L. D. / EFE.-
Chillida y su hijo son los protagonistas de la cuarta edición de "Relevos", un proyecto que cada año une a un artista consagrado y a un joven creador en el hall de Torre Caja Madrid.
La exposición recorre de un lado la trayectoria de Chillida a través de catorce esculturas, desde "Concreción", una pieza realizada en 1950 con la que el artista vasco pasó de la figuración a la abstracción, hasta una pieza de alabastro concebida el año pasado, pasando por dos proyectos en acero del Peine del Viento, varias piezas en terracota, acero, y hasta su "Homenaje a San Juan de la Cruz IV" en fieltro.
Junto a ellas se disponen una cerámica y seis obras pictóricas de su hijo, en su mayoría grandes óleos sobre lienzos en los que Eduardo Chillida Belzunce representa, desde escenarios como su casa o su estudio y siempre a través de ventanas, los paisajes del mar y la montaña de San Sebastián.
Chillida Belzunce, de 37 años, recordaba este jueves en la presentación de la exposición como el arte ha sido para él un camino de superación y de salvación desde que a los 21 años sufriera un grave accidente de moto que le ha dejado paralizado medio cuerpo, incluida la mano derecha que desde niño había utilizado para dibujar y esculpir.
En el catálogo recuerda también cómo una vez que él estaba desconcertado ante una de sus obras su padre le vio y le dijo: "yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento".
La exposición "Relevos" recoge también los retratos que uno ha hecho del otro, para corroborar una unión que ahora se abre al público en este exposición.
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La exposición recorre de un lado la trayectoria de Chillida a través de catorce esculturas, desde "Concreción", una pieza realizada en 1950 con la que el artista vasco pasó de la figuración a la abstracción, hasta una pieza de alabastro concebida el año pasado, pasando por dos proyectos en acero del Peine del Viento, varias piezas en terracota, acero, y hasta su "Homenaje a San Juan de la Cruz IV" en fieltro.
Junto a ellas se disponen una cerámica y seis obras pictóricas de su hijo, en su mayoría grandes óleos sobre lienzos en los que Eduardo Chillida Belzunce representa, desde escenarios como su casa o su estudio y siempre a través de ventanas, los paisajes del mar y la montaña de San Sebastián.
Chillida Belzunce, de 37 años, recordaba este jueves en la presentación de la exposición como el arte ha sido para él un camino de superación y de salvación desde que a los 21 años sufriera un grave accidente de moto que le ha dejado paralizado medio cuerpo, incluida la mano derecha que desde niño había utilizado para dibujar y esculpir.
En el catálogo recuerda también cómo una vez que él estaba desconcertado ante una de sus obras su padre le vio y le dijo: "yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento".
La exposición "Relevos" recoge también los retratos que uno ha hecho del otro, para corroborar una unión que ahora se abre al público en este exposición.
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