
La empatía, considerada como la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones, es una de las cualidades más valoradas en las relaciones humanas. Sin embargo, como todo en la vida, cuando algo se lleva al extremo, puede transformarse en un problema.
La hiperempatía es un fenómeno que está ganando atención en la sociedad actual, donde se reconoce que algunas personas sienten las emociones de los demás de forma tan intensiva que acaba por convertirse en una carga emocional.
¿Qué es la hiperempatía?
La hiperempatía es una forma de empatía extrema, donde el individuo no solo entiende las emociones de los demás, sino que las experimenta como si fueran propias. Quien padece este trastorno puede sentir tristeza, angustia, o incluso dolor físico al ver sufrir a alguien más.
Este fenómeno se asocia con un desbordamiento emocional, donde las fronteras entre el propio yo y el otro se difuminan, llevando a una sobrecarga emocional que afecta al bienestar diario de la persona.
El término "hiperempatía" se ha popularizado en los últimos años a raíz de la creciente comprensión de las emociones humanas y los trastornos psicológicos relacionados con ellas. Aunque algunos pueden ver la hiperempatía como una habilidad admirable, quienes la padecen suelen describirla como un lastre, ya que su capacidad para conectar profundamente con los sentimientos ajenos puede tener efectos devastadores en su salud mental y emocional.
Causas y factores de la hiperempatía
La hiperempatía no es un trastorno reconocido oficialmente por los manuales diagnósticos, lo que hace que su definición y tratamiento no sean tan claros. Sin embargo, estudios recientes sugieren que las personas con una alta sensibilidad emocional, que tienen una mayor capacidad para percibir y procesar las emociones, pueden ser más propensas a experimentar este fenómeno.
Existen diversas teorías que intentan explicar las causas de la hiperempatía. Una de ellas está vinculada a la neurociencia, que sugiere que las personas con hiperempatía tienen un cerebro más activo en las áreas relacionadas con la percepción emocional. Es posible que estas personas tengan una mayor cantidad de neuronas espejo, lo que les permite experimentar las emociones de los demás con gran intensidad.
Además, factores ambientales y personales también juegan un papel importante en el desarrollo de la hiperempatía. Aquellas personas que han crecido en un entorno familiar o social cargado de tensiones emocionales, o que han experimentado traumas, pueden estar más predispuestas a desarrollar una sensibilidad emocional extrema.
Por otro lado, la sobrecarga de información a través de redes sociales y medios de comunicación también puede intensificar la empatía, ya que las imágenes de sufrimiento y dolor se vuelven más accesibles y difíciles de ignorar.
Impacto de la hiperempatía en la vida diaria
Aunque la hiperempatía puede parecer una virtud, el exceso de conexión emocional con los demás puede resultar debilitante. Aquellas personas que padecen este trastorno emocional suelen sentirse exhaustas, ansiosas o incluso deprimidas debido a la acumulación de las emociones ajenas.
Esta sobrecarga emocional afecta su capacidad para manejar sus propios sentimientos, ya que se ven atrapadas en un ciclo de dolor ajeno que interfiere en su bienestar.
Según un estudio realizado por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), las personas que experimentan hiperempatía tienen dificultades para establecer límites emocionales saludables. Esto puede llevar a una sensación constante de agotamiento y a problemas de relación, ya que los individuos no solo sienten lo que les ocurre a los demás, sino que se sienten responsables de aliviar su sufrimiento. A menudo, esto se convierte en un estrés crónico que afecta la salud física y emocional.
¿Cómo gestionar la hiperempatía?
Aunque la hiperempatía puede parecer una carga abrumadora, existen estrategias para gestionarla y evitar que interfiera en la vida cotidiana. El primer paso es el autoconocimiento, es decir, aprender a reconocer las emociones propias y las ajenas para poder establecer límites emocionales claros.
Practicar técnicas de relajación y mindfulness también puede ser útil para evitar la sobrecarga emocional, ya que estas prácticas fomentan la desconexión temporal de los sentimientos ajenos y ayudan a centrarse en el propio bienestar.
Otro aspecto importante es el apoyo social. Hablar con amigos, familiares o profesionales puede ofrecer una válvula de escape emocional. Las personas con hiperempatía pueden encontrar alivio en grupos de apoyo donde puedan compartir sus experiencias y aprender a manejar sus emociones de manera más saludable.
En algunos casos, la terapia cognitivo-conductual puede ser beneficiosa para aquellas personas que no logran encontrar un equilibrio entre sus emociones y las de los demás. A través de la terapia, se pueden desarrollar herramientas para gestionar la empatía sin que se convierta en una carga excesiva.


