Las Líneas de Nazca, situadas en el desierto de Nazca, Perú, han fascinado a investigadores y turistas durante siglos. Estas antiguas representaciones, que datan de hace más de 2.000 años, forman figuras geométricas y animales que solo son visibles desde el aire. Sin embargo, a pesar de haber descubierto más de 500 geoglifos, el significado y propósito de estas enigmáticas líneas aún se mantienen como un misterio.
Un salto cuántico en la arqueología
Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Yamagata en Japón ha revolucionado el estudio de estas líneas mediante el uso de inteligencia artificial (IA). En un periodo de seis meses, lograron identificar 303 nuevos geoglifos, casi duplicando la cantidad de figuras conocidas hasta la fecha. Este avance es significativo, considerando que antes de este hallazgo, la cifra de 430 geoglifos fue alcanzada en un siglo de investigaciones.
Durante una conferencia de prensa en la embajada de Japón en Lima, el arqueólogo Masato Sakai explicó que la implementación de la IA ha permitido un mapeo más rápido y preciso, acelerando el proceso de descubrimiento y análisis de estas impresionantes obras de arte precolombinas. Los nuevos geoglifos incluyen grandes figuras lineales de animales silvestres, así como otras más pequeñas que representan humanos y camélidos domesticados.
La historia detrás de las líneas
Las Líneas de Nazca son atribuidas a la cultura Nasca, que habitó la región entre los siglos III a.C. y VII d.C. A lo largo de los años, se han propuesto diversas teorías sobre su propósito. Algunos investigadores sugieren que podrían haber funcionado como observatorios astronómicos o calendarios, mientras que otros creen que podrían haber servido como marcadores de caminos o rituales.
El proceso de formación de estas líneas es igualmente fascinante; se crearon al retirar las piedras oscuras de la superficie del desierto, revelando una capa de color más claro, lo que las hace visibles desde el aire.
Patrimonio cultural y turístico
El interés por las Líneas de Nazca ha ido en aumento desde su descubrimiento moderno por Toribio Mejía Xespe en 1927, aunque el conquistador Pedro Cieza de León ya las había documentado en 1547. Hoy en día, son un atractivo turístico crucial y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1994, lo que subraya su importancia cultural y arqueológica.
El uso de tecnología avanzada como la IA no solo está transformando la forma en que se estudian estas antiguas figuras, sino que también abre nuevas posibilidades para entender mejor la historia y el legado de las culturas que habitaron la región. Con cada nuevo descubrimiento, las Líneas de Nazca continúan desvelando sus secretos, intrigando tanto a científicos como a visitantes de todo el mundo.