L.D. / E.P.
"Los sudamericanos –dijo— hemos pasado de ser unos viajeros a ser unos inmigrantes de la pobreza. Ahora se aprecia más tener un antepasado español que ser un universitario o un trabajador, para poder alejar al hijo de la miseria".
El escritor peruano aseguró que América Latina "se está pudriendo" y denunció que "hay corrupción hasta en las sortijas". "En Perú no puedo escribir, porque cuando abro la ventana de mi casa sólo respiro mierda. Antes iba allí de fiesta, pero ahora me ha tocado vivir toda esa mierda de Montesinos y Fujimori, que eran seres siniestros y nunca me gustaron", dijo.
El autor, que realizó estas declaraciones en el marco de los cursos de verano de El Escorial que organiza la Universidad Complutense, apuntó que "quizás sea el robo la única revolución que falta en América Latina" y se lamentó de que ya no existan "ideales ni Che Guevaras ni tan siquiera Stalins".
El autor de obras como “La vida triste de Martín Romaña” o “Guía triste de París” afirmó que un novelista "no tiene buenas relaciones con la realidad porque la encuentra chata, incomprensible y aburrida, y entonces trata de darle un punto de vista personal totalmente subjetivo del que nace una historia paralela a la real que es la novela".
Preguntado acerca de la razón por la cual en sus novelas siempre aparece el amor como un fracaso, Bryce Echenique afirmó que, "por desgracia, la felicidad no se puede escribir". Así, explicó que el libro "nace de una carencia ante la realidad, de un intento de suplantar a Dios y recomponer el mundo".
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El escritor peruano aseguró que América Latina "se está pudriendo" y denunció que "hay corrupción hasta en las sortijas". "En Perú no puedo escribir, porque cuando abro la ventana de mi casa sólo respiro mierda. Antes iba allí de fiesta, pero ahora me ha tocado vivir toda esa mierda de Montesinos y Fujimori, que eran seres siniestros y nunca me gustaron", dijo.
El autor, que realizó estas declaraciones en el marco de los cursos de verano de El Escorial que organiza la Universidad Complutense, apuntó que "quizás sea el robo la única revolución que falta en América Latina" y se lamentó de que ya no existan "ideales ni Che Guevaras ni tan siquiera Stalins".
El autor de obras como “La vida triste de Martín Romaña” o “Guía triste de París” afirmó que un novelista "no tiene buenas relaciones con la realidad porque la encuentra chata, incomprensible y aburrida, y entonces trata de darle un punto de vista personal totalmente subjetivo del que nace una historia paralela a la real que es la novela".
Preguntado acerca de la razón por la cual en sus novelas siempre aparece el amor como un fracaso, Bryce Echenique afirmó que, "por desgracia, la felicidad no se puede escribir". Así, explicó que el libro "nace de una carencia ante la realidad, de un intento de suplantar a Dios y recomponer el mundo".
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