El Codex Aureus de Echternach se expone por primera vez desplegado en su totalidad

El evangeliario realizado en el año 1046 por los monjes de la Abadía Benedictina de Echternach (Luxemburgo), contiene numerosos textos e ilustraciones realizadas en oro de una belleza indescriptible, igual que su historia. A lo largo de la historia, el Codex Aureus ha pasado por numerosas manos. Fue en 1566 cuando el evangeliario pasó a formar parte de la corte de Felipe II, quien por mediación de María de Hungría, hermana del Emperador Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, se lo entregó al monarca español. Desde esta fecha, el original se encuentra expuesto en El Escorial realizándose una copia facsímil para su muestra en la Abadía luxemburguesa.

Este evangeliario, cuya exposición patrocina la Fundación Carlos de Amberes y Patrimonio Nacional, comprende un total de 171 folios manuscritos y miniados sobre hojas de pergamino, con una escritura cuidadísima de extraordinaria regularidad y armonía sin que se adviertan tachaduras. Además, las letras -de estilo carolingio- están escritas en tinta de oro aplicada con notable espesor para poder bruñirla luego.

En cuanto a la estructura y disposición de la obra, después de las dedicatorias, el códice comprende el Prefacio de San Jerónimo, el argumento de los Evangelios; el segundo Prefacio de San Jerónimo, el Prólogo de Eusebio de Cesárea; el Prefacio de San Jerónimo a San Mateo evangelista; el Evangelio de San Mateo; el de San Lucas; el de San Marcos; y el de San Juan.

La encuadernación del códice tras la restauración que sufrió en 1934, está realizada en piel de becerro teñido de rojo con una bella decoración dorada de hierros sueltos que forman una ancha orla con numerosos floroncillos en su perfil interior y una chapa de bronce dorado con las armas de la Casa de Austria y de Saboya. Sin embargo, es probable que originariamente tuviese una encuadernación de plata repujada adornada con esmaltes y pedrería fina.

El acto de inauguración de la muestra se ha completado con la entrega a los Grandes Duques de Luxemburgo de la Medalla Institucional y el Pañuelo de la Real Guardia Valona por parte de la Fundación.