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La evolución del cosmos a través de los cuadros del Museo del Prado

La pinacoteca madrileña presenta un nuevo itinerario expositivo, creado por Montserrat Villar, doctora en astrofísica en el CSIC.

La pinacoteca madrileña presenta un nuevo itinerario expositivo, creado por Montserrat Villar, doctora en astrofísica en el CSIC.
La evolución del cosmos a través de los cuadros del Prado

El Museo Nacional del Prado propone descubrir los "Reflejos del cosmos" en sus obras, una nueva lectura de la colección permanente a través de un itinerario creado por Montserrat Villar, doctora en astrofísica en el CSIC, en el que se muestra "cómo la percepción y el conocimiento del cosmos han variado a la par que avanzaba la ciencia y cómo esos avances encontraron plasmación visual en el arte del pasado"

Según avanzó Miguel Falomir, director del Museo del Prado, este itinerario será el primero de muchos, buscando acercar al público a la colección permanente desde propuestas elaboradas "por profesionales de otras ramas del saber" con el objetivo de ver los cuadros con "otros ojos".

Desde hoy y hasta el próximo 16 de octubre, la pinacoteca nacional propone cuatro secciones para que el visitante descubra cómo, según destacó la comisaria, "nuestra percepción del cosmos nos ha fascinado siempre". "Siempre hemos mirado a las estrellas y las hemos leído para descifrar los aconteceres de la tierra. Hemos querido responder a las preguntas de si es el cosmos infinito, si tiene fin, o cuál es el lugar del ser humano en el cosmos. El arte ha sido fundamental en preservar el conocimiento del cosmos y quiero mostrar esas sinergias", aseguró Villar.

La primera sección está dedicada a "El mito de la Tierra plana", cuando "los pensadores griegos más influyentes desde la época de los pitagóricos con conocimientos de geografía y astronomía elaboraron sus teorías sobre el cosmos y la Tierra adoptando la esfericidad de ambos como concepto fundamental".

La Tierra esférica e inmóvil ocupaba el centro del cosmos que Claudio Ptolomeo (h. 100-170 d. C.) planteó. En el siglo XV los geógrafos aún utilizaban los datos y cálculos de Ptolomeo. Había quedado totalmente desterrado el concepto de Tierra plana, a pesar de que haya quien mantenga que en la Edad Media se mantenía esa creencia en Europa occidental. De hecho, aún hoy, algunos sostienen la falsa leyenda de que Cristóbal Colón tuvo que convencer a los Reyes Católicos y a sus consejeros de que estaban en un error al creer en la planitud de la Tierra.

De hecho, tras regresar de su tercer viaje (1498-1500) Colón afirmó que, aunque siempre había leído – citando a Ptolomeo - que el mundo que contenía la tierra y el agua era esférico, había visto "tanta deformidad" que había llegado a la conclusión de que no era un globo, sino que tenía forma de pera.

En esta sección, podemos ver obras como El tercer día de la Creación, de El Bosco, una interpretación literal del Génesis; Las siete Artes Liberales, de Giovanni dal Ponte, en el que Ptolomeo, sentado a los pies de la Astronomía, en el centro, consulta su Almagesto; o Cristo bendiciendo (1494-96), de Fernando Gallego, en la que el Salvator Mundi sostiene en la mano una Tierra esférica.

La cúpula celeste

La segunda sección se refiere a los "Mitos en las estrellas", en el que "las constelaciones constituyen un registro milenario de la imaginación colectiva de las distintas culturas". Ptolomeo recopiló hacia el año 150 d. C. en Almagesto un catálogo de unas mil estrellas organizadas en cuarenta y ocho constelaciones, inspiradas en la mitología grecolatina. El número de constelaciones conocidas aumentó a partir del siglo XVII, aunque la confusión en el número, forma y nombre, a principios del siglo XX, era muy grande. "Es como si leyéramos esas ansías o temores de las distintas culturas, lugares y épocas", aseguró la comisaria.
Encontraremos obras de arte inspiradas en personajes de la mitología clásica que fueron convertidos en estrellas o constelaciones como Perseo liberando a Andrómeda, de Pedro Pablo Rubens y Jacques Jordaens.

En la tercera sección, el visitante descubrirá "Cuando la Luna perdió su pureza", cómo la manera de interpretarla nuestro satélite cambia en el siglo XVII con la llegada del telescopio y de Galileo Galilei. "El telescopio mostró que la luna era un cuerpo impuro, con montañas y valles, y esto tuvo implicaciones en la política", indicó Villar. Todos los artistas pintaron Lunas perfectas, salvo Rubens, como vemos en su La Inmaculada Concepción.

El itinerario concluye con "La revolución del telescopio", que inició "una sucesión de descubrimientos que sacaron a la luz los múltiples errores de la cosmología aristotélica y mostraron que había que descartar el modelo geocéntrico de Ptolomeo". Galileo descubrió que Venus tenía fases, como la Luna, y que estas se explicaban de manera natural si giraba alrededor del Sol y no de la Tierra. En esta sección se han seleccionado lienzos como Saturno devorando a un hijo o El nacimiento de la Vía Láctea, ambos de Rubens.

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