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Cinco años de bisturí y precisión: la revolución silenciosa de la Neurocirugía en Ibiza

¿Por qué este modelo no se replica?. La respuesta es incómoda: requiere planificación, inversión inicial y, sobre todo, una dirección clínica firme.

¿Por qué este modelo no se replica?. La respuesta es incómoda: requiere planificación, inversión inicial y, sobre todo, una dirección clínica firme.
Cinco años de bisturí y precisión: la revolución silenciosa de la Neurocirugía en Ibiza | Libertad Digital

En un hospital con vistas al mar se libra —sin titulares, sin ruido— una batalla quirúrgica cada día. Durante los últimos cinco años, la Unidad de Neurocirugía del Hospital Policlínica del Rosario de Ibiza —que cumple 25 años de excelencia— ha ido construyendo una trayectoria quirúrgica que, sin exagerar, puede calificarse de prodigiosa. No tanto por la espectacularidad de los casos, que los hay, sino por la constancia, la eficacia y la capacidad para resolver lo que otros, simplemente, posponen o derivan. Aquí no hay grandes campañas de marketing. No hay discursos institucionales ni propaganda con promesas de futuro. Lo que hay es tecnología de vanguardia, quirófanos que no descansan y equipos médicos excepcionales que han hecho de la cirugía encefálica y de columna un oficio tan técnico como humano.

Desde su llegada a la isla en 2015, el Dr. Pedro Llinàs ha ido forjando la semilla de lo que a la postre es uno de los servicios punteros de neurocirugía en este país, tanto en equipo humano, como en especialización técnica. 2020 marcó un punto de inflexión, con la pandemia, demostrando el espíritu de superación propio del grupo policlínica. El número de intervenciones quirúrgicas y visitas de pacientes en consultas externas superó al del año precedente, gracias al esfuerzo colectivo y la cultura del esfuerzo arraigada en este servicio. Desde entonces, la unidad ha operado con una regularidad y una especialización que desmienten cualquier tópico que trata de argumentar lo contrario. En Ibiza se ha perfeccionado una forma de trabajar donde cada intervención tiene un protocolo propio, cada caso se discute con seriedad y cada alta médica se convierte en una pequeña victoria. En Ibiza, en lugar de cronificarse los casos, se abordan con decisión. El paciente, en vez de escuchar el temido "espere unos meses más", recibe una fecha quirúrgica y un plan claro. Y eso, en este contexto sanitario, ya es una anomalía. Al menos así ha sido hasta ahora y así podría seguir siendo si no interfieren ideas políticas sin sustento médico.

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Pero si hay un terreno donde esta unidad se juega el todo por el todo es en la urgencia. Las urgencias neuroquirúrgicas no admiten minutos de demora, una hemorragia cerebral o un traumatismo craneoencefálico no permiten margen para la burocracia. En estos casos, el quirófano se activa como un resorte: anestesistas, enfermería, instrumentistas y neurocirujanos se colocan en posición con la misma sincronía que una unidad de élite. No hay tiempo para dudar, ni tampoco para fallar. Porque cuando una vida depende de una craneotomía en plena madrugada, la diferencia no está en la tecnología, sino en la respuesta, la preparación y la habilidad técnica de cada miembro del equipo. Aquí, en Ibiza, esa respuesta existe. Y no es ocasional. Es sistemática. Un reflejo aprendido y perfeccionado en la urgencia real, la que no aparece en los balances, pero que salva vidas cada semana.

Tecnología de vanguardia

La otra parte de la fórmula es tecnológica. Durante estos cinco años, la unidad ha apostado con claridad por técnicas mínimamente invasivas. Técnicas percutáneas, cirugías endoscópicas, operaciones con incisiones de apenas unos centímetros, sin necesidad de grandes ingresos, con tiempos de recuperación muy reducidos. Esto no solo mejora la experiencia del paciente, sino que optimiza recursos, reduce costes y libera camas. En un sistema donde cada día de hospitalización cuesta cientos de euros, estos detalles no son menores.

Hay quien se pregunta por qué este modelo no se replica. La respuesta es incómoda: requiere planificación, inversión inicial y, sobre todo, una dirección clínica firme. Aquí no se improvisa. Cada quirófano está programado con semanas de antelación, pero también con la flexibilidad suficiente como para asumir urgencias. Cada neurocirujano tiene claros sus casos, sus horarios, sus prioridades. No hay rotaciones inestables ni dependencia de refuerzos externos.

Los números también hablan

El resultado de todo esto no es solo una estadística, aunque los números también hablan. Desde 2020, la unidad ha ido creciendo en actividad, incluso durante los años más duros de la pandemia. Mientras otros servicios se paralizaban, aquí se reordenaban y mejoraban las estadísticas precedentes. En total, se han realizado miles de intervenciones, con ratios de complicaciones quirúrgicas mínimas y un índice de satisfacción del paciente que se sostiene por sí solo.

Más de 300 cirugías y 3500 visitas médicas anuales en consultas externas avalan el éxito de la unidad de neurocirugía. "A diferencia de los centros públicos donde el paciente no puede elegir especialista, nuestras consultas están permanentemente llenas de pacientes que solicitan libremente el acudir a nosotros. Si nuestro trabajo no fuera óptimo, no alcanzaríamos estos números dada la población existente en la isla de Ibiza", explica el jefe de la Unidad, el Dr. Pedro Llinás.

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el Dr. Pedro Llinás

Es el esfuerzo y dedicación diaria de todos los profesionales de Policlínica del Rosario que hacen posible tener un servicio de excelencia en Ibiza. Además de ser capaces de resolver cualquier patología de columna, desde hernias discales, estenosis de canal, fracturas, malformaciones,etc, con técnicas percutáneas o endoscópicas, "realizamos intervenciones de cráneo muy complejas, gracias a equipamiento quirúrgico de última generación. Contamos con microscopio quirúrgico con fluorescencia incorporada y realidad aumentada para cirugía de tumores cerebrales o aneurismas, neuronavegación tanto para cráneo como para columna, instrumental para reconstrucción microquirúrgica de nervios periféricos y plexo braquial,…", añade Llinás.

Casos de complejidad médica

En Policlínica se recuerdan casos de enorme complejidad clínica. Hace 4 años, llegó una urgencia de un paciente precipitado con un traumatismo craneoencefálico grave. El cerebro estaba edematizado y la presión intracraneal era elevada. Su cráneo se había partido en dos mitades derecha e izquierda y esta última estaba completamente acabalgada sobre la derecha, con un sangrado activo sobre el principal sistema de drenaje venoso del cerebro, el seno longitudinal superior. En menos de una hora desde el diagnóstico con TAC craneal, el quirófano estaba en marcha. Pude reparar la rotura del seno y reposicionar las dos mitades del cráneo en su sitio. El paciente se marchó de alta al cabo de unos meses después de una estancia prolongada en UCI. Al cabo de unos años, el señor, que es de Uruguay, regresó a vernos. Inicialmente no lo reconocíamos; tenía un aspecto formidable y sin defectos estéticos craneofaciales salvo la cicatriz tapada por su cabello. "Al decirme su nombre, me emocioné muchísimo, al igual que los compañeros de UCI de aquella época", recuerda Llinás.

Otro caso que también marcó a todos fue el de un niño con un tumor intramedular al que habían desahuciado incluso en un hospital de Estados Unidos, intervenido en varias ocasiones y con radioterapia. Conseguimos extirpar el tumor con éxito.

También una niña saharaui con un quiste cerebral gigante (ocupando la mitad izquierda del cráneo) debido a una enfermedad parasitaria, la hidatidosis. Se estaba quedando ciega y sin mover la parte derecha del cuerpo. La operamos mediante endoscopia cerebral y al cabo de unas semanas de hospitalización y rehabilitación intensiva, nos mandó una foto recuperándose en las bonitas playas de Mallorca. Fue muy emotivo.

Otro caso de envergadura fue el de una paciente con aneurismas cerebrales que acudió en repetidas ocasiones a urgencias del hospital público y fue dada de alta sin diagnóstico. Presentaba lo que se llaman cefaleas centinela (dolor de cabeza intenso en relación a la posible ruptura inminente de un aneurisma cerebral). Ingresó en nuestro centro por urgencias, gracias al convenio antiguo existente entre la sanidad pública y privada en Ibiza. En 2 días estaba diagnosticada. Presentaba aneurismas en espejo en ambas bifurcaciones de las arterias cerebrales medias de ambos lados. La dificultad del caso radicaba en saber qué lado era el más predisponente a ruptura, dado que si operábamos primero el aneurisma menos malo, durante el periodo de convalecencia hasta poder intervenir el otro lado, la paciente podría haber sangrado y fallecido. La hemorragia por aneurisma tiene una mortalidad superior al 50%. Y digo que fue compleja la decisión porque en ambos aneurismas tuvimos que hacer una reconstrucción de las conexiones arteriales entre los diferentes vasos implicados. Las dos cirugías fueron un éxito, los controles radiológicos posteriores mostraron la correcta exclusión de los aneurismas y la paciente a fecha de hoy está completamente asintomática. "Es posible que si la hubieran trasladado en avión ambulancia, con semejantes aneurismas, la historia hubiese sido diferente. Me entristece enormemente pensar que pacientes como esta última señora y otros casos no tan complejos, pero igualmente graves y potencialmente mortales, pueden perder sus oportunidades de continuar con vida, con una vida plena y de calidad, por malas decisiones políticas", argumenta Llinás.

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"Tenemos en Ibiza un gran servicio de neurocirugía, al igual que otros servicios de otras especialidades, con grandes profesionales con experiencia procedentes de otras comunidades, contamos con programas de formación continuada en cirugía de columna (de hecho tenemos a un jefe de unidad de columna de un hospital público puntero de Tucumán, Argentina, realizando el fellowship en cirugía endoscópica), y estamos en permanente actualización, superando con creces los estándares de calidad de los servicios públicos españoles. Que se rompa el convenio público-privado por el que los pacientes ibicencos no puedan ser tratados en su isla, no es de recibo", finaliza el Jefe de la Unidad.

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