
Los análisis de sangre son una práctica común en el campo de la medicina ya que permiten conocer muchos parámetros de la salud del paciente. Y, por norma general y a no ser que el médico que lo solicita diga lo contrario, requieren que los pacientes se abstengan de comer o beber durante un período específico de tiempo antes de someterse a la prueba. Sin embargo, aunque pueda parecer incómodo o inconveniente, existen razones importantes por las cuales los análisis de sangre se realizan en ayunas.
En primer lugar, el ayuno antes de un análisis de sangre ayuda a garantizar resultados más precisos y confiables. El motivo es muy sencillo y es que cuando una persona come, los nutrientes y sustancias químicas de los alimentos son absorbidos por el sistema digestivo y se mezclan con la sangre. Por tanto, estos compuestos pueden alterar los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y otros marcadores en el torrente sanguíneo. Sin embargo, los intervalos de referencia de las diferentes pruebas se establecen a partir de condiciones "ideales", o lo que es lo mismo, en una población sana en ayunas. Así pues, al ayunar, se permite que el cuerpo vuelva a su estado basal, proporcionando una línea de base más precisa para evaluar los niveles de diferentes componentes en la sangre. En el caso de que no se ayune cuando es necesario seguramente habrá que repetir el análisis de sangre, esta vez en ayunas de verdad.
Además, la importancia del ayuno reside en que, en ayunas, la sangre está más "limpia"; en caso contrario, pueden circular algunas sustancias que pueden provocar cierta turbidez en la muestra. Esta turbidez puede interferir en la medida de las concentraciones de las sustancias, y en algunos casos llegar a invalidar los resultados obtenidos. Aunque actualmente los equipos que se utilizan para la medida de las concentraciones disponen de una tecnología capaz de detectar dichas interferencias y ayudar a interpretar los resultados, estos resultados siempre serán más fiables si se dispone de una muestra de mayor calidad (más "limpia"). Por tanto, hay que insistir en que si una persona come antes de una prueba, la composición de su sangre puede cambiar drásticamente dependiendo de qué y cuánto haya comido. Esto dificulta la comparación de los resultados a lo largo del tiempo y puede generar confusiones en el diagnóstico. El ayuno estandariza las condiciones bajo las cuales se realiza el análisis, lo que facilita la interpretación y el monitoreo de los valores sanguíneos a lo largo del tiempo. Además, ciertos componentes sanguíneos, como los lípidos y las hormonas, pueden presentar fluctuaciones significativas después de una comida. El ayuno previo a un análisis de sangre permite medir estos compuestos en su estado más estable y representa una oportunidad para detectar posibles desequilibrios o anomalías.
Como en todo, existen algunas excepciones a esta regla. Los niños, especialmente los lactantes, en quienes permanecer en ayuno durante ocho horas no es posible, son una de ellas. Además, en este grupo de población, la toma previa de alimentos favorece que estén más tranquilos y, por lo tanto, que se pueda realizar la extracción de sangre de forma más fácil. La segunda excepción son los análisis de orina. Aunque generalmente se recomienda recoger la orina de primera hora de la mañana por ser la más concentrada, el ayuno no influye en los resultados.
También es importante mencionar que no todos los análisis de sangre requieren ayuno. Algunas pruebas, como las de función renal o las de perfil de hierro, pueden realizarse en cualquier momento del día sin restricciones alimentarias. Sin embargo, para ciertos marcadores específicos, como la glucosa en ayunas o los lípidos, el ayuno es esencial para obtener resultados precisos y relevantes.
¿En qué tipos de análisis es necesario el ayuno?
En función de los parámetros que se quieren analizar podrá ser necesaria la realización de un periodo variable de ayuno.
- Ayuno en el hemograma
El hemograma es uno de los análisis de laboratorio más habituales incluidos en un análisis de sangre. ¿Qué es un hemograma? Consiste en el recuento de los diferentes tipos de células que están presentes en la sangre: Glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos, glóbulos blancos o leucocitos y plaquetas. El hemograma también permite evaluar la hemoglobina, proteína pigmentada que da color a los glóbulos rojos, encargada de transportar el oxígeno y el dióxido de carbono, así como el hematocrito o proporción de glóbulos rojos en relación con el volumen total de la sangre.
Pero, hay que saber que cuando la única prueba a realizar es un hemograma, no es necesario realizar ayuno, sin embargo, con frecuencia la extracción de sangre para el hemograma se utiliza también para realizar otras pruebas que sí exigen ayuno, como una bioquímica para valorar la glucosa en sangre o el perfil lipídico.
- Ayuno en la glucemia
Para los análisis de glucosa en sangre o glucemia debe guardarse un ayuno de, al menos, 8 horas, por lo que es ideal hacerlo a primera hora de la mañana sin haber desayunado. De hecho, en el caso de la prueba de tolerancia oral a la glucosa debe ser efectuada por la mañana, después de 3 días de un régimen alimentario sin restricciones especiales y que incluya, por lo menos, 150 gramos diarios de hidratos de carbono. En las 8 horas que preceden a la realización de la prueba debe evitarse la práctica de ejercicios físicos intensos. Además, en el caso de personas con diabetes, tratamientos con medicamentos para disminuir la glucemia o con insulina, debe ser el médico el que valore si se debe continuar con el tratamiento estando en ayunas.
- Ayuno en el perfil lipídico
Para analizar adecuadamente las partículas lipídicas presentes en la sangre, es necesario realizar un ayuno de 6 a 8 horas antes de la extracción de sangre. Con ello se pretende evitar que los valores obtenidos no se vean influenciados por la absorción de grasas provenientes de una comida reciente. Sin embargo, algunos estudios muestran pocas diferencias entre los perfiles lipídicos en ayunas y sin ayuno, por lo que diversas sociedades médicas y guías de diferentes países respaldan el análisis del perfil lipídico sin ayuno. En cualquier caso, el perfil lipídico dentro de un análisis de sangre suele ir acompañado de la glucemia, parámetro que sí requiere claramente de ayuno.
En el caso de los análisis de colesterol no suele ser obligatorio el ayuno, aunque se suele recomendar el ayuno durante 10-12 horas. En caso de que el paciente tenga triglicéridos altos el ayuno se podrá alargar hasta las 14 horas.
- Ayuno y niveles hormonales y de proteínas
Para conocer los niveles de diferentes hormonas y proteínas presentes en la sangre pueden ser necesarios diferentes grados de ayuno. En el caso de la TSH (hormona estimulante de la tiroides) y el PSA (antígeno prostático específico), proteína producida en la próstata que se utiliza como marcador tumoral, el ayuno debe ser de al menos 4 horas.

