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¿Qué parte del cuerpo sigue activa tras la muerte?

La muerte es algo definitivo, está claro, pero ¿Hasta qué punto? ¿En qué momento se decide? ¿Todo el cuerpo muere a la vez?

La muerte es algo definitivo, está claro, pero ¿Hasta qué punto? ¿En qué momento se decide? ¿Todo el cuerpo muere a la vez?
anatómico, anatomía, cuerpo | Pixabay/CC/kirill_makes_pics

La muerte es un fenómeno misterioso que ha intrigado a la humanidad a lo largo de la historia. A medida que la ciencia ha avanzado, se ha aprendido mucho sobre lo que sucede en el cuerpo humano después de la muerte, pero aún existen preguntas sin respuesta. Cuando se vive la muerte de cerca seguramente surjan muchas preguntas como, qué pasa con el cuerpo tras la muerte. ¿Sigue funcionando? ¿Las uñas siguen creciendo? ¿Una cabeza puede vivir en un jarro y cobrar vida en el futuro? La respuesta es sí y no.

El motivo es que, una vez que el cuerpo humano muere, tienen que pasar varios días o hasta una semana o dos antes de que todas las partes del cuerpo dejen de funcionar completamente. De hecho, lo que está claro es que después de que el corazón deja de latir, se corta el suministro de oxígeno al cerebro y, sin un depósito de glucosa confiable, las células nerviosas mueren entre tres y siete minutos. Así que sí el cuerpo muere no hay vuelta atrás.

Tanto es así que lo que sucede después de la muerte del cuerpo sigue siendo un misterio. Sin embargo, gracias a los avances en los instrumentos para medir la actividad de las diferentes funciones del organismo hoy se tiene un conocimiento mayor. De hecho, se ha probado que después de la muerte del cuerpo aún la conciencia sigue activa. Esto significa que una persona logra darse cuenta de que ha muerto y todavía mantiene actividad en el cerebro y estudios recientes dicen que esto puede durar entre 10 minutos y varias horas.

No obstante, cuando una persona fallece, su cuerpo deja de funcionar en su conjunto. El corazón deja de latir, los pulmones dejan de respirar y el cerebro deja de enviar señales eléctricas. Sin embargo, esto no significa que todas las células y tejidos se apaguen instantáneamente ya que, de hecho, algunas partes del cuerpo pueden permanecer activas durante un tiempo después de la muerte.

A nivel espiritual la muerte puede provocar infinidad de sensaciones, sin embargo, en el plano biológico las cosas están cada día mejor estudiadas. Se tiende a pensar que al morir todo el cuerpo se convierte en una figura inerte, sin vida y que es descompuesta por bacterias y microbios externos. Pero, la ciencia ha revelado ahora que esto no es así y partes del cuerpo siguen vivas. En el interior del cuerpo existen muchas cosas aparte de venas, cartílagos, corazón y cerebro, se cuenta con una compleja comunidad de billones de microorganismos. Estos microrganismos, bacterias y microbios, son muy beneficiosos para el buen funcionamiento del cuerpo humano.

Hay que tener en cuenta que uno de los aspectos más notables de la actividad postmortem es la rigidez cadavérica, también conocida como rigor mortis. Este fenómeno se produce debido a la contracción de los músculos después de la muerte y puede durar varias horas o incluso días. Durante este período, los músculos pueden seguir siendo capaces de contraerse en respuesta a estímulos eléctricos. Además de la rigidez, algunos tejidos pueden seguir funcionando durante un breve período después de la muerte. Por ejemplo, las células de la piel y las uñas pueden seguir creciendo debido a la actividad celular residual. Las células del sistema inmunológico también pueden mantener su actividad durante un corto período después de la muerte, lo que puede influir en la descomposición y la respuesta del cuerpo a las infecciones.

Sin embargo, es importante destacar que estas actividades posteriores a la muerte son temporales y limitadas ya que, a medida que el proceso de descomposición avanza, todas las funciones del cuerpo finalmente se detienen por completo. La descomposición es el resultado de la actividad bacteriana y enzimática que descompone gradualmente los tejidos y órganos. En última instancia, aunque algunas partes del cuerpo pueden seguir activas durante un corto período después de la muerte, no hay evidencia científica sólida que respalde la idea de una vida consciente o de alguna parte del cuerpo que continúe funcionando de manera significativa después de la muerte.

No hay que olvidar que, por definición, la muerte ocurre cuando se detienen las funciones orgánicas de cualquier ser viviente. En ese momento el cerebro deja de enviar señales y el sistema cardíaco y respiratorio colapsan. Pero, ¿Qué pasa si una parte del cuerpo no sólo sigue viva, sino que a toda marcha? Estudios científicos han identificado más de 1.000 genes que funcionan incluso días después de que se produce la muerte. En dos estudios, expertos de la universidad de Washington descubrieron cómo de alguna forma estos genes se despiertan momentos antes de que se produzca la muerte.

Algunos de ellos tiene sentido que se activen, pues se encargan de estimular la inflamación, activar el sistema inmune y contrarrestar el estrés. Pero otros dejaron boquiabiertos a los investigadores, debido a que, hasta donde se conocía, sólo trabajan durante la etapa embrionaria para ayudar en el desarrollo del feto.

¿Qué pasa después de la muerte?

Desde el punto de vista clínico, una persona muere cuando su corazón deja de latir. En ese punto se detiene la circulación de la sangre y, por lo tanto, el cerebro deja de recibir el flujo sanguíneo. Ante esa carencia es seguro que no sobrevivirá, pero tampoco cesa su actividad de forma automática. No obstante, cuando el corazón se detiene, comienza un proceso en cadena, además, se ha establecido que después de la muerte cardíaca pasan unos 10 minutos para que el cerebro comience a morir en estricto sentido. Esto quiere decir que hay una pequeña ventana en la que ya no hay vida en el organismo, pero la conciencia sigue funcionando.

Una vez que se produce el paro cardíaco, la persona queda inconsciente. Lo usual es que esto vaya acompañado por una pérdida de la memoria a corto plazo. Es por eso que cuando una persona ha estado en la inconsciencia por un paro cardíaco, después no recuerda lo sucedido.

No obstante, aunque suene extraño, la piel continúa viviendo por un rato más después de la muerte. Pero los órganos dentro del cuerpo no tienen la misma suerte, razón por la cual los cirujanos tienen que sacar los riñones, el hígado y el corazón de donadores, máximo 30 minutos después de la muerte. Las células de la piel pueden quitarse hasta 12 horas después.

Además, se cree que el cabello y las uñas siguen creciendo después de que el cuerpo muere, pero no siempre es el caso. La piel empieza a retroceder a medida que la humedad comienza a abandonar el cuerpo, por lo que pareciera que el cabello y las uñas continúan creciendo. Es por eso que algunos hombres se notan más barbudos después de morir.

Incluso, por más raro que parezca, muchas personas muertas continúan orinando y teniendo movimientos intestinales. La vejiga podría vaciarse, mientras que el colon hará lo mismo eventualmente. Una vez que todos los músculos del cuerpo se relajen, el cuerpo liberará todo. Además la digestión continuará un tiempo. Sólo porque el cuerpo muere no quiere decir que también lo hacen las millones de bacterias que residen en él. Después de la muerte hay algunas bacterias en el tracto digestivo que sobreviven. Esas bacterias se siguen alimentando y haciendo de las suyas. Esto puede provocar unos olores muy desagradables.

Incluso, cuando el corazón deja de latir, es posible que el cerebro sepa que está muerto. Estudios recientes sugieren que los animales experimentan un pico de actividad cerebral minutos después de su muerte. Y no sólo eso, sino que se cree que las personas pueden experimentar una forma de conciencia en la primera fase de su muerte. Es por eso que hay casos de personas, cuyos corazones se detuvieron, que pudieron describir lo que sintieron en esos momentos.

Se supone que cuando uno muere de de moverse, ¿no? Pues resulta que en realidad uno se puede mover muchísimo después de la muerte. El motivo es que, una vez que el cerebro deja de funcionar, se requiere un poco más de tiempo para que el sistema nervioso deje de hacerlo totalmente, así que los músculos siguen moviéndose. También hay que considerar el proceso de rigor mortis o entumecimiento del cuerpo después de la muerte. Inmediatamente después de la muerte, los músculos del cuerpo se contraen. Luego, cuando la circulación y la respiración se detienen, los músculos se tensan y se vuelven rígidos.

Las bacterias del cuerpo sobreviven

Todo este ecosistema que se encuentra en los intestinos reporta beneficios para la vida humana, por ejemplo, ayuda a digerir y descomponer los alimentos. Dentro del cuerpo viven en un ambiente cálido y relativamente estable, lo que hace que su día a día sea apacible. No obstante, se pensaba, esto cambiaba cuando uno muere, no obstante, los expertos han señalado que no. La fauna intestinal no muere con el cuerpo, al contrario, sobrevive y sigue ejerciendo una gran labor para el conjunto de todo el planeta. Según las investigaciones los microbios y microorganismos no mueren con la conciencia humana, ya que dentro de los intestinos sobreviven al gran cambio. Lo que pasa cuando se muere es que las células privadas de oxígeno comienzan a digerirse a sí mismas en un proceso llamado "autólisis". Por otro lado, en los intestinos donde habitan bacterias y microbios estos continúan con su vida, es más, comienzan a expandirse por todo el cuerpo en el fenómeno que es la putrefacción. Sin oxígeno, las bacterias dependen de otros procesos como la fermentación que crean gases que indican el estado de putrefacción de un cuerpo. Durante todo este tiempo, los microorganismos están devorando ya todo el cuerpo haciendo que se convierta en materia esencial para la vida.

Las bacterias hacen que el cuerpo sirva de alimento

La muerte es un evento triste y trágico para muchas comunidades humanas, pero a nivel biológico es algo increíble y muestra como todo ser vivo está metido en un ciclo en el cual quien deja atrás la vida se convierte en un recurso para que otros puedan nacer y seguir adelante. Así que, la flora intestinal tiene un doble propósito y pase lo que pase siempre es beneficiosa para el medio ambiente. En vida ayuda con el tránsito, pero cuando se muere también ayuda a que el cuerpo se convierta en fuente de energía para otros seres vivos.

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