
El dolor de garganta, por diferentes motivos, es una molestia que todo el mundo conoce. Si bien es cierto que cuando llegan los días fríos o cuando se empiezan a ir y comienza la primavera son más habituales estas dolencias. A veces, el dolor de garganta es un poco más que una molestia y otras veces puede ser un signo de infección grave. Entonces, ¿cómo saber cuál es cuál? ¿Y qué puede hacer para calmar el dolor de garganta? El dolor de garganta persistente puede recurrir varias veces o puede ser prolongado. Muchas afecciones pueden causar dolor de garganta persistente, incluyendo varias infecciones que pueden ser peligrosas, así que es importante identificar su causa lo más pronto posible.
¿Qué se considera dolor de garganta? El dolor de garganta es dolor, carraspera o irritación de la garganta que a menudo empeora al tragar. La causa más frecuente del dolor de garganta es una infección viral, como un resfrío o la gripe. También suele aparecer con la llegada de las alergias. Recordemos que la faringitis estreptocócica, un tipo menos frecuente de dolor de garganta causado por bacterias, requiere tratamiento con antibióticos para prevenir complicaciones.
Motivos por los que duele la garganta
- Infecciones virales: Resfriado común, gripe, COVID-19, mononucleosis o virus del herpes.
- Infecciones bacterianas: Faringitis estreptocócica, amigdalitis bacteriana o difteria.
- Irritantes y alergias: Aire seco, contaminación, humo del tabaco, alergias al polvo, polen o pelo de animales o reflujo gástrico.
- Uso excesivo de la voz: Gritar, cantar o hablar mucho puede inflamar las cuerdas vocales y la garganta.
- Factores ambientales y cambios de temperatura: Respirar aire frío o seco puede resecar la garganta y causar irritación.
Factores de riesgo
Aunque cualquier persona puede tener dolor de garganta, hay algunos factores que aumentan la vulnerabilidad, que incluyen los siguientes:
- La edad: Los niños y adolescentes son más propensos a tener dolor de garganta. Además, los niños de 3 a 15 años también son más propensos a padecer faringitis estreptocócica, la infección bacteriana más común asociada con el dolor de garganta.
- Exposición al humo del tabaco: El tabaquismo y el tabaquismo pasivo pueden irritar la garganta. Pero no solo eso sino que el uso de productos de tabaco también aumenta el riesgo de cáncer de boca, garganta y laringe.
- Alergias: Las alergias estacionales o las reacciones alérgicas continuas al polvo, el moho o la caspa de mascotas hacen más probable el desarrollo de un dolor de garganta.
- Exposición a sustancias químicas irritantes: Las partículas en el aire provenientes de la quema de combustibles fósiles y productos químicos domésticos comunes pueden causar la irritación de la garganta.
- Infecciones crónicas o frecuentes de los senos paranasales: La secreción de la nariz puede irritar la garganta o propagar una infección.
- Lugares cerrados: Las infecciones virales y bacterianas se propagan fácilmente en cualquier lugar donde la gente se reúne, ya sea en centros de cuidado infantil, aulas, oficinas o aviones.
- Inmunidad debilitada: En general, las personas son más propensas a las infecciones si su resistencia es baja. Entre las causas frecuentes de un sistema inmunitario debilitado, se pueden mencionar el VIH, la diabetes, los tratamientos con esteroides o medicamentos de quimioterapia, el estrés, la fatiga y una mala alimentación.
¿Cómo quitar el dolor de garganta?
- Remedios caseros: Hacer gárgaras con agua tibia y sal (alivia la inflamación y elimina bacterias). Beber líquidos calientes (té con miel y limón, caldos, infusiones de jengibre). Mantenerse hidratado (el agua ayuda a reducir la irritación). Chupar pastillas para la garganta (pueden contener mentol o anestésicos locales) o trozos de hielo o helados. Usar un humidificador o respirar vapor (hidrata las vías respiratorias). Evitar irritantes (humo, alcohol, alimentos picantes).
- Medicamentos si es necesario: Analgésicos: Paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor y la inflamación. Sprays o enjuagues con anestésicos locales (como lidocaína o benzocaína). Antibióticos (solo si es una infección bacteriana): En caso de faringitis estreptocócica, el médico puede recetar antibióticos como amoxicilina.

