"Se está mejor en casa que en ningún sitio". Con este poderoso mantra, Dorothy Gale lograba regresar a su hogar tras vivir una serie de aventuras en el maravilloso mundo de Oz, y bajo esta misma premisa, Hollywood parece guiar sus decisiones al desarrollar nuevas ideas: todo queda en casa. En los últimos años, hemos presenciado un sinfín de secuelas, remakes, precuelas, spin-offs y reboots que insisten en revisitar los mismos relatos. Por ello, no resulta sorprendente que, en pleno 2024, los estudios hayan decidido retomar el cuento estadounidense por excelencia: El Mago de Oz.
Sin embargo, esta vez, quizá influenciados por el éxito de Maléfica, protagonizada por Angelina Jolie, o Cruella, con Emma Stone, la historia se narra desde el punto de vista de la malvada Bruja del Oeste. Wicked llega a la gran pantalla para ofrecernos una perspectiva diferente. Aunque su relato parece ambientado en ese mundo de fantasía al otro lado del arcoíris, su origen está anclado en una realidad mucho más sombría de lo que Victor Fleming pudiera reflejar con el filtro sepia de su clásica adaptación.
Cuando, en 1900, L. Frank Baum afirmó en el prólogo de El maravilloso Mago de Oz que su libro "aspira a ser un cuento de hadas moderno, en el que se mantienen la alegría y la fantasía y se suprimen las penas y las pesadillas", no podía imaginar que, en 1995, otro autor, Gregory Maguire, incursionaría en el género de la "novela paralela" para dar voz a la antagonista de su obra, y que además, tal como declaró Maguire en una entrevista con The Guardian, su precuela estaría inspirada en un crimen que conmocionó al mundo entero en 1993: el asesinato de James Bulger.
Inspiración en la tragedia real
El título de la novela, Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West, traducido al español como Wicked: Memorias de una bruja mala, ya advierte que la obra de Maguire es una profunda reflexión sobre la naturaleza del mal. En la entrevista con el diario británico, Maguire explicó: "Cuando me mudé a Londres a principios de la década de 1990, me sentía bastante solo y aislado. Entonces ocurrió el terrible asesinato de James Bulger, y se descubrió que habían sido niños quienes lo mataron. Todo el mundo se preguntaba: ¿cómo podían ser esos chicos tan malvados? ¿Nacieron malvados o hubo circunstancias que los empujaron a actuar así? Eso me llevó de vuelta a la cuestión del mal, que atormenta a cualquiera que haya sido criado en la fe católica".
Robert Thompson y Jon Venables tenían 10 años cuando secuestraron, torturaron y asesinaron al pequeño James Bulger, de tan solo 3 años. Los dos jóvenes fueron identificados gracias a las imágenes captadas por una cámara de seguridad del centro comercial New Strand, en Liverpool, Reino Unido. Fueron juzgados y enviados a prisión, donde cumplieron condena durante 18 años. El caso conmocionó profundamente a la sociedad de los años 90, inspirando intensos debates sobre los motivos que podían haber llevado a dos niños a cometer semejante crimen. En el documental James Bulger: The New Revelations, emitido por Channel 5, Phil Roberts, el detective que entrevistó a Thompson y Venables, ofreció un impactante testimonio: "Nunca olvidaré la primera conversación que tuve con esos dos niños asesinos. Sentí que estaba viendo al demonio en sus caras. Me di cuenta de que Thompson estaba a cargo, pero lo habían hecho entre los dos. Si no los hubiésemos detenido, temo que habrían matado de nuevo. Eran pura maldad. No he cambiado de opinión".
El mal como sombra de la humanidad
Este punto de partida sirvió a Maguire para explorar ese arquetipo del inconsciente colectivo conocido, según la psicología analítica de Carl Gustav Jung, como "la sombra": una figura que representa las pulsiones no expresadas y que a menudo adopta la forma de un antagonista. En la historia de Elphaba, el nombre que Maguire eligió para la Bruja del Oeste, se desarrollan las mismas preguntas que el autor se planteó en torno al caso de James Bulger: ¿Los niños nacieron siendo malvados? ¿El bien y el mal dependen del punto de vista? ¿Qué es el mal? Y, del mismo modo que el Espantapájaros siempre tuvo cerebro, el Hombre de Hojalata siempre tuvo corazón y el León Cobarde siempre fue valiente, ¿la Bruja del Oeste siempre fue malvada?
Estas cuestiones encuentran su respuesta en la idea de la "profecía auto-incumplida": una predicción que, al ser formulada, se convierte en la causa de su propio cumplimiento. Este concepto también fue abordado por George Lucas en Star Wars, a través de las visiones de Anakin Skywalker que inevitablemente lo llevaron al lado oscuro, y que Jung ya definió de esta forma: "Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino".
En los últimos años, se ha desarrollado una creciente fascinación por los villanos. Personajes como el Joker o Venom han invadido las salas de cine, obligándonos a reflexionar sobre qué hay detrás de esta atracción. ¿Será acaso una representación de los tiempos que vivimos? Con la llegada de Wicked a la gran pantalla, esta teoría solo hace que coger fuerza. Aquella imagen del camino de baldosas amarillas rodado en Technicolor ha quedado muy atrás; después de todo, supongo que ya no estamos en Kansas.