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¿Problemas de próstata? Cómo detectar la enfermedad que afecta al 50% de los hombres

La hiperplasia benigna de próstata es un problema común, pero con solución

La hiperplasia benigna de próstata es un problema común, pero con solución
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una de las enfermedades más comunes que afectan al hombre | Quiron

No poder ir tranquilo a una reunión familiar, ni visitar ningún sitio sin tener que ir varias veces al baño, con una sensación de no vaciar del todo y de no poder estar a gusto. Podría tratarse de un caso de hiperplasia benigna de próstata.

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una de las enfermedades más comunes que afectan al hombre. Consiste en el agrandamiento de la glándula prostática con el paso del tiempo, dando lugar a la obstrucción de la salida de la orina de la vejiga. "Sabemos que la mitad de los hombres de en torno a 50 años va a tener la próstata agrandada de tamaño. Es un proceso natural", explica el doctor Alejandro González Díaz, especialista del Servicio de Urología de Policlínica Gipuzkoa.

Natural y, habitualmente, de evolución lenta, según añade el doctor Gregorio Garmendia Olaizola, especialista en Urología en este centro en Guipúzcoa: "El paciente poco a poco nota que tiene que miccionar con un poco más de frecuencia, con un poco más de urgencia, pero muchas veces no es ni consciente de cómo orinaba antes y piensa que siempre ha orinado así, y que está bien", indica el especialista.

Principales síntomas de la HBP

Así, explican los especialistas del Servicio de Urología de Policlínica Gipuzkoa, los síntomas habituales que refiere el paciente son poca fuerza al orinar, más tiempo empleado en hacerlo, más veces al día y muy a menudo, notando ganas imperiosas de orinar, con dificultad de retención, incluso, con goteo postmiccional.

"Muchos pacientes acuden apurados a la consulta porque pueden tardar hasta 3 minutos en orinar, se despiertan por la noche, no descansan, algo que obviamente les limita mucho en el día a día, al mismo tiempo que pueden ir conduciendo y tener que parar sí o sí a miccionar con muchísima urgencia", relata el doctor Alejandro González Díaz.

Las claves del diagnóstico

En cuanto a las claves del diagnóstico, el urólogo de Policlínica Gipuzkoa González Díaz apunta a la historia clínica, a la exploración, a la analítica de sangre y de orina y a las pruebas de imagen. "Como puede ser común a otras enfermedades, hay que ir descartando siempre, en una adecuada conversación con el paciente, y analizar los síntomas, si ha tenido algo sobreañadido como infecciones de orina o sangrado, por ejemplo; después se realiza una exploración, se ven los genitales y se realiza el tacto rectal; se pide una analítica de sangre y el PSA o antígeno prostático específico, un marcador de sangre que diferencia si es una hiperplasia benigna de próstata o bien un cáncer de próstata, que sería maligno".

A la hora de apoyar el diagnóstico son importantes igualmente, según destaca el Dr. González Díaz, dos pruebas de imagen. Por un lado, la ecografía, para evaluar el volumen de la próstata, así como eventuales complicaciones en pacientes con sintomatología renal, el estado de los riñones y la vía excretora; pero también la resonancia magnética, que cobra valor cuando la ecografía y la analítica muestran alguna alteración más evidente.

Cómo se trata

Respecto al abordaje de la hiperplasia benigna de próstata, los especialistas en Urología de Policlínica Gipuzkoa, explican las tres fases del tratamiento: medidas higiénico-dietéticas, tratamiento farmacológico y posible cirugía.

En cuanto a las medidas higiénico-dietéticas, es recomendable restringir líquido, evitar dietas proteicas o con muchas grasas, evitar bebidas como el alcohol o excitantes que pueden inflamar la próstata, evitar el estreñimiento, seguir una dieta saludable y realizar ejercicio físico-moderado.

El tratamiento farmacológico de la HBP hoy en día es bastante amplio y varía en función de la sintomatología.

Avances en la cirugía plástica

En el caso de aquellos pacientes que llevan tomando medicación desde hace un tiempo y no es efectiva puede recurrirse a la cirugía: "Normalmente se prueban, al menos, dos tratamientos durante unos meses, pero también se ofrece una cirugía a quienes, además de la hiperplasia benigna de próstata, hayan tenido complicaciones como varias infecciones de orina, sangrados o les hayan tenido que poner una sonda; también es una opción para aquellos que no desean seguir con la medicación o han tenido complicaciones con la misma", explica el Dr. González Díaz.

Las intervenciones quirúrgicas pueden plantearse de varias maneras, siendo las menos invasivas por vía transuretral, con láser y una cámara a través del pene del paciente, y se dividen en dos tipos: las que resecan o raspan parte del tejido prostático; y las que enuclean o vacían totalmente la próstata, como si fuera una naranja a la que se deja hueca, se le quitan los gajos y solo se queda la cáscara.

Pero es que, además, los especialistas destacan que, gracias a los últimos avances a nivel tecnológico, algunos de estos tratamientos funcionan sin el menoscabo de la incontinencia, de la eyaculación o de la erección; todas ellas situaciones que solían verse afectadas con estos tratamientos.

¿Y su relación con el cáncer de próstata?

Si bien, clásicamente, se pensaba que el volumen prostático estaba relacionado con una mayor sintomatología y un mayor riesgo de cáncer de próstata, ahora se sabe que esto no es así.

El volumen prostático, como es de esperar, varía y aumenta conforme pasa el tiempo en el varón: cuando se tienen 40-50 años, el tamaño de la próstata es similar al de una castaña, pero cuando pasan los años ese crecimiento puede alcanzar el tamaño de una mandarina o de una naranja. Hay que dejar claro que, con independencia del volumen de la próstata, la sintomatología puede ser variable, es decir, puede suceder que se vean pacientes con próstatas grandes y poca sintomatología, y al revés; y lo mismo ocurre con el riesgo de que se convierta en algo maligno, ya que el volumen prostático es independiente del riesgo de cáncer de próstata, aseguran los especialistas del Servicio de Urología de Policlínica Gipuzkoa.

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