La ministra de Sanidad, Mónica García, señaló en la red social X al Partido Popular como responsable de la supuesta saturación de las urgencias al no apoyar, el pasado 16 de diciembre de 2024, lo que calificó como "un plan común con indicadores y estrategias para minimizar el impacto" de los virus respiratorios.
Sin embargo, los datos publicados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) muestran niveles de contagios y hospitalizaciones más bajos que en años anteriores y, el contenido del plan ministerial, criticado por comunidades del PP, carece de criterios claros y respaldo científico, cuestionando la necesidad de medidas extremas como el uso obligatorio de mascarillas.
Para enfrentar la epidemia de gripe se necesita prevención, vacunación y planificación. Algunas CCAA del PP, que hoy tienen sus urgencias saturadas, vetaron un plan común con indicadores y estrategias para minimizar el impacto.
Pongamos la salud por encima del partidismo. pic.twitter.com/XXMNIprtsC
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) January 9, 2025
Los datos de infecciones respiratorias y hospitalizaciones
Según el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), durante la semana del 30 de diciembre al 5 de enero, la tasa de Infección Respiratoria Aguda (IRAs), que incluye gripe, covid-19 y Virus Respiratorio Sincitial (VRS), fue de 639,8 casos por 100.000 habitantes, ligeramente superior a los 562,9 casos de la semana previa, pero inferior a los 655,5 casos registrados hace dos semanas.
Si comparamos con temporadas anteriores: 928,7 casos en 2023/2024 y 816,2 en 2022/2023, esto representa un 29% y 20% menos las mismas semanas con respecto a este año.
Y según recoge el ISCIII la "tasa de IRAs a nivel nacional, habiendo superado el umbral epidémico en la semana 52/2024, presenta actualmente una intensidad de circulación baja", lo que sugiere que, pese al incremento respecto a la semana previa, la situación no es preocupante ni está causando un impacto significativo en términos de gravedad o saturación del sistema de salud.
En los hospitales, la tasa de ingreso por Infección Respiratoria Grave (IRAg) aumentó de 19,7 a 23 casos por 100.000 habitantes en los últimos días. Aunque este incremento podría interpretarse como preocupante, y así lo refleja la Ministra de sanidad en su comunicado en redes, está lejos de los 38,7 casos registrados en la misma semana hace un año.
Estos datos reflejan un panorama más favorable por el momento con respecto al año pasado y cuestionan la narrativa de saturación en el sistema sanitario en el momento actual.
El plan común: medidas poco claras y sin base científica
Por otra parte, el "plan común" defendido por la ministra Mónica García propone recuperar el sistema de "semáforo de colores" utilizado durante la pandemia de Covid-19. Este sistema permite ajustar las medidas preventivas, como el uso de mascarillas, en función de la evolución epidemiológica. Sin embargo, no establece criterios objetivos basados en datos científicos concretos.
Entre las medidas destacadas está la reintroducción de la mascarilla, inicialmente recomendada para personas con síntomas, pero con la posibilidad de endurecer su uso hasta llegar a la obligatoriedad. Este enfoque continúa siendo motivo de controversia, ya que la efectividad de las mascarillas para prevenir infecciones respiratorias en la población general sigue siendo motivo de debate por parte de la comunidad científica.
Aunque algunas revisiones científicas sugieren que las mascarillas pueden ofrecer protección en entornos específicos, como hospitales o residencias, los estudios no han demostrado una evidencia sólida de que reduzcan el contagio en espacios abiertos o en personas sin síntomas. De hecho, informes del Centro Europeo para la prevención y control de enfermedades (ECDC) indican que el uso de mascarillas fuera de estos contextos no es efectivo para reducir la transmisión de gripe o covid-19.
La propuesta del Ministerio de Sanidad de reintroducir un "semáforo" con parámetros cualitativos para regular el uso de mascarillas genera dudas, ya que carece de criterios claros y objetivos, tal como ocurrió durante la pandemia de la COVID-19. Esto plantea interrogantes fundamentales:
- ¿En qué se basarán estos criterios?
- ¿Cuáles serán los umbrales que determinarán el cambio de un color a otro?
- ¿Quién decidirá el grado de obligatoriedad y endurecimiento de las medidas?
Ante la falta de objetividad y rigor científico, las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, como Madrid, rechazaron el "plan común" en enero y diciembre de 2024. En consecuencia, la ministra Mónica García ha responsabilizado al PP de la supuesta "saturación" hospitalaria. Sin embargo, los datos por el momento sobre Infección Respiratoria Aguda Grave demuestran que dicha saturación no está justificada, lo que pone en duda la validez de su argumento.
Culpa política en lugar de consenso sanitario
La ministra de sanidad remata su nota en la red X diciendo: "pongamos la salud por encima del partidismo". Sin embargo, su "plan común", carente de bases científicas sólidas y ajustado a criterios cualitativos, parece responder más a una estrategia política que a las necesidades reales de la población.
La respuesta a la temporada de virus respiratorios debería basarse en datos objetivos y medidas respaldadas por evidencia científica. Las cifras actuales, por el momento, muestran un escenario menos preocupante que en años anteriores, en este contexto, culpar a las comunidades autónomas por no aprobar un plan vago y subjetivo podría verse más como un movimiento político que una acción en pro de la salud pública.
Mónica García ha dicho: "pongamos la salud por encima del partidismo", pero para lograrlo, las medidas del "plan común" propuesto por la ministra deben estar fundamentadas en la ciencia y no en intereses políticos.