El amor por los animales en las personas es una seña de empatía, de personas cariñosas y leales. Sin embargo, existe un síndrome que consiste en acumular animales de forma compulsiva y patológica: el Síndrome de Noé. Un trastorno que, aunque las personas que lo padecen puedan pensar que significa amor hacia los animales, genera sufrimiento tanto para los animales como para quienes tienen el síndrome.
El Síndrome de Noé, también denominado Animal Hoarding o Trastorno de Acumulación de Animales, fue identificado en al año 1997, por el Hoarding of Animals Research Consortium (HARC) en Estados Unidos.
En España, los estudios pioneros los realizó el equipo de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, que desde 2011 investiga este fenómeno para comprender sus características y diseñar protocolos de actuación. En 2012, la doctora Paula Calvo, junto con el equipo de la Cátedra Fundación Affinity, publicaron un estudio pionero en Europa sobre este síndrome, analizando 24 casos con más de 1.200 animales implicados.
El trastorno está relacionado con el Síndrome de Diógenes, pero en lugar de acumular objetos, los afectados acumulan animales –principalmente perros y gatos– sin poder darles los cuidados básicos. Esta situación genera problemas de salubridad, convivencia y, en casos extremos, hasta abuso animal.
Características, causas y síntomas
El Síndrome de Noé se enmarca dentro de los trastornos de acumulación. Quienes lo padecen suelen recoger o adoptar animales de forma obsesiva, llegando a tener decenas en condiciones de hacinamiento, falta de higiene y sin atención veterinaria.
Las causas son diversas. Puede deberse a Trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) u otros problemas psiquiátricos, a experiencias traumáticas o duelos no resueltos, por aislamiento social y carencias afectivas o por enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
En muchos casos, los afectados niegan su problema y creen que están "rescatando" a los animales, aunque las condiciones en las que se encuentran manifiesten lo contrario.
Algunos de los síntomas pueden ser tener un número excesivo de animales sin recursos para su cuidado, negar el mal estado de las mascotas o las condiciones insalubres del hogar, tener conductas agresivas cuando alguien intente intervenir en el problema o la incapacidad para reconocer la magnitud de este.
Tratamiento
El tratamiento del Síndrome de Noé requiere una intervención multidisciplinar.
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Atención psiquiátrica y psicológica para generar conciencia del problema y tratar trastornos asociados.
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Apoyo social y familiar, con seguimiento y supervisión continuos.
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Intervención sanitaria, incluyendo la retirada y cuidado veterinario de los animales.
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Terapias conductuales y ocupacionales, para fomentar hábitos saludables.
La reincidencia es muy alta si no se aborda la raíz psicológica del problema, por lo que el acompañamiento profesional es esencial.
Ayudar a los afectados
Si se detecta un caso de acumulación de animales, es importante contactar con los servicios sociales o las autoridades sanitarias para que evalúen la situación. También se recomienda evitar la confrontación directa, ya que los afectados suelen negar el problema, así como ofrecer ayuda emocional y social, siempre con empatía, para que la persona afectada acepte la intervención.
Este trastorno no solo afecta a la persona y a los animales, sino también al entorno. Los domicilios con hacinamiento de animales acumulan heces, orina y restos orgánicos que favorecen enfermedades, plagas de insectos, problemas respiratorios y riesgos de incendio por el exceso de objetos y el mal estado de las instalaciones eléctricas.