
El hecho de crujirse los dedos es algo que encanta a mucha gente pero otras tantas personas lo odian. Otros, por su parte, lo soportan pero no lo hacen con su propio cuerpo. Pero, ¿Cómo se llama científicamente? La cavitación es el proceso que provoca el sonido tan característico al crujirse los dedos. Sin embargo, en el imaginario colectivo está la idea de que este hábito daña a largo plazo las articulaciones, pero, ¿Qué hay de cierto en ello?
Desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) dejan claro que esta práctica no es contraproducente siempre y cuando se realice ocasionalmente. Sin embargo, si se hace de forma muy repetitiva, como si fuera una manía o una obsesión, puede provocar molestias, dolor o rigidez. Por tanto, si se realiza de manera puntual y no provoca dolor o inflamación persistente no hay que preocuparse, en caso de que aparezca algo de esto sí habría que acudir al médico.
El acto de crujirse los dedos, también conocido como "hacer sonar las articulaciones", es una acción común que muchas personas realizan de forma habitual. Sin embargo, existe cierta controversia sobre si es bueno o malo para la salud. Hay quien encuentra placer en hacerlo, mientras que a otros les produce rechazo…
¿Qué suena al crujir los dedos?
Todo se reduce a lo que se conoce como cavitación, que es el proceso que provoca el sonido tan característico de estos chasquidos. Sin embargo, antes de crujirse los dedos o no, hay que saber que las articulaciones están formadas por huesos, ligamentos, tendones y cartílago. A su vez, existe la cápsula que los une, que sirve para lubricar la articulación y esta compuesta por líquido sinovial y gases en pequeñas cantidades (como nitrógeno, dióxido de carbono y oxígeno). Al estirar los dedos, se estiran los huesos y tendones que forman la articulación, lo que da lugar a que aumente el volumen de la cápsula sinovial y se rebaje la presión, liberándose gases del líquido sinovial en forma de "burbujas" que explotan. La función de estos gases, junto al líquido sinovial, es proteger y lubricar a las articulaciones y son los responsables del ruido.
Por tanto, más que un crujido, lo que se escucha es una pequeña explosión que se produce tras reducirse el espacio en la bolsa sinovial. Una vez que los gases salen de la solución líquida, vuelven poco a poco a su posición inicial.
Y, ¿por qué algunos sienten la necesidad de crujirse los dedos? Algunas personas sienten bienestar al llevarlo a cabo ya que, para ellos, es una manera de desentumecer las articulaciones. El motivo es que al notar el chasquido, se notan más flexibles y sin presión interior, aunque también puede tratarse de un hábito sin mayor explicación.
¿Es perjudicial?
La respuesta es que no es bueno si se repite frecuentemente. Chascar los dedos conlleva una serie de efectos negativos, como por ejemplo: el desgaste articular y lesiones en las estructuras de tendones y ligamentos. Por ello, crujir los huesos es perjudicial para la salud articular siempre y cuando se produzca con mucha frecuencia. Aunque, en algunos casos, incluso puede ser bueno que las articulaciones de los dedos y otras partes del cuerpo crujan. Esto es posible si se acude a un profesional que ayude a mejorar la movilidad corporal y a aliviar la presión. ¿Por qué es bueno en este contexto? El profesional sabe cómo recolocar el cuerpo para que vuelva a funcionar con total normalidad y sin ningún tipo de dolor. Pero todo cambia si es una acción que se lleva a cabo de manera esporádica ya que, en este caso, no debería haber complicaciones para la salud.
¿Cómo saber si es bueno o malo?
- Liberación de presión: Al crujir los dedos, se crea una presión momentánea en las articulaciones, lo que lleva a la formación de burbujas de gas en el líquido sinovial que las rodea. Cuando se liberan estas burbujas, se produce el característico sonido de crujido.
- No hay evidencia de daño a largo plazo: Aunque se ha especulado mucho acerca de si crujirse los dedos puede causar artritis u otros problemas articulares, hasta la fecha no existe una evidencia científica sólida que respalde esta afirmación. Varios estudios han investigado esta conexión y no han encontrado una relación directa entre crujirse los dedos y la artritis.
- Puede generar hábitos compulsivos: Algunas personas desarrollan una especie de adicción a crujirse los dedos, y lo hacen de manera repetitiva y frecuente. En estos casos, podría convertirse en un hábito compulsivo que puede causar irritación en los tejidos circundantes y aumentar el riesgo de lesiones.
- Posibles efectos secundarios: Algunas personas experimentan hinchazón, rigidez o molestias temporales después de crujirse los dedos, aunque estos síntomas generalmente desaparecen rápidamente.
- Alternativas saludables: En lugar de crujir los dedos, se puede optar por estiramientos y ejercicios suaves para mantener la movilidad de las articulaciones. Además, mantener una buena postura y practicar hábitos ergonómicos puede ayudar a prevenir la rigidez y el dolor en las manos y dedos.

