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¿Es bueno comerse el pollo con piel?

El pollo es una carne mundialmente consumida, de las más en el mundo, tiene muchas propiedades nutricionales. Pero ¿Su piel también? ¿es buena o mala?

El pollo es una carne mundialmente consumida, de las más en el mundo, tiene muchas propiedades nutricionales. Pero ¿Su piel también? ¿es buena o mala?
pollo, pollo asado, pollo a la parrilla | Pixabay/CC/hansbenn

La carne de pollo es, sin duda, la favorita en el mundo ya que es la que más se consume. Tanto es así que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que en 2021 se consumieron 133 millones de toneladas de carne blanca en el mundo. El consumo de pollo es popular porque es asequible, bajo en grasas y enfrenta pocas barreras culturales o religiosas. De hecho, de media, cada español consume unos 13 kilos de pollo al año, una cifra muy importante, aunque aún lejos de otros países. Solo a modo de ejemplo, en Brasil se consumen 40 kilos de pollo por persona, mientras en Argentina esa cantidad se dispara hasta los 47 kilos por persona y año.

Además, es una carne rica en proteínas y una fuente importante de vitaminas y minerales. Y también contiene niveles importantes de las beneficiosas grasas monoinsaturadas, que pueden ayudar a la salud cardiovascular. Tanto así que la carne de pollo es una de las más consumidas por los deportistas, ya que es rica en proteínas y aporta vitaminas y minerales. Sin embargo, son muchos los que se fijan más en el sabor que en sus propiedades nutricionales. Y entre los que anteponen el gusto a los beneficios para el organismo, hay una mayoría que disfruta comiendo también la piel del pollo. Pero ¿es bueno comer el pollo con piel?

La piel de pollo es conocida por ser crujiente y sabrosa cuando se cocina adecuadamente, ya que la grasa presente en la piel se derrite y crea una capa dorada y apetitosa. Sin embargo, esta grasa también es responsable de un aumento en las calorías y grasas saturadas en la porción de pollo. Por otro lado, la piel de pollo contiene grasa saludable y nutrientes importantes, como vitamina E.

Comerse la piel de un pollo asado es algo que mucha gente hace pero otros la aparta, criticando que tiene un alto porcentaje de grasa. ¿Qué hay de cierto? En este caso es correcto ya que la piel del pollo tiene un 32% de grasas, es decir, que cada 100gr de piel que se consumen, 32 gr son aporte graso, pero, además hay que saber que, de estas grasas dos tercios son grasas insaturadas, las llamadas "grasas buenas", que ayudan a mejorar los niveles de colesterol en la sangre. Y una tercera parte de las grasas son saturadas, una de las llamadas "grasas dañinas", que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol "malo". Por tanto, hay que desatascar que es la misma proporción de grasas que contiene la carne de pollo.

¿Es perjudicial comer la piel del pollo?

La duda sobre si es saludable o no comerlo con piel es muy común, pero no hay que preocuparse ya que actualmente consumir piel de pollo es seguro porque el uso de hormonas en la cría de este animal se prohibió hace más de dos décadas. De todos modos, no se puede que perder de vista que la piel es su parte más calórica, así que si como "malo" se entiende que con ella se van a ingerir más calorías y más grasa, lógicamente lo ideal es evitarla.

Por tanto, comer la piel del pollo ocasionalmente como parte de una dieta equilibrada generalmente no es perjudicial. Sin embargo, si se tienen preocupaciones específicas relacionadas con enfermedades cardíacas o el colesterol alto es posible que se quiera evitar o limitar su consumo.

No obstante, es importante recordar que no hay una respuesta única para todos en cuanto a si es bueno comerse el pollo con piel. Si se tienen objetivos específicos de salud, como reducir el consumo de calorías o grasas, es posible que se prefiera retirar la piel para hacer una elección más saludable. Pero si se disfruta del sabor y la textura que aporta la piel, se puede optar por comerla ocasionalmente y de manera moderada.

¿Cuáles son las partes más sanas del pollo?

Las partes menos grasas del pollo, por tanto las más saludables, son los solomillos y la pechuga. Esta última posee un valor nutricional envidiable ya que solo tiene un 3 % de grasa y, en cambio, un 25 % de proteína de calidad y micronutrientes importantísimos como el fósforo, la niacina y la vitamina B6. Como contrapartida, es cierto que son las partes menos jugosas del animal, no obstante, para que siempre queden tiernas y sabrosas, se pueden marinar en una mezcla de especias, aceite de oliva y jugo de limón durante unos 20 minutos antes de cocinarlo.

Beneficios de la piel del pollo

A pesar de que la piel del pollo incrementa el valor energético del producto final, puede generar ciertos beneficios para la salud. Hay que destacar que reduce el apetito. Las grasas retrasan el vaciado gástrico y provocan mayor sensación de plenitud, lo que disminuirá también la ansiedad por comer.

Además, la carne de pollo siempre será capaz de aportar proteínas de alto valor biológico. Estos elementos son fundamentales para mantener una buena salud muscular y contribuyen a prevenir el desarrollo de patologías complejas, como la sarcopenia, y favorecen la ganancia de masa magra cuando se realiza ejercicio de forma regular.

Por otra parte, utilizar el pollo con piel en las diferentes cocciones puede disminuir la necesidad de emplear aceite, debido a que ya existe un medio graso de por medio. Al final, el contenido en lípidos se equilibra y, si el pollo es de buena calidad, se asegurará la buena proporción de omega-3 y omega-6.

Incluso la piel del pollo puede cuidar el corazón. Su grasa insaturada es amigable para el corazón; baja la presión arterial y regula la producción de hormonas. Además, su aporte calórico no es tan alto, 213 calorías por 100 gramos. Se ha reportado que la piel de pollo sola aporta 32.4 g de grasa y 13.3 g de proteína por cada 100gr.

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