Los lirios son unas plantas agradables que pueden ser letales para animales como los gatos, ya que todas las partes de esta son venenosas (pétalos, hojas, tallo y polen) por lo que si el felino ingiere algún trozo, puede sufrir un fallo renal agudo.
Algunos lirios más comunes son el lirio de tigre, el lirio asiático y el lirio de día, y todos ellos son tóxicos para los gatos. Siendo los más peligrosos el lirio de los valles y el lirio de las llamas, pues las toxinas de ambas pueden afectar al ritmo cardíaco de los gatos y perros ocasionándoles la muerte.
Síntomas de alerta
Entre los síntomas para saber si el animal ha ingerido alguna parte del lirio, se encuentran los siguientes: vómitos, debilidad, taquicardia o pérdida de apetito. Todos estos signos aparecen a las 6-12 horas tras la ingestión, por lo que cuanto más tiempo permanezca el animal sin recibir atención médica los signos empeorarán causando convulsiones, ataxia (patología que afecta al sistema nervioso y que provoca descoordinación en los movimientos), desorientación y un grave fallo renal.
Sin embargo, otros tipos como el lirio de campo, el lirio de paz o el lirio de agua no suelen causar problemas graves, a excepción de producir algo de babeo, dolor en la boca, vómito y diarrea. Por lo general, los síntomas desaparecen solos y no suelen ir a peor, aunque en casos poco frecuentes se han registrado problemas respiratorios debido a la inflamación de la boca y las vías respiratorias.
Tratamiento y pronóstico
Aunque no existe un antídoto para remediar esta intoxicación, lo recomendable es actuar lo más rápido posible y acudir a una clínica veterinaria para evitar que el fallo renal y los demás síntomas empeoren, ya que si se acude en poco tiempo y las lesiones son leves, el pronóstico puede ser bueno. Por el contrario, si el animal presenta signos de fallo renal, el pronóstico es reservado. En todo caso, el veterinario establecerá el tratamiento médico más adecuado: protectores gástricos, fluidoterapia, corrección de desequilibrios electrolíticos, antibióticos, etc.
En lugar de los lirios, se puede optar por otras alternativas más seguras como las margaritas, las orquídeas, las rosas y los girasoles, que no son tóxicas para perros y gatos.