Matar a Charlie Kirk
¿Qué repercusiones tendría ahora mismo que un alumno en cualquier Universidad cuestione que sea un genocidio lo que está ocurriendo en Gaza?
Antes de la muerte de Robert Redford, el 10 de septiembre de este 2025, fue asesinado Charlie Kirk. Si pueden relacionarse es porque ambos murieron en el Estado de Utah, Estados Unidos. Redford en su rancho situado en el término municipal de Provo y Kirk en la localidad de Orem, a sólo 10 minutos en coche, ambos pertenecientes al Condado de Utah y al Estado de ese nombre. En las pasadas elecciones, en esa circunscripción Donald J. Trump ganó a Kamala Harris con el 68 por ciento de los votos.
Redford murió en su cama de muerte natural, como se debe morir en una sociedad libre y democrática, se piense lo que se piense y se diga lo que se diga. Kirk murió de un tiro en la garganta disparado por el rifle de un izquierdista radicalizado. Redford había apoyado a Jimmy Carter, a Barack Obama y a Joe Biden. Kirk era uno de los jóvenes más comprometidos con la defensa del programa de Donald J. Trump, también tiroteado no hace tanto. Los ex presidentes Bush, Obama y Biden han condenado el asesinato. Sin embargo, hay quienes en USA, Europa y España han celebrado el atentado y quienes acusan a sus adversarios de haberlo instigado.
Se van a cumplir los 250 primeros años de la fundación de la democracia norteamericana y su Estado federal y así andamos, con los ligamentos civiles casi rotos. Decía la BBC hace unos días en una crónica sobre la muerte de Charlie Kirk que la vida pública se estaba convirtiendo en un deporte sangriento.
El mismo día de su muerte "republicanos y demócratas destacados, incluyendo posibles candidatos presidenciales para 2028, se unieron para condenar la violencia política y pedir una moderación en la retórica." Duró poco. Ese mismo día, por la noche, en el Congreso, se guardó un minuto de silencio por Kirk. Pero a continuación tuvo lugar una discusión a gritos entre congresistas de un bando y de otro.
Me acordé de Gregorio Ordóñez, de Miguel Ángel Blanco y su asesinato miserable a manos de ETA, sí, dos entre muchos, aunque especiales. Gran manifestación cívica posterior condenando su muerte y mostrando manos blancas y al poco tiempo, alianza separatista y complicidad final del PSOE con su estrategia anticonstitucional, partidista y antijudicial. Es la rotura de ligamentos democráticos que persiste hoy. ¿Cómo es que matar puede ser aceptable en una democracia? ¿Por qué desear el asesinato de Charlie Kirk?
¿Qué era tan peligroso en las ideas defendidas por este joven de 31 años? Para entender, algo recomendable antes de opinar o de juzgar cualquier cosa, es conveniente atender a lo que hacía y a lo que pensaba. Según The Washington Post, "Kirk se había consolidado en los últimos años como una de las voces más destacadas de la derecha, consiguiendo millones de oyentes en su programa diario de entrevistas y en sus redes sociales."
¿Por qué tanto reconocimiento? Porque organizaba encuentros y diálogos en los campus universitarios[i] donde debatía con estudiantes de izquierdas (liberales, los llaman allí, qué se le va a hacer). Su lema era "Prueba que estoy equivocado". Hizo campaña a favor de Trump en 2024 a través de su organización, Turning Point Action. Desarrolló además una estrecha relación con Donal Trump junior y el vicepresidente J. D. Vance y defendió la presencia del pensamiento conservador en las universidades y centros culturales de Estados Unidos sin exclusión de otras ideas.
A pesar de su juventud, Charlie Kirk ha dejado cinco libros escritos. The Second Amendment and Hunting Heritage (2014); Time for a Turning Point: Setting a Course Toward Free Markets and Limited Government for Future Generations, con Brent Hamachek, de 2016. Dos años después, prologado por Donald Trump Jr., escribió Campus Battlefield: How Conservatives Can WIN the Battle on Campus and Why It Matters.
En 2020, escribió The MAGA Doctrine: The Only Ideas That Will Win the Future y en 2024, College Scam: How America's Universities Are Bankrupting and Brainwashing Away the Future of America's Youth. Ninguno de ellos, que sepamos, ha sido traducido al español a pesar de su enorme influencia en Estados Unidos.
La traducción libre de sus títulos en el mismo orden da ya una idea de su propósito:
"La segunda Enmienda[ii] y la herencia cinegética"; "Momento crucial: Hacia mercados libres y un gobierno limitado para las generaciones futuras"; "Cómo los conservadores pueden ganar la batalla en los campus universitarios y por qué es importante"; "La doctrina MAGA: Las únicas ideas que triunfarán en el futuro" y "La estafa universitaria: cómo las universidades están arruinando y lavando el cerebro a la juventud estadounidense".
Voy a procurar dar una idea somera de cuál es el mensaje y algunos argumentos de su empeño por no ceder el espacio universitario a las izquierdas y aceptar el debate abierto con tales ideologías en la propia Universidad. Precisamente, fue en uno de estos campus, el la Universidad del Valle de Utah, en Orem, donde fue asesinado mientras debatía con un oponente acerca del uso de las armas de fuego y del fenómeno de la transexualidad. Para ello elegiré el libro prologado por el hijo de Trump en el que exhibe su intención de impulsar el pensamiento conservador en las Universidades en una decidida acción cultural.
La batalla cultural de Charlie Kirk
Dice Donald Trump Jr. en su preámbulo que hay otra batalla, más importante que la política, que es la batalla cultural, la que ocurre a diario en los campus universitarios. Asegura sentirse atónito cuando jóvenes de veinte años reniegan de Estados Unidos, queman la bandera nacional, llaman nazi a su padre y encima se ofenden si alguien se atreve a cuestionar su punto de vista. Y apostilla: "La influencia marxista de izquierda sobre nuestra juventud se ha descontrolado por completo".
El joven Trump precisa "en este libro, Charlie Kirk describe los problemas centrales que afectan a los campus universitarios y cómo podemos recuperarlos de la izquierda. Ninguna lucha puede ser más importante que ésta para el futuro de nuestro país y la próxima generación. Charlie Kirk es un luchador. Lucha con fuerza e inteligencia. Sabe que estamos en una guerra por el alma de Estados Unidos y tiene un plan de batalla para ganar. Charlie entiende lo que está en juego. Entiende que debemos luchar por Estados Unidos en los campus de Secundaria y en los universitarios."
En su Introducción se pregunta Kirk: "¿Quién hubiera imaginado que necesitaría protección policial para hablar libremente en un campus universitario?". La Universidad es, entre todos los lugares, donde reside la esencia misma de la libertad para buscar el conocimiento. Sin embargo, se le recibía en sus comienzos como si fuera un nazi, como alguien sin derecho a estar allí y hablar, con abucheos y silbidos. Rosa Díez lo sufrió en sus carnes en nuestra Universidad Complutense por parte de Podemos con Pablo Iglesias de instigador. ¿Lo recuerdan? No es un caso único desgraciadamente.
Pero Kirk advirtió que la enseñanza izquierdista de manual no sólo era intelectualmente deficiente, sino que el adoctrinamiento forzoso de los estudiantes no había tenido éxito más que en algunas minorías. La mayoría estaba abierta a escuchar un enfoque conservador de la economía y la política, a pesar de los perjuicios iniciales que le podía causar.
Desde entonces, se empeñó en analizar cómo la izquierda excluyente[iii] se había apoderado de la Universidad y cómo podía revertirse tal situación en beneficio de la libertad y de las ideas conservadoras. Desde 2016, Kirk y su organización Turning Point USA (TPUSA)[iv] visitaron entre 150 y 300 campus universitarios hasta su reciente asesinato, entre 20 y 30 por año. Sus campañas llevaban por lemas "Te están lavando el cerebro" o "Gira de la batalla cultural" y otros semejantes.
Se preguntaba Kirk con qué frecuencia acosan y escrachan los conservadores a las izquierdas. "¿Con qué frecuencia organizan los conservadores manifestaciones ruidosas para impedir que oradores liberales aparezcan en el campus? ¿Con qué frecuencia acosan los conservadores a los liberales al intentar reclutar estudiantes para sus causas? ¿Con qué frecuencia dicen los conservadores que la libertad de expresión liberal debe restringirse porque es odiosa y ofensiva?...Con poca frecuencia, si es que hay alguna vez."
En las universidades de Estados Unidos se ha ido produciendo una ocupación sistemática de cargos, plazas y departamentos por parte de profesores de izquierdas. La consecuencia es que los estudiantes que tienen un pensamiento conservador son ridiculizados, cuando no vejados o discriminados y muchas veces perjudicados en sus calificaciones. Según los datos que aporta Kirk, la proporción entre profesores "progresistas" y moderados o conservadores es de 10 a 1 y tal situación perjudica a la democracia y a la función docente universitaria.
Por ello, los prejuicios deben quedar fuera de las aulas. "Admiramos a aquellos profesores que adoptan un enfoque equilibrado y objetivo en la investigación académica. El aula debe ser un lugar sagrado donde el aprendizaje precede a la propaganda y la búsqueda de la verdad prevalece sobre el lavado de cerebro." Dejar que sus preferencias contaminen exámenes, lecturas y conferencias es traicionar "su profesión y a sus estudiantes", explica.
De hecho, destaca cómo muchos universitarios (y alumnos de Secundaria, cuyos campus también han sido visitados por Charlie Kirk) sienten miedo a exponer sus verdaderas reflexiones, bien por temor a ser ridiculizados por el propio profesor; bien por temor a ser escrachados-cancelados por los estudiantes wokistas de la izquierda o bien por temor a que una discrepancia con el docente pueda tener como consecuencia una peor calificación e incluso un suspenso. Esto más que injusto, es peligroso porque "sofoca la idea misma de universidad. Fomenta la deshonestidad. Suprime el discurso."
Denuncia Kirk que "bajo la apariencia de aprendizaje, se presenta la opinión, el juicio o la pura propaganda." Por ejemplo, cita el caso de la profesora Rochelle Gutiérrez, de la Universidad de Illinois, que "argumentó en un libro que las habilidades algebraicas y geométricas perpetúan un "privilegio inmerecido" entre los blancos. En muchos sentidos, las matemáticas en sí mismas operan como blancura."
La cuestión es que Kirk alumbró una base de datos sobre estas asombrosas conductas y afirmaciones gratuitas o deformadas de los progresistas de la izquierda reproducidas en fuentes confiables. Las ha compilado en una Lista de Observación de Profesores a la que se accede desde su organización Turnig Point. Está desarrollado en su capítulo 3, "El atril del aula magistral". Naturalmente, que haya catedráticos y profesores que se vean retratados en una relación así, puede causar malestar, aunque lo que se relate sea cierto.
Kirk muestra su agudeza analítica cuando mete el dedo en tantas llagas. Sobre todo, en una. ¿Cómo es que quienes abanderan el relativismo cultural y moral afirman que son ellos los únicos que están en el lado correcto de la historia? Lo dice así: "Qué extraño que la izquierda insista con firmeza en que la verdad está de su lado, pero sean discípulos del posmodernismo, que postula que la noción de verdad objetiva es una fantasía de mentes autoritarias, conservadoras, retrógradas y deplorables."
Y sigue martilleando: "Lo que la izquierda no comprende es que la libertad de expresión no se reduce a decir lo que uno quiere, sino que a veces implica escuchar argumentos que te hacen reflexionar. Al exponerte a hechos que te hacen discurrir y reconsiderar, puedes ampliar tus límites, y eso es positivo…Escuchar a la otra parte agudiza tus habilidades retóricas. Fortalece tus propias creencias. O, quizás, te hace ver tus errores, cuestionar tus propias opiniones y te lleva a una postura mejor, más informada y racional."
Este libro de Charlie Kirk, que es de 2018, hace siete años, y publicado en tiempos del gobierno de Joe Biden, es muy recomendable para todos los españoles porque nos pone ante el espejo de un vacío inquietante: aquí no hay estudios verificados sobre el funcionamiento de las estructuras educativas, en especial las universitarias, sobre la ecuanimidad de sus procedimientos y sobre su respeto al derecho de los alumnos a recibir información veraz y completa sobre los temas. Tampoco bases de datos ni contestación vehemente.
¿Qué le puede ocurrir a un alumno de cualquier centro educativo español en cualquier autonomía si pone en cuestión que el calentamiento global sea una realidad comprobada, que el cambio climático causado por el hombre sea resultado de un consenso científico o que la energía nuclear sea más beneficiosa que perjudicial para el futuro de España o del mundo?
¿Qué consecuencias tendría si cualquiera en cualquier aula expone argumentadamente que la II República fue deliberadamente conducida a la Guerra Civil, mucho antes de la sublevación de julio de 1936? ¿Cuál sería el trato recibido por un alumno que subraye los ocho golpes de Estado que sufrió la República, seis de ellos impulsados por las izquierdas y los separatismos? ¿Y si alguien destaca que las clases medias y obreras fueron favorecidas bajo el franquismo?
¿Qué repercusiones tendría ahora mismo que un alumno en cualquier Universidad cuestione que sea un genocidio lo que está ocurriendo en Gaza? ¿Y si sostiene el derecho a la existencia y a la defensa del Estado de Israel ante el terrorismo de Hamás o las amenazas nucleares de Irán? ¿Y si exige que el trato de todas las víctimas sea ecuánime y no selectivo según los intereses electorales de los partidos que componen el gobierno de Pedro Sánchez?
El propio Kirk responde que seguramente el menor de los calificativos recibidos sería el de "fascista", proferido por aquellos que se autodefinen como ciudadanos incriticables porque están en el lado correcto de la Historia. Kirk se responde, perplejo, a propósito de la expulsión del campus de la Universidad de Lincoln, Nebraska, de una de sus militantes por instalar una mesa propagandística siendo tratada como neofascista, supremacista blanca e incluso defensora del Ku Klux Klan.
¿Fascista, dice Kirk? "Abogamos por impuestos más bajos. Un gobierno más pequeño. Capitalismo. Por eso la llamaron neofascista. No sabíamos que reducir el tamaño del gobierno federal es fascismo…Estos profesores universitarios son tan ignorantes de la historia —lo cual no sorprende hoy en día— que no saben que el fascismo se define como un gobierno centralizado y autocrático que impone una severa reglamentación económica y social y la represión forzosa de la oposición. Exactamente todo contra lo que lucha Turning Point."
El éxito del movimiento que encabezaba Charlie Kirk entre la juventud universitaria es tremendo: Presencia en más de 1.000 campus, siete millones de seguidores diarios en redes sociales, realización de decenas de miles de debates cara a cara o la construcción de una base de datos gigante para sustentar los argumentos y señalar las conductas antidemocráticas de la izquierda y sus representantes universitarios.
Naturalmente, los han acusado de ser "racistas, homofóbicos, misóginos… de promover abiertamente el odio y la intolerancia", acusaciones tan infundadas que es una pérdida de tiempo molestarse en rebatirlas. Son pocos los "liberales" dispuestos a entablar un debate racional sobre los méritos y la esencia de nuestra misión, que es promover la libertad y el libre mercado." ¿Cómo va a razonar y debatir alguien que se cree en el lado correcto de la Historia por clarividencia infusa (y confusa)? ¿Cómo quién descalifica, clasifica e insulta a otro antes de conocer sus argumentos y consideraciones?
Sí, se están rompiendo los ligamentos liberales y constitucionales en las democracias occidentales, muy aceleradamente en España desde el ascenso de Pedro Sánchez, y crece el totalitarismo intelectual que no respeta el derecho del adversario a exponer libremente su posición (Véase RTVE y otras basuras). Se trata de dinamitar la convivencia con los contendientes obstruyendo o impidiendo su presencia ecuánime y equilibrada en la vida pública. Ni se cree en los valores de la democracia ni hay buena voluntad. O sea.
Y el 10 de septiembre de 2025, alguien decidió matar al desinhibido Charlie Kirk (no puedo evitar que me recuerde un tanto a Gregorio Ordóñez), cancelándolo definitivamente. Condena. Lástima. Horror. Peligro. Ceguera. Y ahora, la reacción. ¿A cancelar a los canceladores? Malaventurados los estúpidos, que se cancelarán los unos a los otros, empedrando el camino que nos conduce a un infierno. Pruébenme que estoy equivocado. Debatan conmigo, pero, ¿matarme? Pues…
[i] Campus, en latín, significa llanura abierta, sin cercados. Se ha aplicado después al recinto de la Universidad, al espacio que unía los edificios académicos y luego a toda su superficie. En sentido amplio, el campus alude a la comunidad universitaria como sujeto y espacio de libertad, sin muros, sin restricciones a la libre enseñanza, al debate racional y sin prejuicios y a la libre expresión sin censura externa alguna.
[ii] La segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, ratificada el 15 de diciembre de 1791 y vigente desde entonces con determinadas regulaciones, dice: "Por ser necesaria para la seguridad de un Estado libre una milicia bien regulada, no se restringirá el derecho del pueblo a poseer y portar armas."
[iii] Refiere el caso de la Universidad Marquette, universidad católica jesuita de Milwaukee, donde se grabó a un enseñante de posgrado advirtiendo a un alumno que si no estaba de acuerdo con el matrimonio homosexual debería dejar de asistir a la clase. Y comenta: "Qué extraño castigar a alguien por expresar opiniones que coinciden con la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia ". Un profesor que defendió la libertad del alumno, John McAdams, fue suspendido de empleo y sueldo.
[iv] Momento decisivo o Punto de Inflexión para Estados Unidos.
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