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Dislexia: claves para detectarla y tratarla cuanto antes

Es, junto al TDAH, el trastorno neuropsicológico más frecuente entre los niños.

Es, junto al TDAH, el trastorno neuropsicológico más frecuente entre los niños.
Existen herramientas que permiten detectar la dislexia a partir de los 4 años | Pixabay/CC/picjumbo_com

La dislexia puede afectar a entre un 5 y un 15% de la población infantil. Según datos de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), se trata de fenómeno caracterizado por una dificultad para la descodificación o la lectura de palabras. Es por ello por lo que los niños con dislexia tienen dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples o para analizar y clasificar los sonidos.

"La dislexia es el trastorno neuropsicológico más frecuente en población infantil junto con el TDAH. Quienes la padecen presentan dificultad en el aprendizaje de la lectura o de la escritura, aunque existen diferencias madurativas entre niños de la misma edad. En torno a los 6 años la prelectura y la preescritura deben ser eficaces. No obstante, el diagnóstico definitivo podría realizarse en torno a los 7 años", explica Paloma Méndez de Miguel, psicóloga infantil del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y de Olympia Centro Médico Pozuelo.

La importancia de la detención precoz

En concreto, según la SENEP, la lectura en estos menores se caracteriza por las omisiones, sustituciones o problemas de seguimiento visual y de comprensión, entre otros aspectos. "La dislexia no debe ser un obstáculo, sino una forma diferente de procesar el lenguaje escrito. Por eso, con comprensión, apoyo familiar y con las estrategias adecuadas estos menores pueden desarrollar todo su potencial", afirma.

Así, destaca que la detección precoz es clave para el aprendizaje y el rendimiento de estos menores, ya que, aunque la dislexia no se cura, ni tampoco determina la inteligencia de estos niños, sí puede compensarse con una serie de estrategias.

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Psicologa infantil Paloma Méndez de Miguel

"Como sucede en casi todas las dificultades neuropsicológicas, la detección precoz ayuda a paliar las futuras dificultades. Si bien los profesores suelen ser un buen radar para detectar una dislexia, los padres también pueden detectar este trastorno del aprendizaje en la etapa preescolar si notan algún factor de riesgo al principio de la adquisición de la lectoescritura", manifiesta Paloma Méndez de Miguel.

Entre estos figurarían:

  • Deficiente conciencia fonológica (capacidad de reconocer y manipular los sonidos que componen el lenguaje oral, incluyendo palabras, sílabas y fonemas)
  • Retraso en la adquisición del lenguaje
  • Desarrollo lento del habla
  • Persistencia de dislalias (problemas de pronunciación)
  • Dificultades para adquirir el alfabeto
  • Problemas para realizar rimas simples
  • Dificultad para establecer la asociación entre letras y sonidos
  • Problemas para aprender rutinas como los días de la semana, el nombre de los colores o la letra de las canciones (secuenciación)
  • Desorientación espacial
  • Presencia de antecedentes familiares de dislexia
  • Dificultad en lectura de pseudopalabras (por ejemplo: fraglame)
  • Dificultad para el deletreo de palabras

Cómo se realiza el diagnóstico

Hoy existen muchas pruebas que permiten realizar un diagnóstico diferencial y preciso, detalla la neuropsicóloga de Olympia Centro Médico Pozuelo: "A partir de los 3-4 años se puede utilizar el ITPA, que es una herramienta muy eficiente para valorar aptitudes psicolingüísticas y detectar el riesgo de dislexia. Y en torno a los 7 años, momento en el que los niños ya deben tener adquirida la lectoescritura, habría que realizar una valoración neuropsicológica completa, incluyendo cociente intelectual, funciones ejecutivas, atención, memoria, y lectoescritura".

Una vez realizada la valoración, se comienza el tratamiento y se trabaja en coordinación con la familia y con el colegio para favorecer el proceso y la eficiencia del tratamiento.

Para ello, se aplicarían programas de reeducación/estimulación para la dislexia que resultan muy eficaces. No obstante, advierte Paloma Méndez de Miguel, "se debe tener una expectativa ajustada del tratamiento, pues suele ser largo, aproximadamente dos años, y los resultados no son inmediatos".

Se puede heredar

En última instancia, esta especialista de Olympia Centro Médico Pozuelo sostiene que los estudios epidemiológicos muestran que la dificultad para leer puede heredarse, por lo que, en el caso de que uno de los progenitores sea disléxico, se multiplican por ocho las posibilidades de tener un hijo disléxico respecto a la población general, cuya probabilidad ronda el 5%. "Se estima que la probabilidad de recurrencia entre hermanos es del 40%", apunta la neuropsicóloga.

Además, Méndez de Miguel mantiene que la dislexia puede mostrarse de forma concomitante con otros problemas neuropsicológicos, entre otros, el déficit de atención (TDA), el trastorno específico del lenguaje (TEL), el trastorno del desarrollo de la coordinación o la discalculia.

"Junto a ello, también es frecuente que se den problemas de índole emocional como la depresión, la ansiedad, y la baja autoestima", señala la psicóloga y neuropsicóloga infantil de Olympia Pozuelo; de ahí que, de nuevo, la detección precoz sea primordial a la hora de mejorar la calidad de vida de estos menores y de sus familias.

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