la anatomía, pues la uretra de las mujeres es más corta y está más cerca del recto, lo que facilita la entrada de bacterias a las vías urinarias.
Síntomas de la cistitis
- Dolor y pesadez en la zona inferior del vientre
- Ganas muy frecuentes de orinar
- Orinar cantidades muy pequeñas
- Sensación de ardor o escozor al orinar
- Sensación, tras orinar, de no haber vaciado la vejiga completamente
El microorganismo que es el principal causante de la cistitis es la bacteria E. coli, pero puede estar producida por otras bacterias provenientes también del intestino o por hongos como la cándida. La infección se produce cuando E. coli sube por la la uretra, alcanza la vejiga y se adhiere a las paredes de esta de manera que el organismo no consigue expulsarla al orinar y por tanto es capaz de reproducirse.
Estas son las causas de la cistitis
- La primera es que la uretra de las mujeres es más corta (entre 3 y 4 cm) que la de los hombres (entre 12 y 16 cm)
- La segunda es que la uretra femenina está más cerca del ano, lo que facilita la entrada de las bacterias
Además, se estima que el pico de incidencia de cistitis en las mujeres ocurre entre los 18 y los 30 años, coincidiendo con el periodo de mayor actividad sexual. No obstante, durante la menopausia también aumenta el riesgo de infecciones en mujeres, a causa de la bajada de estrógenos.
Cómo evitar la cistitis
Aunque en algunos casos la cistitis es inevitable, existen algunas maneras de actuar para prevenir esta patología.
- Hidratación adecuada: Beber suficiente agua es esencial para mantener el sistema urinario saludable. El agua ayuda a eliminar las bacterias y las toxinas del cuerpo, diluyendo la orina y reduciendo las posibilidades de infección. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua al día.
- Orinar con frecuencia: No retener la orina por períodos prolongados puede ayudar a prevenir el crecimiento de bacterias en la vejiga. Por tanto, es importante no aguantarse las ganas de orinar.
- Mantener la higiene personal: Lavarse adecuadamente el área genital con agua y jabón suave, especialmente antes y después de nadar. Hay que evitar el uso de productos químicos agresivos o perfumados, ya que pueden irritar la uretra y favorecer el desarrollo de infecciones.
- Cambiar la ropa de baño húmeda: Después de nadar, lo ideal es evitar permanecer con el traje de baño mojado durante mucho tiempo. La humedad atrapada en la ropa de baño puede proporcionar un entorno favorable para el crecimiento bacteriano. Hay que cambiar de inmediato a ropa seca y limpia.
- Evitar el uso excesivo de productos de higiene femenina: El uso excesivo de productos de higiene femenina, como duchas vaginales o aerosoles perfumados, puede alterar el equilibrio natural de la flora vaginal y aumentar el riesgo de infecciones. Es mejor mantener la zona genital limpia con agua y evitar el uso de productos químicos innecesarios.
- Reforzar el sistema inmunológico: Una alimentación saludable, rica en frutas y verduras, puede fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir las infecciones. Además, evitar el estrés excesivo, descansar lo suficiente y hacer ejercicio regularmente también puede contribuir a un sistema inmunológico fuerte.
- Suplementar con complementos alimenticios: El correcto funcionamiento del sistema inmunitario es esencial para proteger al organismo de cualquier tipo de infección. Para ello es fundamental llevar un buen estilo de vida, incluyendo hábitos saludables y una correcta alimentación, pero además, se puede aportar un suplemento extra al sistema inmune incorporando complementos alimenticios. Estos complementos pueden incluir vitaminas y minerales, pero también otros ingredientes como los probióticos o extractos vegetales. En concreto, algunas vitaminas y minerales ayudan al funcionamiento normal del sistema inmunitario, y también al correcto mantenimiento de los tejidos mucosos de nuestro organismo en condiciones saludables. Esto es esencial para poder contribuir a prevenir infecciones.
- Orinar antes y después de las relaciones sexuales: La actividad sexual puede aumentar el riesgo de infecciones de orina. Orinar antes y después de las relaciones sexuales puede ayudar a eliminar las bacterias que podrían haber ingresado a la uretra durante el acto sexual.
- Tener relaciones sexuales con precaución: No son la causa de la infección, pero pueden facilitar el arrastre de microorganismos. Por eso se recomienda la higiene tras las relaciones y utilizar métodos de protección como el condón.
- Evitar la ropa ajustada: El uso de prendas ajustadas y tejidos sintéticos puede crear un ambiente húmedo y cálido, favoreciendo la proliferación bacteriana. Lo mejor es optar por ropa interior de algodón y prendas sueltas que permitan la ventilación adecuada.
- Limpiarse siempre desde delante hacia atrás. La razón es simple: se trata de no arrastrar los microorganismos del ano a la uretra o la vagina.