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Tengamos la fiesta en paz

Acaba de salir a la venta el DVD de su última película, 'Pensé que iba a haber fiesta'.

Victoria Galardi atiende a Libertad Digital en la intimidad suficiente y engañosa de un asiento de avión. Hace unos días ha salido a la venta (15 de junio) el DVD de su última película Pensé que iba a haber fiesta, una historia sencilla de amistad, por tanto de subtexto, de interpretaciones dramáticas fieles a la naturalidad y a las miradas que hablan por sí mismas. Las protagonistas, Elena Anaya y Valeria Bertuccelli.

Cuando se estrenó en España estuvo en cartelera dos semanas, se proyectó en treinta salas y apenas se promocionó.

No sabemos de dónde procede esa satisfacción de los espectadores cuando vemos, cuando nos dejamos guiar del ronzal, por historias sencillas y ritmos pausados. Pero esta cinta lo consigue. La directora prefiere no reflexionar, no ponerse del otro lado y no correr el peligro de pensar qué es lo que le produce esa satisfacción al público. "Yo intento hacer las películas que a mí me gusta ver. Si eso además le interesa a más gente, pues genial".

Para decidirte a dirigir una película, ¿qué debes tener entre las manos? ¿Un buen guión? ¿Es lo primero? ¿Los actores, los personajes? ¿O una imagen?

Creo que debes tener una necesidad de querer contar una historia. Luego lo que sigue es escribirla lo mejor posible. A veces esa historia te la puede dar una imagen, una anécdota, una experiencia personal o una noticia que lees en un periódico, nunca se sabe. En mi caso hasta no tener un guión que me guste mucho no pienso en rodar. Me apoyo mucho en el guión. En algunas ocasiones tengo en la cabeza los actores con los que quiero trabajar esos personajes y en otros casos no. Si los tengo mucho mejor, voy ganando terreno, si no, hago un casting hasta encontrarlos.

¿Tu proceso de creación empieza delante del ordenador, escribiendo?

Empieza pensando en la historia, dándole vueltas en mi cabeza. Me tomo un tiempo para pensar antes de sentarme. Tomo notas en cuadernos personales, servilletas de bares, el ordenador, lo que sea. Una vez que tengo la idea bastante completa en la cabeza, me siento en el ordenador a escribir.

Creo que el talón de Aquiles del cine actual es el guión. ¿Estás de acuerdo?

No lo sé, creo que lo más difícil hoy es producir las películas más que encontrarse con buenos guiones. Conseguir la financiación para hacerlas diría que es el talón de Aquiles, y más en el tipo de películas que me interesa hacer.

En parte la película es como un Woody Allen argentino, poniendo el objetivo en las clases acomodadas de la sociedad.

Puede ser, me lo han dicho. Ha sido alguien que me ha influenciado desde pequeña. Por otro lado, siempre que pones a gente elegante en una fiesta en una casa bonita te recuerda a algo de Woody Allen. Las clases altas están retratadas en gran parte de la literatura, de la pintura, fotografía, y también en el cine. Son un terreno muy fértil.

Como decía Jorge Luis Borges sólo hay cuatro historias y el resto "son maneras de vivir". ¿El amor qué lugar ocupa en esas cuatro historias?

El amor casi siempre es el motor y el tema central de una historia. El amor, la falta de éste, la búsqueda de éste o las maneras en que se traduce el amor: entre amigos, entre hermanos, entre padres e hijos, en las relaciones familiares, las parejas, etc.

¿El amor está sobre valorado?

¿Sobre valorado? ¿Por quién preguntaría yo? Si no hay amor, no hay nada.

Pensé que iba... plantea algo muy humano y a la vez instintivo, animal: la propiedad de unos por otros. Y es más profundo que la fidelidad no sólo amorosa.

El hecho de pensar que tenemos cierta propiedad sobre el otro es falsa. Los celos me resultan algo inentendible, por ejemplo. Inevitable también, pero si alguien va a dejarte lo va a hacer de cualquier forma, lo celes o no. No hay manera de que puedas evitarlo. A mí me interesan las contradicciones del alma humana. Ver cómo un personaje que desea y odia con la misma intensidad, ama y duda... creo que nunca los sentimientos son una sola cosa. Buscar los sentimientos más simples es lo más complicado.

La amistad parece que se olvida o se tiene que contaminar con otros sentimientos cuando creces. En la película se ve bien lo que pasa.

Bueno cuando eres chico es muy fácil hacerte un amigo. Eso es lo bonito de la niñez. Precisas un rastrillo en la arena, al borde del mar, te lo presta el niño de la sombrilla de al lado y a la media hora están jugando juntos todo el día. Con la adultez todo se complica. Nos vamos cerrando, poniéndonos cada vez más a la defensiva, más prejuiciosos e intolerantes con el otro... Lo cuál es un poco lógico también.

En las relaciones personales siempre me ha llamado la atención de quién te acabas haciendo amigo al final, nada que ver contigo, incluso a veces en edad. Misterio...

Sí, pero lo bonito es que no se parezcan a uno. Hace un tiempo leía un texto de Auster que decía que "se admira a un amigo por lo que hace, por lo que es, por cómo se las arregla para andar por el mundo. Y esa admiración lo ennoblece". Me gusta pensar eso de mis amigos.

Si tuvieras más dinero para hacer cine ¿cómo influiría en tus películas?

Bueno si tuviera más dinero para hacer mis películas creo que primero influiría en la cantidad de días de rodaje. Rodaría más semanas y más tranquila. Pensé que iba a haber fiesta se rodó en 4 semanas y casi sin horas extras. Fue una exigencia muy grande para mí, mi equipo técnico y los actores. Me hubiese gustado tener al menos una semana más para rodar más tranquila y tener tiempo para rehacer cosas o tomarme más tiempo para resolver otras. Creo que eso sería en lo primero que influiría. En lo segundo, pondría algunas canciones que nunca he podido pagar y he querido, y lo tercero, me gustaría alguna vez contar con dinero para poder lanzar la película. Ayudarla en esa etapa y que la gente se entere que existe.

¿El ser mujer te ha facilitado o dificultado hacer cine, o ha sido indiferente? ¿El género no ha influido?

No siento que el género haya determinado nada. Ni a favor ni en contra. En mi país somos cada vez más las mujeres que dirigimos. Te diría que somos casi mitad hombres y mitad mujeres, y cada vez las hay mejores.

Victoria Galardi

¿Se puede hablar de una nueva generación de directoras de cine, en el mundo?

Siempre se puede hablar de nuevas directoras. Es lo natural. Las generaciones se renuevan y viene gente nueva y joven. A mí me gustan muchas directoras y no diría que todas son tan nuevas, abarcan distintas generaciones. Desde Nora Efron, Agnes Jaoui, Claire Denis, Nicole Holofcener, hasta Sofía Copolla, Miranda July y Lena Duhan.

¿Cómo trabajas con los actores? ¿Practicas algún método?

En cada película fue diferente. En general, ensayo bastante con los actores y suelo escribir con alguno de ellos en mente. No fue el caso de Pensé que iba a haber fiesta donde nunca había trabajado con Elena Anaya ni con Valeria Bertuccelli, pero en general en Amorosa Soledad y en Cerro Bayo repetí actores y trabajé mucho con ellos. Volveré a repetir en la próxima. No tengo un método, creo que cada película tiene su particularidad y en eso también hace que tengas que acomodarte al método que necesitas. En Cerro Bayo por ejemplo, Adriana Barraza es mexicana y yo estaba muy pendiente de que no se notara su acento y casi no ensayé con ella por problemas de fechas pero con Inés Efron y Nahuel Perez Bizcayart que hacían de sus hijos estaban escritos para ellos y ensayamos mucho tiempo. Cambia con cada proyecto. Disfruto mucho el trabajo con los actores y les pido que confíen en mí, necesito de su entrega. Cuando esto no sucede pierdo yo, pierden ellos y la película.

Las actrices, Elena Anaya y Valeria Bertuccelli hacen un trabajo excepcional, sencillo, profundo, te da la sensación de estar mirando por la mirilla de una puerta. Un pedazo de vida.

Pues muchas gracias. Si la actuación no se nota, me doy por satisfecha.

He leído que le ha influido estéticamente en la película David Hockney, hay escenas que parecen cuadros suyos por la paleta de colores, por la cercanía y calidez...

Bueno, muchas gracias. ¡Ojalá Hockney viese mi película y piense igual que tú!

¿Cuál sería el cuarto acto de Pensé que iba a haber fiesta, lo que no se ve?

Eso prefiero que lo construya cada espectador. Que cuando salgan de ver la película cada uno se haga su propio cuarto acto y la complete. No quisiera cambiarle o manipularle a nadie su idea.

¿Tus próximos proyectos cinematográficos?

Estoy escribiendo mi nueva película. Se llama El porvenir y la van a protagonizar Inés Efrón y Esteban Bigliardi. Dos actores con los que ya he trabajado y a quienes admiro y adoro.

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