
Carlos Pacheco nos dejó en 2022 y no podíamos dejar pasar el hecho de hacerle un merecido homenaje en esta nuestra sección de cómics de Libertad Digital. El dibujante español, reconocido a nivel mundial por su trabajo junto a los más grandes de la industria, es decir, Marvel y DC, deja tras de sí un gran legado cultural que hoy vamos a recuperar con la obra ‘Superman La Caída de Camelot.
En esta obra tendremos a uno de los superhéroes más importantes de la historia por no decir al más importante: Superman. Clark Kent bajo la mirada y la mano del artista Carlos Pacheco en esta Caída de Camelot que reedita ECC y que sirve para seguir recordando la figura del artista gaditano.

Antes de entrar en materia y volar a Metrópolis, vamos con el apartado técnico del cómic: guion de Kurt Busiek, dibujo con Carlos Pacheco, Dave Stewart y Jesús Merino, cartoné de 256 páginas, contiene Superman núms. 654-658, 662-664, 667, Superman Annual núm. 13 USA, editorial ECC y un precio de 30,50 euros.
Vamos con la reseña
Superman y su idea de la esperanza dibujados por Carlos Pacheco
Si algo caracteriza a Superman es que simboliza la esperanza en sus valores y en su forma de ayudar a la humanidad. Sin eso, Clark Kent sería solo un hombre y ni mucho menos se habría ganado el corazón de la sociedad dentro y fuera de la ficción. En este cómic se pondrá a prueba la resistencia de ese símbolo con un argumento en el que Superman es advertido de que si no deja de lado su función de salvador, la humanidad acabará pagando las consecuencias con un apocalipsis que acabará para siempre con todo lo que conocemos. Sus poderes y sus actos con ellos generarán un efecto rebote que atraerá el mal con fuerzas multiplicadas y la humanidad no podrá recuperarse. Traducción: si no Superman no se retira, la humanidad morirá.

El argumento ya de por sí es más que atractivo, sobre todo porque pone contra la espada y la pared a Superman. Le están pidiendo que cuando pueda salvar a alguien lo deje caer. Le piden que pudiendo ayudar con un simple movimiento de sus manos, no lo haga. En resumen, debe dejar morir a gente para que no muera toda la humanidad. Ese es el fundamento principal de este guion que firma de manera acertada Kurt Busiek y que aparte de entretenimiento y acción ofrece también una importante reflexión sobre la esencia de Superman.
Este cómic contiene en un mismo tomo esta historia autoconclusiva que juntó a principios de los 2000 a Busiek y Pacheco, los cuales ya habían trabajado juntos en otras colecciones o cabeceras como Avengers Forever. Ambos se complementan muy bien y Pacheco ofrece una importante gama de matices dentro del dibujo para adaptarse a todo tipo de escenas. Carlos muestra todo su talento tanto en escenas potentes de acción como en aquellas en las que Superman se aleja de todo para buscar una reflexión profunda desde la distancia. Aquí veremos a Clark en diferentes situaciones, incluyendo visiones del futuro en los que Superman será muy diferente al que todos visualizamos cuando pensamos en el héroe de la ‘S’ en el pecho. Ese es otro punto a favor del cómic, los viajes temporales que nos llevarán de un presente inquietante a un futuro devastado porque sí, aquí veremos a través de visiones, cómo acabará la humanidad si Superman no acepta que debe abandonar su día a día para no condenar al planeta Tierra. Pacheco da una másterclass en todos esos momentos. El nivel del dibujo es altísimo y estamos sin duda ante una de sus obras más completas.


¿Cómo es el Superman de Carlos Pacheco? Ante todo, imponente. Cuando aparece su Superman, el lector lo nota. Se siente el poder y también la responsabilidad que tiene nuestro kryptoniano preferido. Incluso cuando gafas mediante Clark toma las riendas notas que estás ante un salvador en toda regla. Además Pacheco no se queda ahí y las féminas que acompañan al personaje también tienen un poderío y una fuerza dignas de mención. Tanto Lois Lane como Lana Lang juegan un papel importante dentro de la historia y Pacheco no las trata como simples secundarias y ya está. Trabaja a ambos personajes y los dota de importancia en la trama. También hay que destacar que Carlos Pacheco no está solo en esta misión artística ya que cuenta en el proceso con el entintado de Jesús Merino, hecho que termina de redondear un dibujo excelente con acento español.
Eso sí, en el capítulo de ‘peros’ le podemos poner que el final es bastante rápido y atropellado a nivel argumental. Da sensación de que se resuelve todo muy rápido y deja al lector pensando en que falta algo más al final del tomo. Eso le baja un poco la nota aunque no pierde su condición de obra notable, sobre todo porque el dibujo nunca baja el nivel.
Conclusión: en dos palabras, Carlos Pacheco. Punto. Solo por él y su dibujo ya vale la pena este tomo. Tan simple como eso. Carlos Pacheco. Si gustan, disfruten de la lectura y del talento del artista español.

