
Un equipo de científicos de la Universidad de California en Davis (UC Davis) ha identificado una relación inesperada entre la peritonitis infecciosa felina (PIF) y los efectos prolongados que provoca el COVID-19 en humanos. El estudio, publicado en la revista STEM CELLS Translational Medicine, muestra que el tratamiento con células madre mesenquimales (MSC) mejora la respuesta inmunitaria en gatos que ya habían superado la infección.
"Esto demuestra que la terapia con MSC podría no solo reducir la inflamación a corto plazo, sino también ayudar a restablecer el equilibrio del sistema inmunitario de forma duradera", explica el investigador Amir Kol, profesor de Patología en UC Davis.
La PIF es una infección causada por un coronavirus felino que, en algunos casos, muta y provoca una respuesta inflamatoria sistémica. Hasta hace poco, el diagnóstico equivalía a una sentencia de muerte para los gatos afectados.
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Afecta al 2 % de los gatos, especialmente jóvenes en criaderos y refugios.
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Provoca inflamación generalizada, fiebre, daños en órganos y disfunción inmune.
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Puede presentarse en forma húmeda (con acumulación de líquido en abdomen o tórax) o seca (sin líquido, pero con daño interno).
En 2018, investigadores de UC Davis demostraron que un antiviral —GS-441524— podía curar la enfermedad. Sin embargo, su uso clínico ha estado limitado por problemas regulatorios.
Incluso después de eliminar el virus, los gatos presentaban ganglios inflamados y signos de un sistema inmune aún activo. Este patrón recuerda al de los pacientes humanos que, tras superar la COVID-19, desarrollan síntomas persistentes durante semanas o meses.
"Incluso si se trata la infección con antivirales, el sistema inmunitario, a menudo, no vuelve a la normalidad ni a su estado previo a la infección", advierte Kol.
Esto llevó al equipo a investigar si una terapia complementaria con células madre podía ayudar a resolver esa sobreestimulación inmunitaria residual.
Células madre frente a placebo
En el ensayo clínico, todos los gatos tratados con antivirales sobrevivieron. Pero aquellos que además recibieron infusiones de MSC mostraron una diferencia clara en su respuesta inmune:
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Menos linfocitos hiperactivos (T y B).
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Más linfocitos T reguladores, clave para calmar la actividad del sistema inmunológico.
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Mayor evidencia de formación de memoria inmunológica duradera.
El uso de modelos veterinarios con enfermedades similares a las humanas permite desarrollar ciencia traslacional de alto valor, sin necesidad de esperar años de estudios en humanos.
"Muchas mascotas padecen enfermedades similares a las nuestras. La medicina veterinaria es una plataforma poderosa para avanzar en ciencia traslacional", concluye Kol.
