L.D. / EFE.-
En sus distintas versiones, que van desde el "raks sharki" con música clásica árabe al estilo "baladi" más popular, se trata de uno de los bailes "más sensuales" del mundo, reservado únicamente a las mujeres. No requiere un cuerpo escultural ni un vientre plano, por lo que las aprendices de bailarinas "aprenden a amar su cuerpo y a descubrir su gracia y su sensualidad".
Por estos motivos, la danza oriental vive un momento de "gran auge" en España que la propia Fuentes ha constatado tanto en su academia de baile de Granada como en el espectáculo árabe-flamenco "Reflejos de la Alhambra", que estrenó recientemente en el teatro Isabel la Católica de la capital granadina "con gran éxito".
Entre sus alumnas y las que instruye en el curso de Melilla las hay que toman la danza como ejercicio físico y otras que quieren prepararse como profesionales atraídas por la mística que arrastran las bailarinas "que en el mundo árabe siempre han sido mujeres más libres que las casadas".
Aunque tiene un "alto grado de improvisación", el estilo varía según el país y mientras que en Egipto, la "cuna" de la danza del vientre, "se mueve todo el cuerpo", en Marruecos lo más llamativo son las ondulaciones de las caderas.
No tiene fecha de nacimiento, pero parece ser la supervivencia de una forma de danza ligada a los ritos de fertilidad y maternidad, ya que reproduce simbólicamente los movimientos de la concepción y del alumbramiento.
Con o sin velo, la danza del vientre debe practicarse con un corpiño corto y una falda ligera y amplia sujeta en la cintura por un pañuelo rematado con pequeños círculos metálicos que al caer sobre las caderas acompañan cada movimiento con un rítmico tintineo.
Por estos motivos, la danza oriental vive un momento de "gran auge" en España que la propia Fuentes ha constatado tanto en su academia de baile de Granada como en el espectáculo árabe-flamenco "Reflejos de la Alhambra", que estrenó recientemente en el teatro Isabel la Católica de la capital granadina "con gran éxito".
Entre sus alumnas y las que instruye en el curso de Melilla las hay que toman la danza como ejercicio físico y otras que quieren prepararse como profesionales atraídas por la mística que arrastran las bailarinas "que en el mundo árabe siempre han sido mujeres más libres que las casadas".
Aunque tiene un "alto grado de improvisación", el estilo varía según el país y mientras que en Egipto, la "cuna" de la danza del vientre, "se mueve todo el cuerpo", en Marruecos lo más llamativo son las ondulaciones de las caderas.
No tiene fecha de nacimiento, pero parece ser la supervivencia de una forma de danza ligada a los ritos de fertilidad y maternidad, ya que reproduce simbólicamente los movimientos de la concepción y del alumbramiento.
Con o sin velo, la danza del vientre debe practicarse con un corpiño corto y una falda ligera y amplia sujeta en la cintura por un pañuelo rematado con pequeños círculos metálicos que al caer sobre las caderas acompañan cada movimiento con un rítmico tintineo.