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Manel Esteller desvela el secreto de María Branyas: una edad biológica 23 años inferior a la real

Un estudio revela los secretos genéticos y biológicos que permitieron a María Branyas vivir 117 años con una salud extraordinaria.

Las noticias de Herrero: El secreto de la longevidad podría estar en el ADN de María Branyas, de 116 años

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Un estudio revela los secretos genéticos y biológicos que permitieron a María Branyas vivir 117 años con una salud extraordinaria.
Cuenta de X de @ManelEsteller

María Branyas falleció el 19 de agosto de 2024 a los 117 años en Olot (Girona), siendo entonces la persona más longeva del mundo. Su vida abarcó más de un siglo de historia: dos guerras mundiales, la Guerra Civil española, el franquismo, dos pandemias… incluso superó la COVID-19 a los 113 años sin complicaciones. Lo que más ha fascinado a la ciencia no ha sido solo su edad, sino cómo vivió hasta el final con una salud admirable.

Un equipo liderado por Manel Esteller, director del grupo de Epigenética del Cáncer en el Instituto Josep Carreras, ha realizado un estudio pionero para identificar qué hacía único el organismo de Branyas. Su trabajo, publicado en la revista Cell Reports Medicine, ofrece nuevas claves para entender el envejecimiento y cómo podría abordarse con nuevas terapias.

Un cuerpo con signos de vejez

Según Esteller, en las células de María Branyas se detectaban marcadores típicos del envejecimiento:

  • Telómeros muy cortos (las puntas de los cromosomas que se acortan con la edad).
  • Mutaciones en sangre asociadas a la edad (hematopoyesis clonal).
  • Linfocitos B con signos de posible malignidad.

Pero a pesar de estos indicios biológicos de vejez, su cuerpo también albergaba características muy inusuales que explicaban su estado saludable."Tenía un genoma único con variantes que se han asociado a la longevidad incluso en otras especies", explicó Esteller.

Lo más sorprendente fue descubrir que María Branyas tenía una edad biológica 23 años inferior a su edad cronológica, gracias a marcadores epigenéticos. Es decir, sus tejidos funcionaban como si tuviera 94 años, no 117.

Además, presentaba un perfil cardiolipídico excelente: baja concentración de grasas nocivas, alta proporción de grasas beneficiosas y niveles normales de glucosa. Su sistema inmunológico seguía funcionando con fuerza y no mostraba signos de inflamación crónica, algo muy poco común a esas edades.

Otro hallazgo clave fue su microbioma intestinal, descrito como "casi juvenil", con una alta presencia de bifidobacterias, lo que sugiere una flora intestinal rica y saludable.

Estilo de vida y hábitos protectores

Esteller insiste en que la genética no lo explica todo. María Branyas supo "jugar bien sus cartas", combinando su herencia biológica con hábitos muy beneficiosos:"Existen muchos factores externos a los que podemos atribuir una contribución a esta vida tan extensa", asegura.

Entre ellos, destaca:

  • Ausencia total de hábitos tóxicos, como el tabaco o el alcohol.
  • Una vida activa y social, con ejercicio moderado y relaciones familiares hasta el final.
  • Alimentación sencilla y equilibrada, sin ultraprocesados ni exceso de grasas, incluyendo un yogur diario para mantener su microbioma.
  • Probable restricción calórica involuntaria durante la guerra y la posguerra, que habría contribuido a frenar el envejecimiento celular.

La investigación aplicada a Branyas fue posible gracias a técnicas no invasivas, mediante las que se analizaron diferentes niveles de su biología: genoma, transcriptoma, proteoma, metaboloma, microbioma y epigenoma. Los resultados se compararon con los de otras personas ancianas, permitiendo identificar los factores únicos de su longevidad.

Los investigadores aseguran que este conocimiento puede utilizarse en el futuro para desarrollar medicamentos que imiten los efectos protectores que tenía el organismo de Branyas.

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