Todo el mundo sabe que el alcohol, junto con el tabaco, son las drogas legalizadas más consumidas de mundo. Cuando se ingiere alcohol, pasa al tubo digestivo, a la sangre y a diferentes órganos donde tiene sus efectos, principalmente el cerebro. Pasado un tiempo, esta bebida se metabolizará en el hígado, perdiendo su efecto. Pues bien, los medicamentos pasan el mismo proceso. Por ello, el problema puede presentarse cuando se ingieren en simultáneo y son metabolizados por las mismas enzimas, ya que estas metabolizan menos ambas sustancias, provocando que tengan un mayor efecto.
Si bien es cierto que esta situación se da cuando la persona ingiere alcohol de forma aguda, como en algún evento social. No obstante, si se bebe de forma crónica, el alcohol estimula de tal forma las enzimas que el cuerpo genera mayor cantidad, provocando que algunos medicamentos se metabolicen más rápido. Esta situación ocasiona que ante la dosis habitualmente indicada, el efecto sea menor. No obstante, como norma general, combinar medicamentos y alcohol es algo que no se debe hacer.
¿Por qué no se pueden mezclar los medicamentos con alcohol? La respuesta es sencilla, por los efectos secundarios que esto tiene para la salud. Si bien es cierto que no todos los medicamentos tienen la misma reacción al alcohol. Generalmente los que se venden sin receta suelen tener unos efectos secundarios mucho menores. No obstante, dependiendo de la persona, estos pueden ser más o menos graves. Hay que puntualizar que en la mayoría de los prospectos de medicamentos se puede leer la advertencia que aconseja no tomar alcohol u otras sustancias durante un tratamiento farmacológico. Se trata de una regla general que se aplica a todos los medicamentos que se consumen por vía oral, ya que existe un riesgo de interacción y de efectos adversos de diferente gravedad.
Posibles riesgos al tomar medicamentos y alcohol
- Riesgo en actividades mecánicas: Como norma general el alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede producir letargo y falta de concentración. Estos efectos aumentan si además se están tomando ciertos medicamentos. Por ello, se debe tener especial cuidado si se realizan algunas actividades como conducir, se usan herramientas peligrosas o se maneja maquinaria pesada. Las personas mayores también sufren un riesgo añadido, ya que hay riesgo de caídas o heridas serias.
- Reacciones adversas: Recordemos que la mezcla de alcohol y medicamentos puede generar reacciones en la salud, como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, letargo, desmayo o pérdida de coordinación. En los casos más graves, puede provocar dificultad respiratoria, hemorragias internas y problemas del corazón.
Medicamentos que no se deben mezclar con alcohol
- Medicamentos para el dolor: La combinación de alcohol con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) puede aumentar el riesgo de úlcera estomacal, sangrado interno y náuseas. Además, si se bebe regularmente y se toma acetaminofen se corre el riesgo de desarrollar daño hepático grave. Por su parte, los analgésicos con receta como la oxicodona o la hidrocodona son particularmente peligrosos si se toman cuando se consume alcohol y podrían provocar una somnolencia que puede poner en riesgo la vida, dificultad en el control de los movimientos y una respiración peligrosamente lenta.
- Antibióticos: Los antibióticos en general causan efectos secundarios como náuseas, malestar estomacal o diarrea, pero el alcohol empeora estos efectos secundarios. De hecho, algunos antibióticos nunca deben mezclarse con alcohol porque pueden causar problemas cardíacos o daño en el hígado.
- Anticoagulantes: Beber alcohol mientras estás usando warfarina eleva el riesgo de sangrado que puede poner en riesgo la vida.
- Medicamentos para la diabetes: Nunca se debe tomar alcohol si se toma metformina. De hecho, la metformina tiene una advertencia destacada dentro de un recuadro, que representa la advertencia más estricta establecida por la FDA. En casos raros, el consumo de alcohol con metformina puede provocar acumulación de ácido láctico en el organismo y causar desorientación, latidos cardíacos rápidos, calambres o dolores musculares intensos o dolor y malestares estomacales. Si se utiliza insulina para controlar la diabetes, el alcohol aumenta el riesgo de hipoglucemia.
- Medicamentos para la acidez: Si se toman medicamentos como Nexium o Priloser para reducir la acidez y la indigestión, es importante mantener alejado del alcohol. El motivo es que el alcohol aumenta la producción de ácido en el estómago y eso contrarresta los efectos beneficiosos de los medicamentos para la acidez.
- Medicamentos para la presión arterial: Es particularmente peligroso mezclar el alcohol con medicamentos para la presión arterial como los betabloqueantes y los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, ya que el alcohol puede bajar de manera excesiva la presión arterial y provocar mareos y latidos cardíacos rápidos, aumentando así el riesgo de caídas o desvanecimientos.
- Medicamentos para el colesterol alto: Las estatinas pueden afectar la función hepática. Por lo tanto, la combinación de estatinas con alcohol puede aumentar el riesgo de daño hepático o enfermedad hepática.
- Medicamentos para la ansiedad: El alcohol y los medicamentos para la ansiedad tienen efectos secundarios similares y al combinarse, estos efectos secundarios se agravan.
- Antidepresivos: Mareos, falta de coordinación, somnolencia excesiva y desvanecimientos son posibles efectos secundarios de beber mientras estás tomando antidepresivos. En particular, no se recomienda beber si se está tomando sertralina, ya que el alcohol de hecho puede agravar la sensación de depresión.
- Medicamentos para el TDAH: Beber alcohol mientras se toman medicamentos para el TDAH puede agravar los efectos secundarios de dichos medicamentos. Se puede tener sueño, baja concentración, problemas cardíacos o mareos.
- Comprimidos para dormir: Cuando se mezclan medicamentos para dormir con alcohol, esos efectos son más fuertes y provocan complicaciones tales como mareos, respiración más lenta, dificultad en el control de los movimientos y somnolencia excesiva.
- Medicamentos para la alergia: Somnolencia y mareos son efectos secundarios comunes de los antihistamínicos. La combinación de antihistamínicos con alcohol dará más sueño y podría causar confusión o desorientación.
Beber alcohol y tomar paracetamol
El paracetamol es uno de los medicamentos más consumidos en España ya que se utiliza para aliviar el dolor. Aunque es bastante seguro, este fármaco no está exento de riesgos. Recordemos que el alcohol es tóxico para el hígado y, si se combina con el paracetamol se pueden incrementar los efectos de ambas sustancias sobre este órgano. El motivo es que, durante el metabolismo del paracetamol se produce un compuesto muy reactivo denominado NAPQI que en condiciones fisiológicas normales y cuando el paracetamol se usa en la dosis recomendada no llega a generar toxicidad sobre el hígado porque es rápidamente eliminado por la acción del glutatión. Sin embargo, el consumo, especialmente el crónico y elevado pero también el esporádico, de alcohol puede modificar la capacidad del hígado de metabolizar el alcohol y aumentar su toxicidad.
Por ello, se recomienda un uso con precaución en personas con problemas de alcoholismo crónico o que consumen tres o más bebidas alcohólicas al día de manera habitual debido al riesgo de daño hepático. De hecho, en el caso del consumo crónico, no se debe superar una dosis máxima de 2 gramos al día de paracetamol, aunque la recomendación concreta dependerá de las particularidades de cada caso.
Alcohol e ibuprofeno
En cuanto al ibuprofeno, este medicamento pertenece al grupo de los antiinflamatorio no esteroideo y se utiliza de manera frecuente para el dolor y para la inflamación. En este caso, su consumo habitual puede provocar efectos secundarios gastrointestinales como dolor, malas digestiones o incluso úlcera de estómago si se toma de forma crónica y en cantidades elevadas. Si se mezcla con el alcohol, este tóxico puede potenciar estos efectos secundarios y hacerlos más frecuentes y graves, por lo que conviene evitar tomar alcohol mientras estemos en tratamiento con este fármaco.