Antaño, el mundo de los Smartphones era sinónimo de innovación y prestaciones para los usuarios y hoy en día eso se ha convertido en un panorama desértico en el que solo se mejora el procesador y un poco las cámaras. Así ha estado viviendo Apple desde la introducción del iPhone X, su último gran avance. Es irrisorio que el último lanzamiento de la marca de la manzana mordida solo tenga, como innovación, un botón físico para la cámara, una pequeña mejora en el procesador y la capacidad de grabar a cámara lenta con mayor calidad.
Lo cierto es que los móviles de Apple siempre han estado a la vanguardia en lo que a tecnología se refiere y, desde la muerte de Steve Jobs, la compañía norteamericana ha ido de capa caída. Esta falta de avance ha hecho que empresas del sector les robaran la cartera en lo que a calidad de producto se refiere y eso es lo, precisamente, lo que ha hecho Samsung. Si cuando Jobs presentaba en 2008 el primer iPhone decía que "estaban 3 años por delante del resto de empresas", hoy en día, están un año por detrás siendo generosos.
Comparando a los dos gigantes de ambas compañías, el terminal de Samsung arrasa. El Galaxy S24 Ultra se lleva la competición de calle. El móvil surcoreano gana en todos los ámbitos, desde la pantalla hasta la inteligencia artificial, pasando por la batería.
Samsung siempre se ha caracterizado en tener paneles de una altísima calidad y en este caso no es para menos. La imagen que ofrece es perfecta, pero si a eso le añaden una capa antirreflejo que en exteriores funciona de maravilla, hace que el iPhone ni se acerque, aun teniendo pantallas fabricadas por su rival.
En el apartado fotográfico se podría debatir cuál tiene una mayor calidad y, lo cierto es que ambas rinden especialmente bien en todas las situaciones. Son cámaras excelentes que utilizan todo su poder para sacar las mejores instantáneas. Sí que es cierto que el Samsung tiene la inteligencia artificial que Apple no y para retocar fotos, es un plus que la marca de la manzana no ofrece.
Otro de los puntos fuertes de la comparativa es la batería y, si en el apartado anterior estaba la cosa muy pareja, en este no, y el ganador es claro: Samsung de 4855 mAh supera los 4.685 mAh del iPhone y, aunque parece que no es mucha la diferencia, sí que hay una diferencia notable. Ambos teléfonos disponen de unos procesadores altamente eficientes que administran bien la batería, pero la mejor refrigeración de Samsung sumada a una gran eficiencia, marcan la diferencia.
Entramos de lleno en el apartado de potencia, de fuerza bruta. El S24 Ultra tiene el Snapdragon 8 Gen 3 for Galaxy mientras que el iPhone 16 Pro Max tiene el A18 pro. Ambos procesadores son una auténtica bestia, pero el del Samsung es un año más antiguo supera en potencia al flamante nuevo procesador de su competidor en los marcadores de potencia. Y ya se ha presentado el nuevo Snapdragon Elite, un 44% más rápido que su antecesor. Los dos rinden especialmente bien, y son muy estables, pero Samsung está por delante.
Por último, y más importante: las temperaturas. Cuando un móvil se calienta, los componentes internos se deterioran más rápido haciendo que la vida útil del dispositivo sea mucho menor. Es muy famoso el tema del calentamiento con los iPhone, pero Samsung tiene una refrigeración excelente y un as’ bajo la manga que le hace ser un claro ganador en este aspecto. Desde los ajustes de Samsung puedes pedirle al teléfono que priorice mantener la temperatura del terminal baja sacrificando, evidentemente, rendimiento del procesador. Esta opción de capar el rendimiento no se nota debido al gran rendimiento de ese Snapdragon.
No hay dudas de que Apple es un gran fabricante de tecnología, pero se ha dormido en los laureles y eso, sumado al gran desempeño que lleva teniendo Samsung en los últimos años hace que la marca surcoreana saque los mejores teléfonos año tras años superando constantemente a su rival americano.