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China adelanta a Europa con su carga ultrarrápida: 300 km en 5 minutos

BYD revoluciona la movilidad eléctrica con un sistema de carga cercano al megavatio que redefine los límites de la batería.

Cuando estuve estudiando en China hace doce años, gran parte de la población de ciudades como Shanghái se desplazaba en scooters eléctricos. En Europa, el sueño del vehículo eléctrico estaba más en la agenda de los eurodiputados que en la realidad. Aún recuerdo cuando vi por primera vez un Tesla, más o menos por entonces: el Roadster, primer modelo de la marca, deportivo biplaza, con un precio de unos 130.000 € actuales y bastante poca utilidad práctica más allá de fardar, ya que los puntos de carga eran prácticamente inexistentes.

Hoy, el país vuelve a situarse en el escaparate tecnológico con una propuesta que aspira a redefinir la experiencia de conducir un eléctrico: un sistema cercano al megavatio de potencia que promete cargar en cinco minutos. Aunque en movilidad eléctrica esta expresión no implica alcanzar el 100% del estado de carga, sino pasar del 10% al 80%, no deja de ser un hito histórico.

Qué se ha mostrado en China

El fabricante BYD ha presentado hace pocas semanas un conjunto de cargador y batería optimizados para admitir corrientes elevadas durante un corto periodo. En su presentación pública ha comunicado la posibilidad de recuperar varios cientos de kilómetros de autonomía en cinco minutos. La clave no está solo en el cargador; es el sistema completo: batería, gestión térmica, electrónica de potencia y protocolos de comunicación.

Comparativa con coches eléctricos populares

Como todos sabemos, los valores de autonomía y tiempo de carga de los eléctricos dependen de varios factores, como la temperatura, el tamaño de la batería y la potencia realmente sostenida. En condiciones estándar, tenemos los siguientes rangos:

  • Tesla Model 3/Y (Supercharger 250 kW): 10–80 % en ~25 minutos; unos 15 km/min en el mejor tramo.
  • Hyundai Ioniq 5 / Kia EV6 (800 V, 350 kW): 10–80 % en ≈18 minutos; ~18 km/min.
  • Porsche Taycan (800 V, 270–320 kW): 5–80 % en ≈21 minutos; ~18 km/min.
  • Lucid Air (hasta 300+ kW): 10–80 % en ≈20 minutos; ~19 km/min.
  • Nuevo sistema chino de BYD: varios cientos de kilómetros en ≈5 minutos, con picos del orden de ~55 km/min.

Esto quiere decir que, en la práctica, en el tiempo que se tarda en llenar un depósito de gasolina ya se puede recargar más de 100 kilómetros en un eléctrico, algo que hasta hace poco parecía inimaginable. Y si le añadimos el tiempo que habitualmente se tarda en ir a la caja a pagar la gasolina, en el eléctrico sería posible cargar hasta 350 kilómetros, nada mal para que el coche vuelva a ser una herramienta verdaderamente útil y deje de ser un quebradero de cabeza.

Cómo se debe utilizar el vehículo eléctrico

La estrategia de viaje con estas capacidades difiere de la mentalidad actual de cargar al 100% por lo que pudiera pasar. En general, no conviene bajar del 10% ni superar el 80% del estado de carga de cualquier batería de iones si se busca rapidez de carga y larga vida de la batería. Con cargadores de megavatio, el recorrido se planifica con paradas breves más frecuentes: en torno a cinco minutos cada 150–200 km, siempre que la vía disponga de puntos compatibles. La experiencia real dependerá de la disponibilidad de esta infraestructura, de la interoperabilidad con distintos modelos y de la gestión de colas en horas punta. La tecnología existe, pero su implantación comercial y estandarización aún están en curso.

¿Son seguros los puntos de carga de megavatio?

Estas estaciones de carga requieren inversiones elevadas, acometidas eléctricas de gran capacidad y, a menudo, almacenamiento local en otras baterías para aliviar la red y evitar sobrecargas que pudieran provocar caídas y apagones. Todavía necesitamos adaptar la red eléctrica a la verdadera demanda de los coches eléctricos.

Además, los conectores y cables van refrigerados, con un aislamiento reforzado y un sistema de monitorización térmica, para evitar que se quemen por sobrecalentamiento. Además, el sistema no carga la batería a este ritmo más allá del 80% para evitar una degradación acelerada.

En definitiva, la carga en cinco minutos representa un salto de ingeniería que acorta de manera tangible las paradas en ruta. La demostración técnica ya es una realidad y, en esta ocasión, el liderazgo proviene de China. Si los sistemas de megavatio se despliegan a gran escala con estándares sólidos, el vehículo eléctrico ganará en conveniencia y ampliará su atractivo para un mayor número de conductores. El reto inmediato no está solo en la batería o en el coche, sino en multiplicar la infraestructura y hacerlo de forma segura, eficiente y con costes razonables para el usuario y para la red eléctrica. Una nueva batalla tecnoenergética está servida.

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